CANCION / A la abuela Emilia / Escribe: Teresa Parodi






“Si ya lo hice me la banco”, pensó Teresa esa primera noche que no lograba conciliar el sueño sobre el suelo tapizado en papel de diario del rancho alumbrado a candil en la escuelita de El Dorado, Misiones, con el vecino más cercano a casi dos kilómetros.

Fue la calidez de los vecinos la que le acercó una cama, le suavizó la vida y le procuró las pautas para ese nuevo rumbo. Ella les enseñaba a leer allí, a sumar y a restar; y a cantar, en cuanto pudo llevar su guitarra.

Muy temprano murió su padre, tres meses antes del nacimiento de Guillermo, el primer hijo, a sus veinte años.


Desde buenos aires le escribo estas líneas
Quisiera que sepa que pienso en usted
Con esa paciencia infinita cuidando
Las flores, los pájaros que suele tener

Aquí la esperanza no me ha abandonado
Pero ando extrañando charlar con usted
Recuerdo que el día que nos despedimos
La oí repetirme que todo irá bien

Señora, me digo, cómo es que se vive
Con esta nostalgia tan grande, no sé
A veces parece que no me resigno
Pero otras me ayuda acordarme de usted

Si ahora pudiera iría volando
A verla y quedarme a su lado otra vez
Y oír que me cuenta de nuevo los cuentos
Junto a la ventana como en la niñez

Mi madre me ha dicho que mucho ha cambiado
Que todas las cosas se olvida y también
Que apenas camina, por eso le escribo
A ver si se alegra y mejora otra vez

Recuérdeme abuela, no olvide que espero
Que riegue sus plantas y vuelva a coser
Aquí mi nostalgia se cura tan sólo
Si yo la imagino tal cual la dejé

No importa si atiende mis muchas razones
Lo único cierto es que quiero saber
Si riega las plantas, si cuida las flores
Si espera mis pasos al atardecer

Y bueno la dejo, recuérdeme un poco
Aquí en buenos aires empieza a llover
Los niños llegaron recién de la escuela
La extraño, ya sabe, escríbame usted

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