Un rasgo muy propio de Raúl Zaffaroni es su capacidad de aglutinar gente, de acercar, armar y compartir. Para estudiar, para comer, para debatir, para beber, para escuchar música, aprender, para pensar en voz alta. Quizá sea por eso que no bien se empezó a confirmar su renuncia a la Corte Suprema para el final de este año, muchos de sus colaboradores más cercanos, amigos y organizaciones sociales que lo aprecian empezaron a pensar cuál podía ser la mejor formar de despedirlo y destacar su paso por el máximo tribunal sin caer en un acto solemne. El rejunte de ideas de decenas de personas que rodean al penalista cobró la forma de una gran fiesta, la fiesta popular “Raúl Zaffaroni juez de la patria”. Será mañana, a partir de las 18, en el domo de la Universidad de General San Martín y la convocatoria es abierta y gratuita. Tocarán en vivo Liliana Herrero, Peteco Carabajal e Ignacio Montoya Carlo-tto; estarán a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, y la de Madres, Hebe de Bonafini, entre otras personalidades. Por supuesto, estará Za-ffaroni y hablará.
“¿Se va a ir así nomás?”, era lo que se preguntaban en el entorno del penalista. Así fue que empezó la tormenta de ideas, en la que se fueron descartando las opciones más tradicionales, como el acto homenaje, la condecoración, la entrega de una plaqueta, la conferencia, la cena de gala. Finalmente, Zaffaroni se irá con una megafiesta. Quienes convergieron en la organización –que fueron muchos– también pensaban en cómo hacer para mostrar “la importancia de su figura para el futuro”.
El comunicado de prensa de la convocatoria explica que la intención es “celebrar el paso de Raúl Zaffaroni por la Corte Suprema”. “Su figura –dice el texto– excede la cuestión criminal. Zaffaroni es nuestro más destacado jurista y nos brinda una visión profunda de la organización de la sociedad y de la estructuración del poder, desde la cual su voz y su compromiso encienden el alerta frente al horror de la masacre y militan por la ampliación de derechos y en defensa de quienes padecen la exclusión y la selectividad punitiva (...). Zaffaroni expresa el inicio de una profunda transformación de nuestra Justicia, con el fin de la impunidad como punto de partida imprescindible para el cambio.”
El juez saliente estará rodeado de referentes de organismos de derechos humanos. Como escribió en su carta de renuncia, para él las Madres y las Abuelas marcaron un “sendero de dignidad en nuestros peores momentos del siglo pasado” que “debe actualizarse en forma permanente y plasmarse en el pensamiento y el sentimiento jurídico de las nuevas generaciones, en especial, en las de los estamentos sociales que tendrán mejor voz en razón de la extensión del acceso a la Universidad”.
En el festejo se proyectará una producción especial de videos, se escucharán los principales fragmentos de su carta de renuncia y se recordará el momento en que Néstor Kirchner lo convocó para integrar la Corte, en 2003, cuando comenzó la disolución de la mayoría automática del menemismo. Habrá números musicales de Metabombo, Liliana Herrero, Peteco Carabajal y de Ignacio Montoya Carlotto. Es posible que hablen tanto Bonafini como Carlotto, y que tenga alguna participación Víctor Hugo Morales.
Una solicitada recuerda los fallos más importantes en los que Zaffaroni hizo escuela y aportes que hizo desde distintos ámbitos, desde su teoría de la criminología mediática, sus denuncias sobre masacres por goteo y sus investigaciones para prevenir muertes violentas y analizar los homicidios dolosos pasando –entre muchas cosas– por su cuestionamiento a la criminalización de la protesta y a las policías estructuradas “con lógica de fuerza de ocupación” hasta su reivindicación de los populismos como caminos de acceso a los derechos y del acceso de las clases trabajadoras y humildes a las nuevas universidades.
(Diario Página 12, domingo 14 de diciembre de 2014)