MENDOZA / Necesitamos aumentar retenciones a los granos / Escribe: Carlos Almenara






Como describe Aldo Ferrer, uno de los problemas de la economía argentina es la productividad diferencial de las diversas producciones nacionales. Así, la producción granaria y pecuaria de la pampa húmeda rankea en el tope de la productividad mundial pero las industrias y las economías regionales no tienen el mismo tipo de “ventaja comparativa”.

El modo que respondemos a esta asimetría que Ferrer denomina “maldición de los recursos naturales” o “enfermedad holandesa” nos pone de cara a una de las dos opciones que cruzan los más de doscientos años de historia nacional. El proyecto centrado en el puerto (porque es por donde sale la producción del modelo agroexportador) o la defensa y el desarrollo de nuestras industrias distribuidas a lo largo del territorio.


Si inscribimos nuestra preferencia en el proyecto de la producción diversificada, la corrección del tipo de cambio de los últimos días debe completarse de modo de dar cuenta de las productividades diferenciales. Esto, mediante el modo en que se corrige el tipo de cambio efectivo: las retenciones. La producción de soja y granos son rentables con un dólar de $ 2 pero la producción de aceitunas en Cuyo, no. El modo de equilibrarlas es a través de retenciones diferenciales.

Adicionalmente un incremento en la cotización del tipo de cambio de cambio, por el tipo de exportaciones argentinas, incide en el precio de los alimentos. Incrementar las retenciones debería bajar el precio interno de los alimentos.


Para un país equilibrado y mejorar el poder de compra de alimentos de los argentinos se impone según los instrumentos hoy disponibles aumentar las retenciones a la producción granaria. El trabajo con las cadenas de valor que lleva adelante la Secretaría de Comercio Interior puede ser un elemento útil para tener la sensibilidad y la información necesarias para adecuar las alícuotas de modo de no tener sectores que usufructúan rentas extraordinarias, para peor, producto del patrimonio de todos los argentinos: la fertilidad de nuestro territorio.

El anuncio de un incremento de las retenciones puede estimular la liquidación de exportaciones que tanto anhela el Banco Central.

Esto, conocido, seguramente parecerá una exhorbitancia política.

No lo es. La concentración mediática ya mostró qué puede y qué no.


Claro que hace falta una postura clara del Estado para no permitir que la oligarquía vernácula accione de modo sedicioso. Es imperioso un Estado democrático que dispute el festival de la discriminación y la agresión a la política que constituyen los medios hegemónicos.

Los golpistas no tienen más que lo que ya mostraron, si no hay disputa será un retroceso popular enorme.

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