Venimos desde el sur de la patria, desde la tierra de la cultura malvinera y de los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas." Néstor Kirchner enunciaba ante la Asamblea Legislativa del 25 de mayo de 2003 la posición que el gobierno argentino sostendría en los últimos 12 años. Esta mirada significaría continuidades y rupturas respecto a la actitud histórica ante el reclamo por la recuperación del ejercicio de la soberanía sobre Malvinas. Continuidad en la reivindicación soberana que desde hace 183 años Argentina sostiene frente al colonialismo británico y, en particular, en el énfasis que puso la democracia surgida en 1983 respecto de la característica pacífica y diplomática que tiene el reclamo. Ruptura frente a la mirada de los ’90, según la cual, sin renunciar al reclamo, se privilegiaron las "relaciones carnales" y pretendidos beneficios económicos coyunturales, por encima de la defensa de nuestros intereses estratégicos en el Atlántico Sur. A partir de 2003, la reivindicación soberana sobre Malvinas fue colocada en el núcleo de la política exterior argentina como parte de una perspectiva más global de independencia política y económica e integración regional latinoamericana.
A dos meses de haber asumido, Kirchner colocó en Londres, ante el Primer Ministro británico, Tony Blair, el tema Malvinas en el centro de la agenda bilateral. Según relató el diario La Nación del 14 de julio del 2003: "(…) se convirtió en el único presidente argentino que dice la palabra soberanía en suelo británico y ante las máximas autoridades del gobierno local luego de la guerra de 1982." La política llevada adelante a partir de entonces por el gobierno de Néstor y continuada por Cristina estuvo centrada en tres pilares básicos: a) fortalecer el consenso y el apoyo internacional al reclamo argentino a partir del respaldo de los organismos multilaterales, en particular los de la región latinoamericana, b) defender los intereses económicos y geopolíticos argentinos en la zona de las islas y en el Atlántico Sur para evitar la expoliación de los recursos naturales por parte de la potencia colonial; c) consolidar como política de Estado y como parte de la conciencia colectiva de los argentinos, lo planteado en la Cláusula Transitoria de la Constitución respecto de la condición "legítima e imprescriptible de la soberanía sobre las Islas Malvinas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes por ser parte integrante del territorio nacional."
Respecto del apoyo internacional a la causa argentina, se continuó en estos años con la adopción de resoluciones y declaraciones favorables a la posición nacional del Comité Especial de Descolonización (C24) de la ONU y de la OEA. Pero la ofensiva diplomática permitió que numerosos organismos multilaterales sumaran, por primera vez, su consenso a través de declaraciones específicas: la Celac, la Cumbre Iberoamericana, la Cumbre América del Sur-África (ASA), la Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), el Grupo de los 77+China, la OLADE, el Mercosur, la Unasur, la ALADI y la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS), entre otros.
En relación al interés económico y geopolítico del Reino Unido, que pretende llevarse las riquezas de los 40 millones de argentinos, los gobiernos de Néstor y Cristina dejaron atrás las miradas neoliberales de los ’90 y desarrollaron una política de firme defensa de nuestros intereses. La soberanía no puede quedar supeditada a intereses económicos. Se denunció ante a los foros regionales y multilaterales que el Reino Unido no sólo continúa desoyendo el mandato internacional de reanudación de las negociaciones y de no llevar adelante acciones unilaterales en la zona en disputa, sino que además sigue implementando la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, para lo cual desarrolla una estrategia de permanente reforzamiento de su presencia militar. En materia de hidrocarburos, la Cancillería coordinó el plan de acciones legales del Estado Nacional y realizó gestiones en el exterior contra las ilegítimas actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental argentina. En materia de pesca, se alentó la normativa por la cual no se otorgarán cuotas a buques pesqueros cuyos armadores o propietarios realicen operaciones dentro de las aguas bajo jurisdicción argentina sin el correspondiente permiso.Pero nuestro país no ha restringido su perspectiva sobre el Atlántico Sur a la defensa de los intereses económicos ante el colonialismo británico.
Retomando la mirada que se implementó a partir de la perspectiva geopolítica que llevó adelante el general Perón se implementó una activa política de presencia en la región. Los aspectos ambientales y científicos han ocupado un papel preponderante en esta acción, en una política de Estado basada en la labor coordinada de los diferentes ministerios nacionales que permitirá una más efectiva presencia y un mayor conocimiento de los ecosistemas del Atlántico Sur, a efectos de gestionar eficientemente los recursos naturales y conservar su rica biodiversidad. Estas iniciativas, junto con un creciente control marino en la zona, y un crecimiento de la presencia argentina en la Antártida, nos permiten afirmar que la reivindicación de la soberanía nacional sobre Malvinas no es un reclamo aislado, sino que forma parte de una perspectiva integral de nuestro país sobre la importancia estratégica que tiene el Atlántico Sur. Ninguno de estos esfuerzos dará frutos si la Cuestión Malvinas no es asumida como una causa común a todos los argentinos. Desde su creación, en diciembre de 2013, la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas se aboca a realizar actividades y elaborar materiales junto a la sociedad civil a fin de difundir esta temática en todos los ámbitos. De la misma forma, coordinamos junto a la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación acciones tendientes a apoyar iniciativas y actividades que realizan las instituciones académicas de nivel superior. Con el objetivo de contribuir a la difusión de la Cuestión Malvinas con actividades, debates, docencia e investigación, se crearon los Observatorios Cuestión Malvinas en Mendoza y la Patagonia. Igualmente importante es la colaboración con el Ministerio de Educación para garantizar la Cuestión Malvinas en los programas escolares, como lo plantea la Ley de Educación Nacional aprobada en 2006.
La mejor forma de mantener vigente nuestro reclamo es continuar planteándolo como política de Estado y como una cuestión regional y global, tal como lo describió con claridad y contundencia la Presidenta al intervenir en la sesión del Comité Especial de Descolonización de ONU, el 14 de junio de 2012: "El hecho de que el Reino Unido no respete las resoluciones de Naciones Unidas va más allá de una cuestión bilateral con la Argentina. Obviamente, nos afecta en primer término, pero yo creo que afecta al orden global, creo que afecta a las posibilidades de tener un mundo más justo, más seguro, más equitativo, más igualitario, un mundo que está cambiando."