INTERNACIONAL / No va a ser fácil ir a votar / Nota






Ucrania reconoció las dificultades que enfrenta en Donetsk y Lugansk para celebrar las elecciones presidenciales del 25 de mayo. En doce circunscripciones de esas dos regiones rebeldes aún no comenzaron los preparativos para los comicios, se lamentó el Comité Electoral Central (CEC) ucraniano, que pidió al presidente interino del país, Alexandr Turchinov, que tome medidas para controlar la situación. “Las informaciones que llegan al CEC ponen de manifiesto la de-sidia del Ministerio de Interior y el Servicio de Seguridad de Ucrania a la hora de proteger las instalaciones de los comités electorales”, subrayó la declaración del Comité. Moscú cuestionó la legitimidad de los comicios en Ucrania mientras continúan los combates entre nacionalistas y prorrusos en el Este del país. Y Jarkov fue escenario del segundo encuentro de la mesa de unidad.


En los últimos días, los independentistas lograron controlar varios centros electorales en Donetsk y Lugansk y se incautaron los padrones para impedir la celebración de los comicios presidenciales. A esto se suma que muchos miembros de los comités electorales locales en esas regiones se niegan a cumplir con sus obligaciones por temor a represalias, se quejó el CEC. Los líderes populares de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, que, tras celebrar un referéndum el domingo pasado se declararon independientes de Ucrania, aseguraron que no participarán en los comicios convocados por el Parlamento ucraniano tras el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich.

Sobre el desarrollo de los comicios, Serguei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores, se preguntó en un comunicado: “¿Pueden unas elecciones celebradas en medio del fragor de las armas cumplir con las normas democráticas del proceso electoral?”. El ejército ucraniano lanzó una operación el 13 de abril para retomar el control del Este de Ucrania, en manos de los separatistas, que Rusia consideró como una acción punitiva de Kiev contra sus propios ciudadanos.


El duelo diplomático fue acompañado por el sonido de bombas y balas disparadas por las fuerzas leales a Kiev y los prorrusos. Mientras las autoridades del gobierno ucraniano celebraron en Jarkov el segundo encuentro de la mesa de unidad –otra vez sin la presencia de representantes de las milicias y sin lograr avances–, nuevos combates se registraron en Donetsk y Lugansk. El bastión rebelde de Slaviansk, sitiado por tropas ucranianas desde fines de abril, fue escenario de enfrentamientos armados durante la madrugada en lo que pareció un nuevo intento de asaltar la ciudad por parte de las fuerzas de Kiev.

El alcalde popular de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov, denunció que las fuerzas ucranianas dispararon con morteros y obuses contra Semionovka y destruyeron un puente ferroviario en Andreyevka, dos localidades en las afueras de la ciudad. En los alrededores del núcleo urbano se oyeron explosiones, las más fuertes desde el relanzamiento de la operación antiterrorista, mientras varios aviones de combate sobrevolaban la zona, según testimonios citados por medios pro ucranianos.

Rusia exigió ayer “el cese inmediato de las acciones militares” que llevan a cabo las tropas ucranianas contra los rebeldes. “Las tropas ucranianas intentaron de nuevo asaltar la ciudad con apoyo de la aviación. El fuego contra infraestructuras civiles ya se hace con artillería pesada. Existe un riesgo real para la vida de los ciudadanos pacíficos”, denunció la cancillería rusa. Con el objetivo de cumplir la hoja de ruta marcada por la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa), las autoridades ucranianas volvieron a reunirse para buscar soluciones a una rebelión que avanza imparable y a cuyos líderes no quieren incluir en el diálogo.

Valeri Golenko, pro ucraniano, presidente de la asamblea regional de Lugansk, advirtió en la reunión que las soluciones que ofrece el gobierno para sofocar el descontento popular en el Este, como la descentralización del poder y un status especial para la lengua rusa, llegan a destiempo. “Es necesario declarar con decisión y claridad que Ucrania debe convertirse en un Estado federal, o al menos las regiones de Lugansk y Donetsk”, aseguró Golenko, que también pidió el fin de la operación antiterrorista contra los insurgentes.


El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, rechazó la posibilidad de crear un Estado federal y aseguró que como ciudadano resistirá hasta las últimas consecuencias para que Ucrania no sea desmembrada. Para el jefe del gobierno, Ucrania debe ser un país centralista con amplias competencias en las regiones. El miércoles se celebrará una nueva mesa redonda en Cherkassy, ciudad ubicada 200 kilómetros al sur de Kiev. Tal como ocurrió en Crimea, un grupo de soldados de la Guardia Nacional de Ucrania cambió de bando y juró lealtad a la república popular de Donetsk. “Debido a la traición de un grupo de soldados profesionales, que jugaron lealtad a la (autoproclamada) república popular de Donetsk, y para no permitir el derramamiento de sangre, los mandos de la Guardia Nacional decidieron replegar a sus efectivos, junto con las armas y blindados, a otro cuartel”, señaló un comunicado del cuerpo militar.

Asimismo, el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, dijo que la liberación del gobernador popular de Lugansk, Valeri Bolotov, se debió al cambio de bando de los soldados. “Los guardias lo detuvieron e informaron de ello a las fuerzas de seguridad, pero tras esperar unas dos horas no llegó el apoyo solicitado y un grupo armado de unos 100 insurgentes pudo liberar a Bolotov”, se lamentó un vocero del Servicio Guardafronteras de Ucrania.

(Diario Página 12, domingo 18 de mayo de 2014)

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