La noche tiene el peso de una lágrima inmensa y el color de una pena que jamás conocimos.
Hemos quedado solos en medio de esta muerte, como niños perdidos Dios sabe en que caminos.
La pena nos hermana; y al mirarnos los ojos vemos en otros ojos un dolor compartido, bajo el aire cruzado de la noche y la lluvia se acongoja en los rostros una angustia sin gritos.
Es como si de pronto, bajo el arco del cielo, la Patria se nos Fuera muriendo entre los cirios..
Todo el dolor del mundo se arrodilla en nosotros en esta noche oscura del destino argentino .
Hierático en la muerte, como lo fue en vida, contemple, General, un dolor sin consuelo..
Esta ha de ser la gloria que Dios brinda a los justos, merecer en la tierra las lágrimas del Pueblo.
¿Acaso no supimos que su muerte seria como un tajo implacable partiendo en dos el Tiempo?
¿O tal vez no quisimos pensar en este instante para cerrar los ojos al designio del Cielo?
¿O quizás no creímos que Dios lo llevaría, así, desencarnado, como nos fue devuelto?
En la noche enlutada tan solo nos responden, con su idioma cifrado, los llantos y el silencio.
Aquí están nuevamente, las antorchas de Octubre, quemándose en el llanto de sus descamisados.
Y los héroes del Pueblo, mártires de su causa, vigías imperiosos de su claro mandato.
Y están quienes negaron su divisa y su empresa y están quienes cercaron su exilio solitario,
Reunidos por su muerte y unidos por la pena, juntos y en una misma soledad hermanados.
¿Cuantos seremos dignos de su vida y su muerte?
¿Cuantos seremos fieles a este sueño truncado?
La Patria esta expectante, como recién nacida, y el Destino la mira con sus ojos llagados.
Mas allá de su muerte, la Patria es una espera desbordante de enigmas y de augurios poblada.
Mas allá de su vida, la Patria es un mandato, una lucha creciente y una clara esperanza.
¿Que haremos sin su guía con esta Patria huérfana?
¿Que haremos sin su rumbo con la Patria acosada?
Si la muerte del padre fortalece a los hijos, no habrá maldad del mundo que pueda avasallarla.
Estará para siempre coronada de gloria, mas libre en su grandeza, mas justa y soberana.
¡Que Dios nos lo demande si cedemos un paso; la Patria es la fatiga de una eterna batalla!
¡Duerma .mi General , en las manos del cielo y en este amor unanime del Pueblo que lo llora!
Descanse para siempre después de tanta lucha, de exilios, de amargura y pruebas dolorosas.
Ha llegado la hora de estar solo y de alzarse como un mástil de fuego sobre el haz de la historia.
Ha llegado el momento de ser multiplicado, la causa y el sentido de una lucha gloriosa.
Porque fuimos sus fieles seremos sus custodios, unidos por la fuerza vital de su memoria.
Porque somos su Pueblo seremos su milicia, hasta que rompa el alba de la nueva victoria.