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678 / EDICION ESPECIAL / 678: José Pablo Feinmann (parte 1)







Del arcón de los mejores recuerdos de los múltiples hechos desarrollados desde 2003 a la fecha, hoy sacamos este momento transcurrido en 678. Vemos al filósofo de marras junto al entonces Secretario de la Gestión Pública Juan Manuel Abal Medina -hoy ministro- con los panelistas del programa de Canal 7. Hablan de peronismo y otras yerbas. Hablan de Kirchner y su desempeño como mediador entre Colombia y Venezuela, desde la flamante UNASUR. Hoy PROYECTARIO te lleva al 12/08/10.



678 / EDICION ESPECIAL / 678: Homenaje a Néstor (2)






678 del 27 de octubre de 2010. Especial Homenaje a Néstor Kirchner (2 de 4) Producido por 678 con las palabras y reflexiones de Tati Almeida, Estela De Carlotto, Pablo Echarri, Susana Rinaldi, Jorge Coscia, Adriana Varela, Osvaldo Santoro, Florencia Peña, Gustavo Santaolalla, Julia Mengolini y muchos más artistas y personalidades de la cultura y el periodismo.

Fue un día clave para la historia argentina: la muerte de Néstor marcó a fuego a cientos de miles de compatriotas. Este es un regalo de PROYECTARIO, para vos.


678 / EDICION ESPECIAL / 678: Homenaje a Néstor (1)






678 del 27 de octubre de 2010. Especial Homenaje a Néstor Kirchner (1 de 4) Producido por 678 con las palabras y reflexiones de Tati Almeida, Estela De Carlotto, Pablo Echarri, Susana Rinaldi, Jorge Coscia, Adriana Varela, Osvaldo Santoro, Florencia Peña, Gustavo Santaolalla, Julia Mengolini y muchos más artistas y personalidades de la cultura y el periodismo.

Fue un día clave para la historia argentina: la muerte de Néstor marcó a fuego a cientos de miles de compatriotas. Este es un regalo de PROYECTARIO, para vos.


MENDOZA / Cuidar los precios es cuidarnos / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Tenemos ahora los “precios cuidados”, establecidos por acuerdo del Gobierno con las grandes cadenas de supermercados. Algunas de esas cadenas, sin embargo, se muestran remisas para cumplir: no dan la lista de los productos, o ponen en pocos casos los carteles que los anuncian, o confunden a propósito el producto con otro de precio más caro, y cuya apariencia y presentación sea parecida. “¿Por qué tengo yo que vigilar los precios, si para eso pago a los del gobierno?”, se dicen algunos, formateados por algún periodista que está al servicio de promover el descontento general. Curioso razonamiento. En primer lugar, que cada ciudadano compre a precios controlados es un beneficio para ese ciudadano; vigilamos por nuestro propio beneficio, y si no lo hacemos, ello redunda en nuestro personal perjuicio. Pero además, quienes propalan esa idea fácil... ¿quieren decir que debiéramos tener ejércitos de inspectores públicos, pagados por el Estado para ir a toda hora a controlar a todos los supermercados del país? No es raro escuchar de los mismos que llaman a boicotear los precios cuidados (por vía de desalentar el control de la ciudadanía sobre su cumplimiento), decir que “hay que disminuir la inflación, disminuyendo el gasto público”. Y si se aumenta fuertemente el número de inspectores, es obvio que se aumenta el gasto público. En fin, contradicciones groseras que no impiden que muchos partidarios del “hablemos sin saber” las expongan a toda hora y en cualquier lugar de nuestro territorio.


Estos acuerdos de precios surgieron porque hay inflación. Y la hay, qué duda cabe. En cambio, hoy España tiene casi 0% de inflación, y le va pésimo. Estamos llenos de españoles (sobre todo profesionales jóvenes) en Ecuador, Perú, México, la misma Argentina. Emigran a buscar trabajo y mejor destino a nuestro continente, y muchos a nuestro país. Porque la inflación cero se liga allí a un desempleo del 26% (más alto aún que el enorme que tuvimos nosotros en el 2001), y a una recesión y caída productiva casi totales. En tiempos de Menem y De la Rúa la inflación era menor que ahora, solo que la concentración del ingreso en pocas manos era alarmante, la desocupación crecía, y la deuda pública llegaba a niveles estratosféricos. Estábamos mucho peor que ahora, y no abundaban los planes sociales para los más pobres, como tampoco la compra de automóviles 0 kilómetro y los viajes a Europa para las clases medias. Y vemos que si los de abajo hoy están más atendidos, no es porque se les haya quitado ninguna cuota a los sectores medios, pues estos tienen muchas más posibilidades de consumo que antes del año 2003. Quien lo niegue, puede darse una vuelta por la calle Arístides por las noches, o soportar la superabundancia de automóviles que impide el tránsito fluido por la ciudad a las horas pico.

Y si bien hay inflación, tenemos paritarias pautadas para los sectores laborales, en las cuales generalmente se han arreglado aumentos salariales por encima de la inflación (incluso por encima del índice que fija la oposición). No estamos en ninguna emergencia de consumo, más bien lo contrario.

Pero la suba del dólar (a medias propiciada por el Gobierno, a medias lograda por la arremetida de los sojaexportadores) puede subir los precios, a pesar de variadas medidas que el Gobierno ha tomado en contrario. Y para contrarrestar esta situación, se requiere que los “precios cuidados” sean respetados por los propietarios de supermercados, y asumidos por la población como una opción de pagar precios razonables, no excedidos.


Es cierto que el tema de fondo tiene que ser resuelto por vía de superación de la intermediación. Crear cadenas que vayan directamente del productor –con acuerdos gubernamentales y municipales– a los almacenes de barrio, o a ferias populares permanentes. Así, tendríamos precios parecidos a los del Mercado Central en Buenos Aires, que son a veces menos de la mitad de lo que se paga en el circuito comercial mayoritario.

Pero intertanto, bienvenidos sean estos precios cuidados. La “astucia opositora” de algún comprador, le hizo pensar que no comprando por este programa, estaba haciendo un mal al Gobierno. Pero los precios no tienen camiseta partidaria, ni color político: es cada comprador el que debe exigir que estén los artículos a su disposición con el precio acordado. De lo contrario, esa torpe astucia lo llevará a repetir lo que me comentaba algún amigo. Mientras compraba en el supermercado, un matrimonio se reía a gritos del programa de precios establecidos, y llevaba los productos en versión convencional, fuera del programa. Este amigo los encaró, y les hizo –con su calculadora– la cuenta de cuánto más estaban pagando al Estado (al cual ellos rechazaban con su conducta), dado que al pagar más por cada producto, estaban pagando más IVA, monto que va a dar a las arcas del Tesoro Nacional.


Mi amigo dice que se le quedaron mirando con cara de desconcierto... Hay pretendidos astutos que se enredan en su propia cerrazón. Mientras, el pueblo argentino tiene una opción, según la decisión y el cuidado de cada uno, para no gastar más de lo debido.

MENDOZA / Defender la democracia / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Fui en el fin de semana a hacer compras a un supermercado de las cadenas más conocidas. Acicateado por la lectura de los medios gráficos y por el espanto televisivo, creí que iba a encontrar alguna situación tensa y los precios muy cambiados. Nada de ello ocurrió: los precios eran parecidos o iguales a los anteriores (en algunos casos menores, como en una consagrada marca del "amargo"). Absoluta tranquilidad en los compradores, un espíritu de vacaciones notorio; otras veces he escuchado comentarios de discusión política en torno de los precios, esta vez ninguno. Ni la menor corrida, ni el menor acaparamiento, ni alguna falta importante de mercadería. Nada, todo perfectamente plácido y normal.


Veo por TV el Festival de Cosquín; por supuesto, miles de personas, y un pleno clima de fiesta. Y el Festival de Villa María con su enorme tribuna y concurrencia; no hay la menor tensión que pudiera ser ajena al espíritu del baile, el canto y la alegría. En Mendoza está el "Rivadavia canta el país" en los mismos días...un enorme despliegue de música y de gratificaciones para la ciudadanía. Mientras, una parte importante de clases media baja, media y alta veranea en las sierras o las playas nacionales, y va al mar en Chile o Brasil, cuando no Cuba, Dominicana o Miami.

¿De qué hablan los diarios cuando fogonean un pretendido caos económico y social en el país? ¿Qué mundo falso inventa la televisión dominante? Se ha logrado así establecer la esquizofrenia que muchos argentinos sostienen: "Yo estoy bien, pero el país está mal"; es el modo de conciliar la experiencia personal de que la economía permite alto consumo, pero de escuchar todo el día que estamos al borde del abismo. Claro, lo mismo que se escucha desde hace ya diez años, y jamás se concreta, pero cada vez se lo vuelve a vaticinar como si fuera un imperativo inevitable.


Así se disocia el bienestar personal y se lo presenta como si nada tuviera que ver con la situación macroeconómica. Gracias a esta los logros personales se hacen posibles, nadie se realiza en una sociedad destrozada como la del 2001. Sin embargo, escuchamos a quienes dicen "yo tengo lo que tengo porque me lo gané", como si el esfuerzo personal bastara en cualquiera y en todos los casos de situación económica del país; o, como escuché de una reciente jubilada docente, "gracias a Dios tengo buena jubilación", como si la vigente escala de jubilación para profesores hubiera venido de Dios y no del actual gobierno nacional, contra el cual esta persona protesta permanentemente.

Pero para los diarios, estamos en situación terminal. Inventan el descontento, lo producen; y luego dicen que lo constatan. "¿Ven qué descontento hay en la población?".

Lo cierto es que frente a la ofensiva financiero-mediática lanzada desbocadamente contra el Estado a través de la última corrida cambiaria, la fuerza de un gobierno no es lo único necesario. Por cierto que no ha habido suficiente vocación de llamamiento a otros sectores de parte del gobierno nacional; pero igualmente en espacios minoritarios de la oposición se muestra preocupación por este ataque que -ciertamente- no es sólo al gobierno, sino al sistema democrático como un todo.

Un video de Raúl Alfonsín hablando por TV con Cristina Mucci en el año 2004, lo muestra defendiendo al gobierno de Néstor Kirchner contra un intento de golpe de Estado económico. El lo sabía, porque lo sufrió en 1989. Y justamente Alfónsín padre es muy autorizado para decirlo, porque fue quien nos revalorizó a los argentinos (desde fines de 1983) la noción de democracia, que los enfrentamientos que se dieron desde el golpe de Estado de 1930 en la Argentina, habían tendido a desmerecer.


Defendamos todos a la democracia, al margen de cómo cada uno de nosotros valore al gobierno. Toda administración -excepto casos gravísimos y extremos que hoy para nada se cumplen- debe cumplimentar su período de gestión; es una burla al espíritu republicano el hablar con mala intención de "elecciones anticipadas". Necesitamos estrechar filas para salvar y sostener el sistema, pues nada será luego legal y pacífico si no se respeta desde ya -y a rajatabla- las reglas del ejercicio democrático y el respeto a los mandatos y los mandatarios, tanto ejecutivos como legislativos.

Estamos a tiempo para responder a la ofensiva financiero-mediática que atenta contra la democracia argentina. La tranquilidad de la mayoría de la población, su total lejanía de los cantos de sirena de los apóstoles del caos, es la mejor seguridad de que los argentinos triunfaremos sobre la sedición orquestada por unos pocos; poderosos, pero pocos.-

MENDOZA / Hablemos sin saber / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Se habla mucho, pero se dice poco sobre política en la Argentina actual. El debate -si así pudiera llamárselo- sobre el dólar en estos días lo patentiza. Mucho ruido, pocas nueces. Mucha ignorancia, escasa información. Muchos adjetivos, nulos argumentos. Todo esto, dándose incluso en buena parte de lo que se lee y escucha en los medios llamados "de comunicación".

Se entiende poco que los mismos que hasta ayer pedían devaluación, hoy digan que esta es peligrosa. Ahora bien, gran parte de la población ni siquiera registra estas contradicciones. No se advierte que es absurdo pedir la presencia de la presidenta, y rechazarla a la vez. O advertir que el dólar ha estado "planchado" y minivaluado por las políticas gubernamentales, y sorprenderse de que ahora se lo sobrevalúe. Pero todo es parte de un repiqueteo mediático donde se ha perdido el respeto por la palabra y por la razonabilidad. Sin dudas que cierta parte de quienes escriben palabra pública, ha perdido el cuidado por esa palabra pública.


No de otro modo puede entenderse esta gran decadencia del debate nacional a que asistimos. En vez de discutirse proyectos, ideologías, alternativas estructurales, modelos de país, se discute chismes, vestimenta de gobernantes y candidatos, su simpatía o antipatía, sus gustos y supuestos parecidos con "la gente común", como si se tratara de vedettes o de gentes del espectáculo, no de quienes deben tener la responsabilidad de gobernar un país.

Por eso y asumiendo el nombre de un "gag" de moda en TV, podemos caracterizar a la Argentina de hoy como la del "hablemos sin saber". Es cierto: hay temas técnicos que la mayoría no entendemos. Es verdad que no todos pueden saber de economía como para entender, por ej., sobre el dólar. A quién se favorece o desfavorece con ciertas medidas, qué consecuencias tiene un aumento de su cotización. Pero si no se sabe, o se busca información confiable, o se calla. No es nuestra costumbre: hablamos igual, y para peor solemos confundir nuestra perspectiva individual con la situación del país. Si un aumento del precio del dólar me desfavorece en lo personal, no significa que desfavorezca al país. O si a mí me favorece, no significa que favorezca a la Nación. Son dos niveles muy diferentes el personal y el estructural, permanentemente mezclados en el carnaval de opiniones que -a partir de la facilidad para decir cualquier cosa que proveen las redes sociales, y de hacerlo con firma falsa o sin firma- son hoy un alud de inconsistencias, interjecciones, invectivas e insultos, pero muy rara vez de información, razonamiento o argumentos.


De tal modo, confundimos opinión con conocimiento; como ya los griegos señalaban, superponemos "doxa" con "episteme". Hablamos con libertad de lo que no se sabe, como se lo hace permanentemente también en algunos medios. Confundimos campañas mediáticas de desprestigio con información fidedigna. Les creemos a personajes de crasa ignorancia, aceptamos diagnósticos médicos hechos a distancia y juicios valorativos sobre información desconfiable, asumimos valoraciones interesadas como si fueran pensamientos neutros y objetivos. Somos ciudadanos incapaces de sospechar de la opinión callejera y/o periodística, aunque creyéndonos astutos sospechemos siempre de los políticos, a los que se carga en todos los casos la cuenta de los males sociales (tanto los que ellos efectivamente producen, como los que les son totalmente ajenos).

Alguna vez fuimos un país culto, un país ilustrado. Las tecnologías electrónicas están arrasando con eso; cada vez menos letra, menos pensamiento, menos abstracción. El debate político nacional, no puede ser hoy más penoso: está más cerca de una pelea infantil, que de una discusión sobre modelos de acumulación, relación entre valor del dólar e importaciones/exportaciones, salario de los trabajadores, niveles de desocupación, lugar geopolítico en el mundo, tipo de Estado, índices sociales de desigualdad y nivelación de ingresos. En vez de todo eso se discute chismografía revisteril, tapas escandalosas de semanarios, titulares de mala fe, locutores incultos que miran a la cámara con aire de indignación y muestran ejemplar ignorancia sobre los temas implicados.


Ojalá estemos aún a tiempo de distinguir la diferencia que existe entre razón por una parte, y adjetivación de mala fe por la otra. De lo contrario, las nefastas consecuencias sobre el futuro político y cultural de nuestro país, son bastante fáciles de prever.-

MENDOZA / No somos lo que creemos / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

"Existo donde no pienso, pienso donde no existo". La frase, con reminiscencias de aquella otra muy célebre de Descartes, fue pronunciada por un célebre psicoanalista parisino. Y sintetiza espléndidamente el principal logro de las ciencias sociales, desarrolladas a partir del siglo XX: el ser humano es muy diferente de lo que cree que es.

Lo trabajó ya Carlos Marx, cuando señaló que "lo hacen, pero no lo saben"; es decir, que hay condiciones objetivas de la historia que se nos imponen y a las que respondemos, pero sin darnos cuenta, creyendo que somos nosotros los que mandamos y decidimos "libremente". A su manera diferente pero convergente en este punto, lo señaló Emile Durkheim, poniendo así el hito que daría pie a que la Sociología fuera reconocida como ciencia: "hay que tratar a los hechos sociales como cosas", es decir, como situaciones objetivas pasibles de ser pensadas en términos de leyes y tendencias objetivas, que van amás allá de la voluntad de los sujetos. Y Durkheim llevaría la cuestión a su consumación al señalar que la sociedad produce "coerción" sobre los individuos; es decir, que hacemos lo que corresponde al rol que la sociedad nos estableció, no a lo que pudiera establecer una intencionalidad individual de nuestra parte.


En la sociedad no hay Rambos que dibujen el mundo a medida de su propia voluntad; sobre todo, porque la voluntad misma no es una variable independiente, sino está adquirida bajo condiciones sociales. Hay quien piensa que su ventaja frente a los pobres, es que él estudió y trabajo, y esos pobres no lo habían hecho. Y a menudo eso es cierto; sólo que el pobre jamás podría haber estudiado en las condiciones en que le tocó vivir, y a quien es de clase media le fueron dadas las mejores posibilidades para hacerlo. Hay quienes son más éticos que otros; pero las condiciones para construir la ética no han sido iguales para todos. De tal manera, apostrofar a quienes en algún momento se entregaron a la rapiña, el alcohol o la droga, es ignorar que en iguales condiciones hubiéramos sido cada uno de nosotros quienes lo hubiéramos hecho. En el lugar de miseria y abandono, yo hubiera sido drogadicto, lo hubiera sido Ud., lector, lo hubiera sido la persona que Ud. más admira.

Es que no somos "yo y mi circunstancia", como dijera alguna vez el filósofo Ortega y Gasset en una frase demasiado celebrada. Según esa frase, parece que existe un yo incontaminado y ajeno a las circunstancias, que "luego" se liga con ellas. Eso no existe: nunca hubo un "yo" previo a las circunstancias, somos "yo-formado-en-circunstancias". Somos siempre circunstanciados, y nadie seríamos si esas circunstancias no nos hubieran configurado (el psicoanálisis muy bien lo explica, cuando uno nace es carente de determinaciones psíquicas, una "larva" según dijo un reconocido intelectual). Antes de las circunstancias o por fuera de ellas, no existimos. Somos "seres en situación", como dijo -con mayor precisión que Ortega en este punto- el pensador alemán Karl Jaspers.


Ojalá este logro decisivo de la ciencia contemporánea pudiera hacerse carne, siquiera parcialmente, en la conciencia social actual. Ello permitiría un margen mayor de humildad en cuanto a los propios logros: estos son, en parte nada menor, fruto de condiciones que nos tocaron y que nos impulsaron. Pero más aún que eso, esto permitiría establecer un manto de piedad hacia quienes solemos entender como lacras sociales: son el frito de lo que la sociedad ha hecho de ellos, de lo que todos nosotros hemos hecho de ellos. Nos escandalizamos por la barbarie de algunos crímenes, pero no de las condiciones sociales que hemos establecido para que ellos puedan suceder.

Quizá podamos allí, encontrar sentido a aquella frase de un añejo literato de origen cristiano: "Los seres humanos somos más desgraciados que culpables". Y, por ello, más dignos de compasión que de furia vengadora.


MENDOZA / Los de abajo / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director



Sucios, feos y malos. Así describió Ettore Scola en el título de su filme memorable, cómo vemos desde las clases medias y altas a los más pobres, a los excluidos, a los condenados de la tierra.

El imperativo cristiano plantea amarlos como a nosotros mismos, pero decirse cristiano no implica siempre coherencia con el Evangelio. Ahora, a unos días pasados de la Navidad, recordamos que Cristo nació en un pesebre. Pero claro, la memoria histórica y lejana nos hace pensar en pesebres artificiales, en sitios iluminados, en caracterizaciones semiteatrales de lo que es un pesebre. Pero un pesebre no es eso: es un sitio lleno de estiércol y lodo, maloliente y miserable. Y es ese un signo nada menor en el testimonio de quien muriera crucificado.


Muchos los perciben -a los pobres- como la amenaza social, como lo que cierta sociología de comienzos del siglo XX llamaba "las clases peligrosas". Y es verdad, desde allí viene parte no pequeña de los delitos violentos; no así, en cambio, de los delitos que más nos quitan a todos. En un solo negociado, en formas del comercio adulteradas o en evasión de impuestos, personajes asociados a empresas o al comercio pueden robarnos 100 ó 1000 veces más que lo que ocurre en una rapiña callejera. Es cierto: no nos encañona el que hace el negociado, no nos violenta directamente. Pero indirectamente, es el que lleva a que no haya recursos para los de abajo, es el responsable elegante y remoto de que otros se vean orillados a la cultura del delito violento. Son los que pueden robar con estilo, porque están en los lugares sociales desde los que hay posibilidad de hacerlo (obviamente, lo que digo no implica dejar de lado la existencia de variados sectores empresariales que operan acorde a las normas y obligaciones establecidas). Pero, para dar un ejemplo al paso...¿cuántos comerciantes nos dan la boleta como corresponde?

Por cierto, también, que la mayoría de los sectores pobres no están asociados al ejercicio del delito; por el contrario, lo padecen más de cerca que las clases medias, en su barrio donde -por ej.- por esa causa no quieren entrar los choferes de micros, o los taxis (cuando pueden pagarlos) los dejan a seis u ocho cuadras de su destino.


Muchas personas de los sectores sociales más altos los maldicen; creen que la diferencia con ellos está dada por una supuesta superioridad moral de su parte, proque ellos sí quisieron estudiar o esforzarse. Desconocen que, de haber nacido en el hogar de esos pobres, hubieran sido ellos, hubieran sido iguales a ellos. En casas sin padre, en hogares sin trabajo fijo, en espacios donde ronda la angustia, el hambre y el alcohol, ninguna posibilidad moral cabe para ser abanderados escolares o paladines de la catadura ética.

No es que sea fácil la relación con ellos. Conllevan mucha bronca, mucho resentimiento, al ver cómo una sociedad consumista y exitista motiva para toda clase de compras y posibilidades, pero luego -sólo a ellos- les impide conseguirlos. "A todos les dieron y menos a mí"...decía alguna vieja y triste canción infantil. Y para ellos es así todo el tiempo, una y otra y otra vez todos los días.

De modo que no es que haya que asumir que con los pobres la vida es rosa. Si se quiere mejorar su situación, es porque ésta precisamente no es buena, ni para ellos ni para toda la sociedad. Pero por eso mismo es torpe rechazarlos y atacarlos, porque de lo que se trata es de mejorar las condiciones sociales para que dejen de estar en situación de carencia. Y, paralelamente, que por ello las mejores condiciones impliquen una mejora segura -a largo plazo- en la cuestión seguridad e integración colectiva para toda la población.

Nada fácil es esto, mientras se siga estigmatizando a estos sectores como "los negros" a excluir del espacio social legitimado. Cuanto más se los desprecia y excluye, más se crean las condiciones para el odio social y el espiral de la violencia. Como explicó Hegel, quizá el mayor filósofo de toda la historia, lo primero que se desea como ser humano, es el "reconocimiento". Es que el otro me considere como alguien digno de respeto; que me considere alguien, entonces. "A Gatica, se lo respeta", proclamaba el personaje de Favio, personaje que existió en la realidad, boxeador de origen pobre, que murió vendiendo muñequitos en las canchas de fútbol y aplastado por un autobús urbano.


Ojalá en estas fiestas de fin de año, podamos abrir en algo la mente y el corazón a aquellos que rara vez pueden hacer de la vida una fiesta. Como sugería Borges, sólo por azar ellos son ellos, y nosotros somos nosotros. Somos los otros para esos otros; además de que sin "otro", como bien muestra el psicoanálisis, no existimos, no podemos constituirnos como sujetos.

Son parte inescindible de la sociedad en que vivimos y de aquello que nos define, siquiera por oposición o por negación. Ojalá podamos dejar de excluirlos de toda consideración, lanzándolos cada día a los bordes de la desesperación y del rechazo.-

MENDOZA / Después del diluvio / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Pasó lo principal de las asonadas policiales en el país. En algunos casos, como Mendoza, la presión para obtener mejoras no incluyó acuartelamientos ni abandono de funciones, si bien se recostó sobre lo que se hacía en otras provincias. En algunas jurisdicciones, como Catamarca, llegó incluso al intento de entrada violenta a la Casa de Gobierno.

Es ocasión para afrontar lo que la democracia no ha hecho en 30 años: una reforma integral de las policías, como instituciones que no han sido puestas bajo la lupa, como sí lo fueran las Fuerzas Armadas en su momento.


Es cierto que, bajo la conducción militar, las policías fueron mayoritariamente cómplices de la dictadura, y practicaron a menudo la tortura, la desaparición y el asesinato. Si bien algunos de sus miembros han sido alcanzados por los juicios a quienes violaron derechos humanos, no ocurrió -en la mayoría de los casos- que las cúpulas fueran descabezadas y el personal remozado como se ha intentado con las tres armas; desde ese punto de vista, las policías han pasado un tanto disimuladas en el rol lamentable que muchas jugaron cuando la última dictadura (y, por cierto, también las anteriores).

Pero también es cierto que las policías están conformadas mayoritariamente por pobres. La clase media no manda sus hijos a escuelas de policía; los policías provienen del mismo sector social sobre el cual suelen ejercer represión social y política. Hay un problema con el ingreso a la institución: se requiere una exigencia de mayor escolarización previa (se lo ha intentado en Mendoza), y la formación tiene que ser exigente y prolongada. Si así fuera, se justificaría plenamente lo que es necesario: un salario que no ponga a los policías en la zona más baja de los trabajadores públicos. Salario que ha sido insuficiente, que los expone a los negocios que a veces proponen algunas jefaturas, las cuales además pueden castigarlos si no quieren participar.

En esa tesitura está lo que cualquier sociología institucional demuestra: es leve la zona que separa al delito de las policías, en cualquier parte del mundo. Por ello, es absolutamente de lamentar pero no es del todo una sorpresa, que las cúpulas policiales en Córdoba y Santa Fe estén ligadas al narcotráfico. Lo cual significa que algunas otras instancias de esas policías también lo están, aunque esto no abarque a las instituciones completas.


Se hace imprescindible, entonces, que la vigilancia civil y política sobre las policías sea mucho mayor. La habilitación de Consejos de Orientación o algo similar, formados por miembros de la política y la sociedad civil, se hace imprescindible: debieran ser parte misma de la institución, tener rango y total libertad para recorrer instalaciones, investigar, vigilar y decidir sobre aspectos estratégicos de la vida policial. La "autonomía policial" es sin dudas un problema para la población pero también para la policía, que por ahora no logra suficiente legitimación ante la población civil.

Los miembros de la policía necesitan y merecen una modalidad institucionalizada de negociación de salarios y condiciones de trabajo. Una ley nacional se requiere al respecto. Hay quienes proponen la sindicalización: vale la pena el debate, si bien a mí me parece que se requiere alguna modalidad específica que asegure la mejora periódica, pero impida cualquier presión de una institución armada sobre el poder político y la sociedad.

Porque eso fue a lo que hemos asistido: una presión inadmisible para la democracia, ejercida a partir de reivindicaciones que en algún caso pueden ser justas, pero que fueron obtenidas de manera forzosa. La democracia no puede reemplazar a las FF.AA. como quienes la impedían en otras épocas, por la policía como la que ahora impone reglas del juego. El sistema social no puede quedar como rehén de acciones de fuerza, por más que, al menos parcialmente, hayan sido desencadenadas por motivos razonables.

En las provincias donde hubo liberación de zonas para saqueos, tendrá que haber las sanciones necesarias. El caso de un policía que tenía en su casa objetos saqueados, en Entre Ríos, deja claro que no sólo se abrió espacio a los saqueos, sino que en algunos casos se los instigó y organizó. Eso es por completo inadmisible.


Como inadmisible fue el fogoneo abierto que algunos medios de comunicación hicieron al miedo y la zozobra, multiplicándolos al infinito; o es el insólito "apoyo" que cierto gremialismo opositor ha dado a la sublevación, pretendiendo multiplicar la extorsión hacia un pedido generalizado de aumentos indiscriminados a todos los empleados públicos como fruto indirecto de la acción policial.

El camino hacia Navidad no deja de tener acechanzas, cuando hay quienes invitan por redes sociales a saqueos y acciones violentas alrededor del día 20. Los argentinos tenemos ocasión, en democracia, de manifestar y demandar en paz, sin necesidad de apelar al desorden. Quienes prefieren el chantaje y la violencia contra un sistema institucional que es democrático y está en pleno ejercicio legítimo y legal, es evidente que se ubican tan fuera del campo de la ley, como de la convivencia social colectiva y de sus reglas compartidas.-

MENDOZA / Ojo al narco / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director



El ruido electoral opacó que hacia el fin de semana se hizo uno de los decomisos de cocaína más grandes de la historia nacional, que implicó allanamientos y detenidos en diversos sitios de la Argentina: unas 500 toneladas del blanco estupefaciente fueron incautadas, mostrando a la vez que se está trabajando contra el avance de la droga, y que la misma está considerablemente presente en el país.

El logro no puede disimular que se trata de una situación grave. La detención del jefe de policía de Rosario; el atentado posterior a la casa del gobernador Bonfatti, la destitución y enjuiciamiento del jefe de policía de Córdoba más la renuncia del ministro de Seguridad de esa provincia, muestran que instituciones que debieran prevenir el delito tienen a muchos miembros de la fuerza (e incluso a sus jefes) colaborando con el narcotráfico. Ello no debiera ser motivo para usos políticos de ocasión: es cierto que las autoridades de ambas provincias pueden ser criticadas por un mal manejo de una temática tan delicada (en Santa Fe aparentemente por omisión, en Córdoba porque una ex-funcionaria cercana a De la Sota ha sido acusada de participación directa), pero este es un problema de la Nación toda, aun cuando en algún sitio del país tenga más intensidad que en otros. Incluso si ocurriera exclusivamente en una zona o región, por su gravedad sería ya un problema nacional; pero además, no afecta a una provincia sola, ni por supuesto exclusivamente a las dos que hemos referido. En muchas otras se ha detectado venta ilegal, así como se han hecho operativos menores de decomiso de droga con detenciones de personas.


Que nadie crea que el narcotráfico es problema sólo de países que producen coca. En México no se planta coca y sin embargo, por ser la ruta intermediaria de la droga hacia Estados Unidos, es un país ocupado por los narcos que han infiltrado policías, Fuerzas Armadas, jueces, alcaldías, diputaciones y quizá alguna gobernación. Se disputan el tránsito a la potencia del Norte, pero también el menudeo. En tanto éste se queda casi con el 50% del negocio ilegal, manejar la distribución y venta lleva a la lucha entre grupos narcos que se advierte en el país azteca.

Resulta que Argentina es un país consumidor fuerte de cocaína: se lleva el 25% de la que se consume en América del Sur. Brasil, con cinco veces más población, totaliza sólo el 33%, lo que indica un promedio "per capita" cuatro veces menor que el nuestro. Somos ya un país con consumo importante, y la pelea por el manejo del transporte, distribución y venta se está haciendo notar. Recordemos que a comienzos del presente año dos jóvenes militantes políticos del Movimiento Evita fueron asesinados por la disputa de terreno que presuntos narcos les hicieron en un barrio marginal de Rosario. En esa misma ciudad hubo posterior ruido mediático (como siempre, momentáneo y fugaz) cuando una alumna que se iba de clases antes del final, declaró que lo hacía "para ir a vender droga".


Además del consumo de cocaína (la heroína no es acá problema importante porque se produce el 90% en Asia), está la cuestión de su producción. Esta es sudamericana en casi su totalidad. Y se ha huido en parte de una Colombia ya muy controlada hacia Perú y Bolivia en los últimos años, países en los que ha crecido considerablemente. A la vez, ha bajado en la última década el consumo en los Estados Unidos, mientras ha subido el de los países europeos. Esto significa que la ruta mexicana sigue siendo importante pero lo es menos que antes, y que, en cambio, la Argentina puede ser sitio de transporte hacia espacios importantes de destino, como es Europa, siendo que a la vez parte de la producción viene de Bolivia, un país limítrofe del nuestro.

Como se ve hay condiciones para la preocupación, pues el movimiento mundial del narcotráfico se ha trasladado tanto en producción como en consumo, y por ello también en cuanto a las zonas de tránsito. Todo esto nos está afectando. Es una situación de tal gravedad, que debiera hoy plantearse como política de Estado la lucha contra este flagelo. Su presencia como negocio ilegal ya es muy visible en el país, y se requiere una reacción que mueva todas las piezas de la capacidad social y estatal para que esto no dañe considerablemente la vida cotidiana de la ciudadanía.


Ojalá así sea. Ha habido logros en la lucha contra el narcotráfico (la detención en Buenos Aires del capo alias "Mi Sangre", de origen mexicano, ha sido uno de ellos), pero la gravedad de la cuestión exige un trato más preferencial y permanente dentro de la agenda pública. Por cierto que es importante actuar antes de que sea demasiado tarde.

MENDOZA / Saber elegir / Escribe: Roberto Follari






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director


No vamos a elegir a Mr. Simpatía, ni vamos a votar por quién sea el más parecido a nosotros. El domingo próximo tenemos que elegir a quienes dirigirán, en este caso legislativamente, a nuestro país. Debiéramos votar a quienes sepan hacerlo, quieran hacerlo y -sobre todo- puedan hacerlo.

Es como elegir al electricista que nos arregle las instalaciones de la luz en nuestra casa: no importa que quien lo haga sea simpático o no, importa que sepa arreglar la electricidad, y luego nosotros no nos electrocutemos al manipular los dispositivos cotidianos de nuestro hogar.


Se trata no sólo de una persona que nos caiga bien o mal; se trata de quien represente un elenco o un partido que sea capaz de gobernar. Que no se caiga, que no temblequee al primer viento fuerte, que no haga de gobierno/flan tambaleante, con el cual ningún ciudadano puede prever ni qué se hará para el día siguiente. No es una cuestión de una persona, es cuestión de asegurar la gobernabilidad de la Nación para los próximos años. Ante ello, no es momento ni ocasión para hacer experimentos que entronicen a quienes se haya demostrado que no saben gobernar, ni tampoco a los que jamás gobernaron ni siquiera una municipalidad de nuestro país, y aparezcan como súbita nueva oferta electoral exitosa.

Por eso mismo, no se trata de elegir a quien haga promesas ideológicas irresponsables que jamás se podrían cumplir, y menos aún a quien mejor sonría, como si se tratara de un concurso de pasta dentífrica. El criterio de que es mejor la gente que sonríe o la gente más simpática, a alguien puede parecerle en primera instancia apropiado, pero en verdad es erróneo. Sonreir no siempre es mejor que enojarse; si alguien falta el respeto a un anciano...¿nosotros le sonreímos? No, ¿verdad? Si alguien agrede brutalmente a un niño, ¿es posible sonreirle? Seguro que no. Por ello, en política, quienes quieran aumentar la deuda externa o someterse permanentemente al Fondo Monetario Internacional (como tanto se hacía hasta el año 2001) vendrían a perjudicar a nuestro pueblo, con ello a nuestros ancianos y niños. ¿Qué corresponde hacer? ¿Tener gobernantes que sólo contemporizan y sonríen al Fondo Monetario, o quienes sean capaces de enfrentarlo? ¿Es bueno pedir "que se acaben los conflictos", cuando algunos entienden por ello caerle bien a los grandes banqueros internacionales, someterse al capital sin ponerle límites a su ganancia, ser blando frente a las presiones de la política de los grandes centros monetarios y geopolíticos del Norte?

Elegimos algo tan importante como es el Poder Legislativo de nuestro país, en niveles municipal, provincial y nacional. ¿Elegiremos con lucidez, o elegiremos lo que quieren los dueños de la televisión? ¿Podremos tener ojos nuestros para ver y cabeza para pensar, o lo haremos según los dictados de esa máquina incesante de "hacernos el bocho" que son los grandes medios informativos, sobre todo los electrónicos?


Ojalá nos demos cuenta que lo político no es el peor lugar de la sociedad, sino uno de los pocos en que podemos influir y tener algún control. ¿O acaso controlamos a los dueños de las grandes empresas, a las embajadas de las grandes potencias, a las autoridades de las iglesias? A todos ellos nadie les pide cuentas, nadie los eligió, nunca se irán de su lugar (o se irán por decisión en que nada tendremos que ver). La política es el lugar donde nosotros tenemos un margen de decisión, y donde podemos hacer que nuestros criterios tengan cierto peso. Es un espacio que nos debiera importar y convocar, a pesar de las decepciones que más de una vez podamos haber tenido.

Vamos a elegir, y ojalá elijamos a quienes pueden y saben gobernar, no a la figurita más mediática y simpaticona. De lo contrario, no serán Dios y la Patria quienes nos lo demanden, sino nuestro patrimonio familiar y el futuro de nuestros hijos. Hay algunas estampas de nuestra historia que desembocaron en la desesperación y los 30 muertos de una tarde de diciembre del año 2001: ojalá seamos capaces de no convocar para que vuelvan los autores de ese país que se caía a pedazos, de ese desaguisado tembleque y decadente. Lamentablemente, si bien De la Rúa no es ya postulante no faltan candidatos que mucho se le parecen, tanto en su figura personal como en el elenco que los acompaña.-

ARGENTINA / Quién manda en Mendoza / Escribe: Horacio Verbitsky






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Hoy comenzarán en Mendoza las audiencias del juicio oral y público contra más de cuarenta militares, policías, jueces y fiscales, por la participación que a cada uno le cupo en los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico-militar. Pero al mismo tiempo, dirigentes de la oposición política junto con los mayores empresarios de medios preparan una ofensiva contra la Suprema Corte de Justicia provincial, para impedir que firme un fallo que reconoce la plena vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo de los trabajadores de prensa. Lo que se discute, en ambos casos, es la autonomía de la Justicia respecto de los poderes fácticos: las Fuerzas Armadas durante los gobiernos de facto, los intereses económicos y mediáticos ahora.


Es la primera vez que los funcionarios judiciales deben rendir cuentas junto con los autores materiales de los secuestros, las torturas y los asesinatos. Entre los cinco jueces que llegan detenidos al juicio, los más notorios son los ex camaristas Otilio Romano y Luis Miret, quienes durante décadas fueron amos indiscutidos de la administración de Justicia en Cuyo y figuras de peso en la política cuyana. Ambos fueron destituidos en juicio político por unanimidad del Jurado de Enjuiciamiento del Consejo de la Magistratura, en 2011. Hasta ese momento habían conseguido impedir que avanzara en Mendoza cualquier juicio por los crímenes de la dictadura. Las causas se pusieron en movimiento recién entonces. Romano huyó a Chile para evitar su detención pero la Corte Suprema de ese país concedió la extradición solicitada por la Argentina y lo remitió detenido a Mendoza. Ambos resistieron todo lo posible su alojamiento en la misma cárcel común en la que aguardan el debate los policías y militares y la celebración de un único juicio, porque aún creían ser parte de una elite, diferente y superior.

Legisladores provinciales que responden a Julio Cobos y Sergio Massa impulsan el juicio político del juez de la Suprema Corte, Carlos Bohm. El tribunal respondió convocando a una audiencia pública en la que deberán ventilarse los términos del debate sobre la vigencia del convenio laboral, firmado en 1975, meses antes del golpe del 24 de marzo del año siguiente, lo cual hará más difícil la manipulación en las sombras. Las empresas objetan ese convenio desde su propia sanción, pero han fracasado una y otra vez en distintas instancias judiciales.

La intimidación contra los jueces de la Suprema Corte para que no reconozcan los derechos laborales de los trabajadores es encabezada por los dos mayores multimedios del país: el Grupo Clarín, que en Mendoza posee el tradicional diario Los Andes, fundado hace trece décadas, y el Grupo Uno, conducido por el empresario Daniel Vila y el ex ministro del Interior del menemismo, José Manzano. Ambos mantuvieron una relación de privilegio con Cobos cuando fue gobernador. Cobos otorgó entonces un crédito de 11,6 millones de pesos al Grupo Clarín para importar una rotativa con muchos años de uso, fabricada en Alemania. Lo hizo con recursos del Fondo de Financiamiento de Inversiones Públicas y Privadas para la Transformación y el Crecimiento (FTYC), creado para “brindar asistencia crediticia a las pequeñas y medianas empresas” y apoyar proyectos de desarrollo ganadero, agroindustriales, mineros y de colocación de malla antigranizo para zonas cultivadas. La línea destinada al sector industrial sólo contempla préstamos para adquirir “maquinaria nueva”. El monto financiable es de 200 mil pesos, que aumenta a 300.000 si la mitad de las máquinas es producida en Mendoza. La tasa para esa línea es la mitad de la ya subsidiada del Banco Nación, se paga a cinco años, y sin gracia. Desde su constitución el FTYC realizó préstamos a más de 5000 empresas, a un promedio de 114.000 pesos por crédito. El Grupo Clarín recibió cien veces más, superó en 58 veces el tope de los 200.000 pesos, importó una máquina alemana desde Estados Unidos y obtuvo además un año de gracia antes de comenzar el pago. Vilas y Manzano explotan importantes áreas petroleras en Mendoza, que Cobos les concedió en un trámite irregular. La oferta más alta en la licitación, por 76 millones de dólares, fue presentada por una UTE que encabezó Oxipetrol. Las ofertas siguientes, ambas por 55 millones de dólares correspondieron a empresas del trío Manzano-Vilas-De Narváez y del empresario patagónico Cristóbal López. Pero Cobos anuló la licitación. En la segunda convocatoria, ya con la oferta de Oxipetrol conocida, Manzano y López mejoraron las suyas y resultaron los principales adjudicatarios. La inversora en negocios energéticos de Manzano y los Vila, Ketsal, obtuvo la principal área licitada (Chachahuén, por 126,7 millones de dólares) y por otros 62 millones las áreas Ñacuñán, Pampa del Cebo, Zampal Oeste, San Rafael, Malargüe y El Coirón I y II. Oil M&S, de Cristóbal López, se quedó con el área del Río Diamante, por 66 millones de dólares.


Carlos Bohm integra la sala laboral de la Suprema Corte junto con los jueces Herman Salvini y Mario Adaro. Ese tribunal debe resolver varios juicios de periodistas contra los medios por diferencias salariales. Esos fallos constituirán un precedente sobre la validez del Convenio Colectivo de Prensa 17/75, el Estatuto del Periodista firmado meses antes del golpe de 1976. Según ese convenio, el salario de la categoría más baja duplica el mínimo vital y móvil. La dictadura lo dejó sin vigencia y una vez concluida comenzaron los juicios en demanda de su aplicación. Se calcula que en Mendoza hay unos 300 casos y que las diferencias entre los reclamos y lo que las empresas reconocen es de unos 50 millones de pesos, alrededor de la mitad de la pauta oficial que reciben del gobierno nacional. Con el operador del Grupo Uno José María Casero a la cabeza, las empresas comunicaron al gobernador Francisco Pérez que quebrarían si la decisión les era adversa. Antes de trabajar para Vila y Manzano, Casero tuvo relación comercial con los marinos de la ESMA Ricardo Cavallo y Jorge Rádice y fue CEO de Los Andes. La presión alcanzó a otro miembro de la Corte que no integra la sala laboral, quien recibió una advertencia sobre información confidencial sobre los dos hogares que mantiene, en Mendoza y San Rafael. El propósito es conseguir que se excuse o vote a favor de las empresas si la causa llegara a tratarse en plenario del tribunal. El juicio político contra Böhm fue solicitado por la legisladora cobista Patricia Gutiérrez y la antena de Massa en Mendoza, Gustavo Valls. Massa se reunió con Valls en San Luis, donde programaron una visita del bonaerense al festival de la tonada en Tunuyán, Mendoza, que se suspendió debido al duelo por el horrible accidente del camión que chocó de frente a un ómnibus. Las empresas confían en Adaro, ex ministro de Celso Jaque y huésped de Manzano y Vila en la denominada Vendimia Solidaria, presionan a Salvini e intentan destituir a Bohm. Manzano habló con el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús, para preguntarle qué pensaba hacer con el tema. La solicitud de juicio político a Bohm fue tapa del diario Uno. Una de las razones aducidas es el estado psicofísico del juez, a quien le atribuyen 78 años, cuando tiene 74, y una intrincada cuestión procesal, en otra causa. Para que la intimidación fuera más eficaz, el diario de Vila y Manzano recordó que la última vez que sesionó la Comisión de Juicio Político fue en 1974, cuando fue destituido el gobernador Horacio Martínez Baca. La audiencia pública convocada por la Suprema Corte para neutralizar estas presiones, en el caso de Mariana Silva contra Los Andes, por despido, dará amplia visibilidad a la cuestión, y permitirá que ambas partes expongan en igualdad de condiciones, como ya ocurrió en la Corte Suprema Nacional con la ley audiovisual. Entonces pudo apreciarse que la luz pública es el mejor desinfectante para limpiar hasta los rincones más oscuros.

(Diario Página 12, lunes 17 de febrero de 2014)

ARGENTINA / Al diablo / Escribe: Horacio Verbitsky






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director

Muchos militantes políticos se sorprendieron al conocer en esta página las duras reflexiones autocríticas de Juan Gelman. Esto indica que su libro de 1987 Contraderrota. Montoneros y la Revolución Perdida no tuvo la difusión que merecía. Pero entre los sorprendidos al enterarse de la existencia de ese texto figura también el periodista Ceferino Reato, quien se había apresurado a zapatear su ignorancia sobre el féretro de Gelman, al reprocharle que nunca hubiera hecho una autocrítica, pecado en el que sin ingenuidad involucró al kirchnerismo y a la mayoría de los organismos de derechos humanos. En una respuesta a mi artículo sobre la posición política de Gelman, Reato sentenció esta semana que después de leer con atención esos fragmentos piensa lo mismo que antes de conocerlos. A juicio del ex funcionario del ex embajador menemista en el Vaticano Esteban Caselli no constituyen una autocrítica, porque Gelman no confesó crímenes, no se arrepintió ni pidió perdón.


Así confunde la autocrítica (que diversos movimientos políticos y escuelas psicológicas utilizan como herramienta para descubrir y superar errores e insuficiencias en la propia actividad) con el sacramento católico de la reconciliación o la penitencia, que abre la puerta a la salvación individual. La reconciliación se consuma al confesar los pecados ante el sacerdote, cuya absolución confiere al penitente el perdón de Dios.

La autocrítica de Gelman (como la de Walsh o la mía, aunque a Reato le moleste su mención) fueron contemporáneas a los hechos y prosiguieron después. La continuidad en la organización (Walsh y yo hasta 1977, Gelman dos años más) no implicó convalidar las políticas que objetamos y se explica por la pertenencia a un proyecto colectivo, la lealtad a quienes murieron defendiéndolo y el intento de modificar las cosas mientras fuera posible. Las definiciones de Gelman contra el militarismo, el elitismo, la soberbia, el foquismo (y su resultado: una política antipopular, opuesta a Perón, a la clase trabajadora y a la clase media) son de una contundencia que pone en ridículo cualquier intento de negarlas.

Ya entonces Gelman advirtió a los previsibles reatos del futuro que su autocrítica no era la de “los cuervos políticos”, para “regodearse con la derrota y decretar el fin de las utopías” ni “para salvar el honor personal”, sino “con la voluntad de revertir esta situación y no incurrir en la autoflagelación pública”. La compunción póstuma exigida a Gelman equivale a que en nombre de los errores y del dolor, padecido e infligido, se abomine de toda lucha, pasada o futura, por el mejoramiento de las condiciones políticas y sociales. Eso es desconocer la historia de los pueblos, que en vez de resignarse al statu quo debido a los errores de los militantes o los dirigentes se las ingenian para corregirlos y avanzar, como se ha comprobado en estos años.


Reato niega adherir a la doctrina de los dos demonios y para probarlo alega que le parecen “mucho peores los delitos realizados desde el aparato del Estado”. Se le olvidó que ya en la primera página del informe Nunca Más, de 1983, Sabato enunció esa doctrina en sus mismos términos: “A los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor”. ¿O tampoco lo habrá leído?

Por último, también exhuma una pieza arqueológica del terrorismo de Estado, cuando afirma que a Walsh lo mataron, Gelman vivió en el exilio y a mí no me pasó nada: por algo será. Esto expone tanto su calaña cuanto la inconsistencia de sus argumentos.

(Diario Página 12, domingo 9 de febrero de 2014)

ARGENTINA / Curva cerrada / Escribe: Horacio Verbitsky






Este 25 de febrero de 2014 PROYECTARIO cumplió dos años. Es un honor para mi llevar adelante esta iniciativa comunicacional de la que participan muchas y muy buenas plumas de Mendoza y la Argentina. Día a día damos a conocer nuestra mirada acerca de temas políticos de orden provincial, nacional e internacional. He seleccionado ocho textos para cada una de las ediciones que van desde el 26 de febrero y hasta el 11 de marzo. En ellas daré a conocer los últimos artículos de quienes más han participado en este sitio: Roberto Follari, Horacio Verbitsky, Pablo Salinas, Roberto Caballero, Guillermo Carmona, Hernan Brienza, Carlos Almenara, Luis Bruschtein, Alberto Lucero, Hugo Presman, Ramón Abalo, Sandra Russo, Raul Dellatorre. A cara descubierta y en forma decidida, quienes nos comunicamos a través de PROYECTARIO lo hacemos por la defensa y profundización del Proyecto Nacional y Popular que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo hacemos desde hace dos años y seguiremos en el mismo camino.

MARCELO SAPUNAR
Director



La estrechez de las opciones económicas del gobierno nacional y la avidez de las oposiciones económica, política y mediática por sacar ventaja del momento más difícil del kirchnerismo sirven paradójicamente para medir la solidez de la construcción social realizada desde 2003. La peor coyuntura resulta moderada por los cambios previos en la estructura social y esto permite soportar un cimbronazo que de otro modo podría haber sido devastador, como ocurrió en las crisis cíclicas pasadas, en las que se hundieron el salario y la participación laboral en el ingreso. Junto a los inquietantes síntomas de los últimos meses debe ponderarse la consistencia de las políticas aplicadas en estos años, que han puesto un tope a la línea descendente que golpea sobre los hombros más débiles. Ni las teorías conspirativas sobre una crisis institucional, ni las propuestas de salida por izquierda dan cuenta fiel de la situación. El gobierno ha ingresado a una curva cerrada, pero tiene resto para disminuir la velocidad y tomarla sin derrapar ni perder el rumbo. Para más adelante quedará la evaluación del daño, económico, social y político. No tiene sentido negar que se trata de un ajuste, pero tampoco perder de vista su carácter heterodoxo y la decisión de atemperarlo con todo tipo de medidas que no desamparen a la base social del kirchnerismo. Este no será un año de avance, pero esas políticas pueden minimizar el retroceso.


Un contrato vigente

El adverso contexto internacional, con un flujo de capitales que vuelve a dirigirse de la periferia al centro; la merma de la actividad por los obstáculos a las importaciones que planteó desde Comercio Interior un especialista en jugar con cosas que pueden romperse y no tienen repuesto; el insoportable mes de diciembre (con la peor ola de calor que se conozca, los cortes de luz, los intencionados motines policiales y las consecuentes zonas liberadas); la opción del nuevo equipo económico por un gradualismo que da resultados en el agua destilada del laboratorio pero no en el barroso río de las pirañas; la aceleración del ritmo devaluatorio e inflacionario y la inmediata disparada de precios, no escalaron el conflicto social que en cualquier otra época de los últimos sesenta años hubiera producido llamas y derrumbes. A pesar de los padecimientos, la incertidumbre y la espantosa cantidad de vidas humanas perdidas en el diciembre tórrido de los saqueos, el contrato recíproco de lealtad entre CFK y la base social de su estructura política resistió. La presidente tiene conciencia de la importancia de ese pacto con un núcleo duro que, a pesar del ostensible malhumor social de los últimos meses, no la abandona porque sabe que no hay mejor opción. Durante sus últimas apariciones públicas, anunció medidas destinadas a atenuar las secuelas del salto inflacionario, como los programas de asistencia a los jóvenes de 18 a 24 años sin empleo ni estudios, el aumento a jubilados o la canasta escolar, a lo que se suman los acuerdos de precios anunciados desde la jefatura de gabinete, el Ministerio de Economía y la Anses, cuya aplicación es el nuevo terreno en disputa. Gracias a las medidas similares que se vinieron tomando durante años, no se produjo hasta ahora un salto brusco de la desocupación ni un desplome vertical de los salarios, dos variables sometidas a extrema tensión, que serán centrales en las inminentes negociaciones paritarias. Del mismo modo, la sorprendente dureza del discurso público contra el sindicalismo más dispuesto a defender las conquistas de estos años, se compensó con las reuniones privadas que Cristina mantuvo con los líderes de las centrales sindicales próximas: con Hugo Yasky en la Casa de Gobierno y con Antonio Caló en Olivos, en las que se exploraron fórmulas para que los convenios en discusión no dejen a los trabajadores a la intemperie ni realimenten la inflación. En ambos encuentros la presidente objetó la reapertura automática de las mesas de discusión dentro de cuatro o seis meses y las cláusulas gatillo de actualización a partir de cierto nivel de precios. Su contraoferta de un aumento anual pero fragmentado en tramos tampoco fue aceptada. Menos contundente fue su rechazo a un aumento inmediato de suma fija que permita aguardar hasta ver en qué niveles se aquietan las variables en movimiento, dada la dificultad de asentar algo sobre arenas movedizas.

Pese a la peor crisis mundial en un siglo, el producto interno argentino de estos años superó no sólo al de los países centrales, sino también al de los demás de la región, incluso aquellos cuya producción exportable gozó de mejores términos del intercambio. Además se mantuvieron los niveles de ocupación y de salarios, a expensas de la rentabilidad de las 500 empresas de mayor tamaño, que disminuyó casi diez puntos (de 35,8 a 26,5 por ciento) desde que Cristina asumió la presidencia en 2007, como se observa en el gráfico 1. También se redujo la incidencia de las 200 empresas más grandes del país en las exportaciones: del 74,4 en el primer año del mandato inicial de CFK al 64,1 en 2012. Lo mismo ocurrió con el peso de las empresas extranjeras y los grupos económicos locales dentro de ese total, que no obstante sigue siendo descomunal. Ese 64,1 por ciento de las exportaciones en manos de 200 empresas es una limitación estructural que explica el poder de los grandes actores en esos mercados. En 2012 el superávit comercial rozó los 13.000 millones de dólares. Pero las 200 empresas más grandes tuvieron un saldo comercial de casi 30.000 millones de dólares y el resto de la economía argentina un déficit que rondó los 17.000 millones (gráfico 2). Más acentuado es el cuadro si se limita a las cruciales exportaciones cerealeras: quince empresas representan el 95 por ciento de todos los porotos de soja exportados en 2013. La vida te da sorpresas: la primera de la lista no es Dreyfuss, Cargill, Toepfer, Bunge o Nidera, sino la Asociación de Cooperativas Argentinas, con casi el 18 por ciento del total. Sumado al 7 por ciento de Agricultores Federados Argentinos la cuarta parte de esas exportaciones son manejadas por cooperativas próximas a la Federación Agraria. No por casualidad, su presidente, Eduardo Buzzi, fue el primer dirigente que en plena corrida cambiaria puso el foco en las retenciones, para advertir que no aceptarían un aumento compensatorio de la devaluación. Pero quien perfeccionó el razonamiento fue el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, quien dijo que no pedían una devaluación (¡si ya la habían conseguido!) sino “que se reduzcan y eliminen retenciones” para ganar competitividad. Se comprende: las retenciones tienen carácter estructural y cualquier territorio ganado se defiende como la casa propia. Lo mismo ocurrió con los aportes patronales reducidos por Cavallo hace dos décadas, con el mismo argumento de la competitividad. Nunca fue posible reponerlos y sólo contribuyeron a engrosar la rentabilidad empresaria sin mejorar su capacidad competitiva, que depende de decisiones macroeconómicas, de inversión y desarrollo tecnológico.

El piso o el techo

Es imposible responder en términos binarios si la fijación del tipo de cambio en 8 pesos por dólar fue una imposición de los productores y exportadores que se negaron a liquidar más de un décimo de la cosecha de soja, o una decisión soberana del gobierno nacional. El ministro Axel Kicillof prefería tipos de cambio diferenciales, pero no convenció al Poder Ejecutivo. La alternativa fue acelerar el ritmo de la devaluación, para acortar la distancia entre la cotización oficial y la ilegal del dólar. Esto pareció funcionar en las primeras semanas. Pero los exportadores agropecuarios advirtieron que si la cotización clandestina seguía como su sombra a la legal conseguirían un logro al mismo tiempo económico y político: forzarían una nueva aceleración devaluatoria y convertirían una reivindicación sectorial en el sentido común de la sociedad. Nunca antes lució tan racional el discurso de los ruralistas: a esa velocidad, “¿quién puede confiar en el peso que se le hace agua en las manos?”, como preguntó Etchevehere. En ese punto, el gobierno apretó el acelerador y recién clavó el freno en 8. La sacudida fue fuerte, como el impacto sobre precios y poder adquisitivo del salario. Para el gobierno ese número es un techo a sostener, para los exportadores un piso desde el cual planificar el ataque sobre las retenciones. Pero además, y como tardía compensación a la persistente falta de instrumentos de ahorro para quienes tienen excedentes, vino el aumento en la tasa de interés, cuyo daño colateral sobre el nivel de actividad aún no puede evaluarse. Las reservas perdidas fueron significativas pero bien empleadas, porque tendieron un puente hacia la liquidación de la próxima cosecha. Aún así, pasada la corrida, la brecha superior al 50 por ciento sigue siendo una incitación peligrosa. De abril a septiembre ingresará al cofre del Banco Central buena parte de lo que permitió salir ahora. Lo que pase a partir de octubre dependerá de otras variables: si el gobierno volverá a utilizar el tipo de cambio como freno de mano antiinflacionario, qué ocurrirá con el Club de París y los holdouts, la proximidad de la renovación presidencial.

Restricciones

Hay opciones de política económica que han tenido un efecto benéfico sobre el empleo y el consumo pero que plantean limitaciones estructurales. La elección de la industria automotriz y de la armaduría electrónica de Tierra del Fuego como dinamizadores del crecimiento ha sido un arma de doble filo, porque ambas tienen una balanza comercial muy negativa y además incentivan el consumo energético en rubros no productivos. La integración de partes nacionales es baja en el complejo automotriz y nula en la electrónica, a lo que se suma la deficitaria cuenta de combustibles. La corrección de estos desequilibrios no es fácil y mucho menos en los plazos exiguos que plantean el balance de pagos y el calendario electoral. El mecánico Ricardo Pignanelli y el metalúrgico Antonio Caló han sido los dirigentes de la CGT más comprensivos con la maniobra económica iniciada por el gobierno para salir de la trampa de los paralelos frenos cambiario y comercial, porque sus sindicatos están entre los que más crecieron desde 2003. Pero ahora serían los principales afectados por la corrección de ambos trastornos comerciales. Caló planteó una moderación de los reclamos salariales a cambio de un compromiso de mantenimiento de los niveles de empleo. La fragmentación sindical tampoco facilita las cosas. Los docentes privados de la CGT anunciaron un pedido de aumento del 61 por ciento, una cifra irreal de la que no les costará retroceder sin costo, ya que no deben responder en asambleas ante poderosas bases organizadas, a diferencia de la Ctera que forma parte de la CTA. Todos ellos coexisten, además, con otros dirigentes enrolados en la política de oposición, como Luis Barrionuevo y Hugo Moyano, cuyo petardismo verbal los asocia con marginales como Jorge Yoma, muy locuaz desde que le pidieron cuentas por sus gastos como embajador en México, o el ex senador Eduardo Duhalde quien, como el diario La Nación, lleva años penando por que se hagan realidad sus vaticinios sobre el final apocalíptico del kirchnerismo. La Nación hizo el suyo en 2003, antes de que asumiera Néstor; Duhalde en 2007, durante la primera campaña electoral de Cristina. La deriva de Moyano, del kirchnerismo ardiente a la alianza electoral con Francisco de Narváez, su reconciliación con Patricia Bullrich (quien ha perdido interés en las propiedades y cuentas bancarias del camionero) e incluso Maurizio Macrì, a quien prodigó elogios inverosímiles, es tan errática como la de un globo que se desinfla. Por intermedio de uno de sus hijos también tiende puentes con el diputado bonaerense Sergio Massa, quien no se apura por corresponderle. Con un Moyano le basta, y el juvenil Facundo le parece más atractivo que Hugo, quien hace un mes llegó a los 70 años sin encontrar la fórmula para convertir su fortaleza gremial en poder político, dada la desmesura de sus ambiciones y el desatino con que muta de alianzas, en las que no intervienen la reflexión ni el cálculo.

Altri tempi

Desde distintos sectores de lo que podría denominarse la izquierda K se plantean alternativas de profundización que eludan los condicionamientos señalados: alguna forma de intervención estatal en el comercio de cereales o la lisa y llana reforma agraria. Son inquietudes legítimas para no someterse a las condiciones que se intentan imponer al gobierno y la sociedad, pero su aplicación requeriría de adecuaciones para las que al actual gobierno no le sobra el tiempo. Suponiendo que ya existiera un organismo regulador como el IAPI del primer peronismo o la Junta Nacional de Granos que disolvieron Menem y su ministro Felipe Solá, no podría dar respuesta a las advertencias del vicepresidente de Confederaciones Rurales, Pedro Apaolaza (“El productor va a comercializar cuando quiera porque todavía estamos en un país libre”). La intervención manu militari de los silobolsas está fuera de cualquier hipótesis. Las condiciones del agro argentino tampoco permiten una proyección mecánica de aquellos modelos. En la primera mitad del siglo pasado, los pequeños arrendatarios resistían la explotación de los grandes propietarios pampeanos. En el actual paradigma sojero, en cambio, no median relaciones de explotación entre quienes ceden y quienes toman tierras ya que las economías de escala operan en pequeñas, grandes y medianas superficies. Los principales tomadores de tierras son también propietarios y no agentes económicos de otras actividades económicas. Muchos obtienen reducciones de costos al aumentar la superficie trabajada y otros alcanzan un buen pasar como rentistas. Una propuesta tradicional de reforma agraria unificaría a todos en contra y en todo el país, ya que la soja rompió los límites de la región pampeana. Pero ese agro que adquirió dimensión nacional sigue siendo manejado por los descendientes de la oligarquía pampeana. Peor aún, en esas nuevas regiones sojeras hasta los trabajadores podrían identificarse con los propietarios, ya que ganan más que con los cultivos tradicionales desplazados. Sin hablar del apreciable número de gobernadores, legisladores y sus familiares, del oficialismo y de la oposición, que se dedican a esos cultivos.

Activos

Además de la fidelidad de su base a Cristina, el gobierno cuenta entre sus activos con la falta de confluencia entre los intereses de los sectores dominantes. Sólo en ese sentido la situación es similar a la de los últimos años del alfonsinismo, cuando los acreedores externos competían con los grupos locales subsidiados por los escasos recursos que le quedaban a un Estado en bancarrota y sin acceso a los mercados internacionales. La solución que idearon Henry Kissinger y el Citibank y que Menem aplicó con la pasión del converso consistió en unificar esos intereses antagónicos en un negocio común: el desguace del capital social acumulado por generaciones de argentinos en las empresas del Estado, a precio vil. Para ello impusieron la formación de asociaciones que debían incluir a bancos acreedores que aportaban los títulos depreciados de deuda, operadores internacionales capaces de mantener en funcionamiento los servicios públicos y grupos económicos locales idóneos para aceitar las bisagras de las puertas que se necesitaba abrir, en el momento oportuno. Esos fueron los años excepcionales en los cuales se revirtió la tradicional fuga de capitales, porque los dineros fugitivos volvieron para aprovechar esa oportunidad única. Luego de la reelección de Menem en 1995, los grupos locales vendieron su participación a los extranjeros y realizaron sus ganancias extraordinarias en la producción agropecuaria y los depósitos en el extranjero, a la espera de la próxima gran devaluación, que en 2002 les concedería Duhalde. La fantasía de repetir hoy una o varias partes de esa operación no tiene asidero en los intereses y las relaciones de fuerza actuales. Apreciar el dólar y/o suprimir las retenciones es un programa del sector agropecuario al que adhirieron algunos dirigentes, como Hermes Binner, Elisa Carrió y Sergio Massa, pero que disgusta al sector industrial productor de bienes no transables y a los prestadores de servicios públicos, donde siguen prevaleciendo las empresas extranjeras. La modificación de precios relativos y el desfinanciamiento del Estado van en contra de ellos y no sólo de los trabajadores, porque de allí deberían salir los recursos que se resignen. Unificar esos intereses contrapuestos es una tarea para genios políticos y económicos, que no abundan. El debate instalado a partir de la insidiosa frase que el Papa Francisco le transmitió a José Mendiguren para que la repitiera aquí (“hay que cuidar a Cristina”, con todos los subtextos implícitos que cada uno pueda agregarle), es puro artificio. No hay condiciones estructurales para la hecatombe en la que sólo se interesan algunos vivillos irrelevantes, como Yoma, Duhalde o Barrionuevo.

De ahora en más

Las consecuencias políticas de todo esto son una incógnita que nadie puede dar por resuelta con alguna seriedad y lo único que proliferan son operaciones interesadas en favorecer alguna de las hipótesis. A lo sumo puede formularse el dilema que se desenvolverá en el próximo año y medio:

- El kirchnerismo consigue hacer pie en ese núcleo duro inconmovible, llega con un candidato propio a la disputa electoral y se consolida como una nueva identidad política con la que sea imprescindible contar de ahí en más, bajo la conducción de Cristina (ya sea que ese candidato se imponga, por dentro o por fuera del PJ, o que retenga un porcentaje apreciable de los votos, no inferior al 20 por ciento); o bien

- Se diluye sin pena ni gloria y estos años se recordarán con nostalgia como una encarnación efímera del justicialismo, igual que antes el menemismo.

Como corresponde, ambas opciones tienen firmes partidarios dentro del heterogéneo universo que en estos años acompañó al gobierno nacional.



(Diario Página 12, domingo 9 de febrero de 2014)

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