MENDOZA / El concepto de comunidad en la cultura aborigen / Escribe: Paloma Giménez






Este es un momento histórico muy importante para todos los pueblos aborígenes del país y en particular de Mendoza. La gran posibilidad de reforma de las constituciones nacional y provincial, abre la alternativa a la inclusión de muchos derechos olvidados, por omisión o con intención excluyente. Por ejemplo, en lo referente a pueblos originarios, es ésta la oportunidad de que se los tenga en cuenta con mayor profundidad y seriedad. Se hace necesario su reconocimiento como pueblos con cultura propia. Ello da lugar a que se les permita el uso de sus costumbres y que puedan ejercerlas libremente. La tenencia de la tierra -para ellos- no es un bien material negociable, sino el lugar donde se nació y vive, siendo propiedad de todo el pueblo. Es de un único valor comunitario, junto a la vegetación y la fauna. Así también los alimentos, los que son repartidos por igual a todas la familias.


Otro elemento cultural importantísimo es el idioma. En Mendoza habría tres hablas aborígenes a rescatar: el milcayac (huarpe), el puelche y el pehuenche. Pretendemos que al menos en un primer momento sea rescatado el milcayac y sea difundido e incluido como segunda lengua en Mendoza. Para eso habría que introducirlo en la educación de la provincia, capacitar maestros y profesores para que sea enseñado en nuestras escuelas. Esta conducta debería desarrollarse en todo el país, incluyendo por regiones los idiomas aborígenes de las culturas preexistentes en cada una de ellas.
Ha sido muy bueno el reconocimiento que, en particular desde 2003, se ha hecho a los pueblos aborígenes. Pero se debe pasar de las palabras a los hechos. Es fundamental que todos los argentinos reconozcan el concepto de lo comunitario en las culturas de estos pueblos, para así entender sus reclamos.
Hay quienes sostienen que las verdaderas costumbres de esos pueblos, junto a sus idiomas, son imposibles de rescatar porque han desaparecido completamente. Eso no es cierto y esa actitud tiene que ver más con la negación de derechos, que con la verdad histórica. Hoy, en Mendoza, la cultura huarpe con su idioma sobrevive en los puesteros de Lavalle, Santa Rosa y La Paz, como así la puelche y pehuenche, en los crianceros y puesteros de San Carlos, San Rafael y Malargüe. Estas comunidades, si bien no son numerosas, guardan costumbres de sus antepasados aborígenes, aunque exista en ellos un “acriollamiento” producto del mestizaje con los primeros españoles que llegaron a la región, cosa que no volvió a repetirse en tiempos históricos posteriores.
Insistiendo con el concepto de valor de lo comunitario, constante en las culturas nombradas, creemos que hoy, cuando existe una vuelta saludable a desarrollar conductas solidarias, alentadas desde el gobierno nacional, la que tiene referencias no solo en las palabras de la Presidenta de la Nación, sino en las medidas de profundo alcance social implementadas. Vale mencionar a la “Asignación universal por hijo”, tan solo para citar un ejemplo.
Siendo así, sería importante desde el ámbito escolar y desde todo el gobierno, inculcar el valor comunitario de bienes, tan desarrollado en nuestras tierras antes de la llegada de los españoles. Por eso mismo, creemos importante, que en las nuevas constituciones se de lugar, no solo al valor comunitario de bienes, como una alternativa para quienes quieran implementarlo, sino como un concepto a tener en cuenta en distintas alternativas de la vida del país.



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