ARGENTINA / "Ser peronista" / Escribe: Hernán Brienza






La semana pasada en el acto por la afirmación de la soberanía argentina sobre las Malvinas me crucé con el ministro Florencio Randazzo. Tras un saludo formal, nos "chicaneamos" mutuamente con cordialidad pero con pasión política, como corresponde. Él se quejaba porque yo lo había comparado con Daniel Scioli y me replicó que yo no podía decir eso porque él no era un liberal. Le retruqué que yo lo iba a votar a él en las PASO y me contestó sonriendo: "Y, claro, porque sabés que soy el único candidato peronista." Nos reímos, hasta con cierta complicidad...

Hoy me pregunto: ¿qué habremos entendido cada uno de nosotros por "ser peronista"? Porque yo entiendo por "peronista" no sólo una definición esencialista y doctrinaria sino también práctica. "Ser peronista", en la práctica, es ser leal a la conducción o irse. Pero no jugar en contra desde adentro en el momento más inoportuno. O al menos así se lo entiende desde el día que Perón dijo: "Primero la Patria, segundo el Movimiento y por último los hombres." Ayer celebraron la postura de Randazzo, desde Macri hasta Clarín y La Nación.Desde Menem que no ocurría ese milagro con un peronista.



Cristina Fernández de Kirchner colocó a Randazzo en un lugar de alta exposición pública. El ministro se pudo florear en su gestión con miles de millones de dólares para resolver el problema del transporte público. Fue una vidriera fenomenal. Desde hace meses, pudo armar su campaña a instancias de la presidenta: fue a 6,7,8, sus spots aparecían en Fútbol para Todos, se metió al progresismo de Carta Abierta en el bolsillo. Ni así le alcanzó para empardar a Scioli en las encuestas. Y en su campaña desplegó una virulencia fenomenal destemplada, innecesaria y a destiempo contra el gobernador bonaerense. ¿Qué pretendía? ¿Dividir el voto kirchnerista para favorecer a Macri? ¿Llevar al FPV a la derrota? ¿A qué intereses está jugando?

Hace pocas horas decidió bajarse solo de la candidatura. Sin que nadie se lo pidiera.Dijo que si iba Zannini de vice de Scioli él no competía. Y tampoco aceptó ser candidato a la gobernación de Buenos Aires. No encuentro razones ni morales, ni ideológicas, ni políticas para despreciar el segundo lugar de mayor poder y recursos de Argentina ¿Por qué tanta obsesión con la presidencia en un hombre tan joven y con tanta carrera política por delante? ¿Capricho personal? Debería explicarlo el ministro. ¿Qué tiene de heroico renunciar a ser el gobernador de la provincia más poderosa? No resulta muy "peronista" la decisión. Lejos de ser un reproche este texto es más un pedido de explicación de quien hasta ahora pensaba votarlo y hoy ve con desconcierto cómo su candidato está siendo desleal con la presidenta.



"Peronista" es ser leal a la conducción de Cristina. Crearle un problema es jugar para otros intereses. Ojalá Randazzo demuestre con hechos que es un "peronista" en la práctica. Y, sobre todo, que no está jugando para otros intereses. Porque como dijo Perón en un polémico discurso: "No nos vamos a tirar la suerte entre gitanos, acá sabemos que se juegan otros intereses."

(Tiempo Argentino, 19 de junio de 2015)

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