ARGENTINA / "Nadie pone en duda el potencial del país" / Escribe: Martín Ferreyra






El empresario recibió a Tiempo Argentino en su oficina de la porteña Avenida Leandro Alem, a metros de la Casa Rosada. Volvió a tomar distancia de las 25 propuestas de políticas que publicó el lunes pasado el Foro de Convergencia Empresarial y abogó por una estrategia dialoguista para arribar a "acuerdos" con el gobierno nacional. La responsabilidad de las empresas en las subas de precios y el futuro del empleo en un sector con un 30% de informalidad.

–Junto con la Cámara de la Construcción, la entidad a su cargo tomó distancia del documento que emitió el Foro de Convergencia Empresarial. ¿Qué piensa de esa iniciativa?
–Nadie puede estar en desacuerdo con el objetivo de que en la Argentina haya acuerdos que permitan políticas de Estado sobre las que hay consenso social y sobre temas básicos que permitan continuidad por diez años. En lo que no coincidimos es en la estrategia. No se puede convocar a un diálogo para formalizar estas políticas presentando un papel sólo con lo que uno quiere. Si se es amplio, hay que sentar al otro y ver en qué se puede coincidir. Si se quiere acordar con un amplio espectro ideológico, no se pueden llevar cosas con un perfil determinado.


–¿Discrepa con la estrategia unilateral?
–Claro. Eso le resta eficacia a la negociación. Por eso dejamos de concurrir hace tiempo al Foro de Convergencia. No participamos para nada de ese ámbito.

–¿Qué opina de los contenidos del documento? Varios sectores lo definieron como neoliberal.
–Yo creo que el contenido de un acuerdo hay que conversarlo. Si queremos que apunte a un amplio espectro, el procedimiento debe ser amplio y generoso.

–Se lo vuelvo a preguntar tomando como referencia el tema de la inflación. Los empresarios del Foro dijeron que las empresas no tienen responsabilidad. ¿Coincide?
–La inflación se explica por varias causas… Hay desequilibrio monetario, déficit del Presupuesto, etcétera. Una serie de circunstancias que genera expectativa social y que lleva a los empresarios a no tener claro el futuro, lo que repercute en ansias ante lo desconocido. Otro ingrediente, que le transmitimos a las autoridades, es que muchas veces no está claro cuál es el plan a mediano plazo. Entonces sin un horizonte claro es evidente que las empresas quieren cubrirse y puede ser que algunas aumenten más de lo que se debe. Pero para eso hay medidas correctivas más efectivas que el control de precios, que puede ser útil en períodos cortos.

"Cuando terminan las paritarias se llega a un resultado donde los empresarios sentimos que dimos mucho y los trabajadores que recibieron poco. Eso es una negociación".

–¿Cuál es el tema de fondo, según su punto de vista?
–La competencia. Hay que fomentar la competencia. Evidentemente uno por sí solo no puede aumentar los precios. Y si hay monopolios u oligopolios tenemos que combatirlos con todo el peso de la ley. Pero hay que diferenciar a los empresarios honestos que, si son atacados políticamente, están dispuestos a ir a la cárcel si es necesario para defender su empresa.

–Pero eso le podría pasar a algún comerciante de barrio, no a las empresas que tienen poder monopólico.
–Cada vez que hubo procesos inflacionarios los gobiernos salieron a amenazar. Y los precios son el resultado de todo un proceso económico. Mucho tiene que ver la emisión monetaria, el déficit del Presupuesto, pero la incertidumbre es una constante.

–¿Lo puede explicar con un ejemplo?
–Es el caso de las importaciones. Costa nos dice reiteradamente que hay muchas solicitudes de importación. Un industrial que necesita materias primas y sabe que se le baja el stock ¿cómo no va a tratar de pedir todo lo que pueda para asegurar su supervivencia? Lo hace porque no hay reglas claras de juego. Pero si el empresario tuviera reglas claras (y le dicen) "cuando a vos te queden dos meses de stock te vamos a autorizar", se quedaría tranquilo. Pero ni siquiera sabe si cuando tenga tres días de stock lo van a autorizar. No hay claridad en la aplicación de las normas. Eso lleva a que haya sobrepedidos de importación. Además, por la incertidumbre las empresas se quieren cuidar y cometen excesos en materia de precios. Algunas, eh. Otras donde hay mucha competencia no lo pueden hacer.

–Entonces los aumentos se dan por el contexto macro.
–Claro.

–Pero es lo mismo que dice el Foro de Convergencia, que las empresas no son responsables por los precios y que sí lo es el contexto macro, al que Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, calificó como "desastroso".
–No, no. Las condiciones macroeconómicas no son desastrosas. El país creció mucho en los últimos diez años. La presidenta comparó el otro día 2003 con 2013, y las realidades son distintas. El país creció pero pasamos una coyuntura en la que tenemos un grave déficit provocado por las importaciones de energía y por los subsidios que producen un déficit de presupuesto que en buena medida es cubierto con emisión, lo que genera una sobredemanda de productos. Cuando la plaza está sobredemandada, evidentemente tienden a subir algunos precios. Y eso, sumado a la incertidumbre, genera esta situación que, afortunadamente, hay que decirlo con toda claridad, está siendo bien encarada por las autoridades económicas.

–¿De qué manera?
–El BCRA está absorbiendo pesos, en un momento fue necesaria una devaluación y la produjeron, están tratando de poner orden en los subsidios: se anunciaron políticas y sabemos que hay aumentos en el gas, como en su momento los hubo en la electricidad. Y seguramente llegará el momento en que también se racionalizarán los subsidios en los sectores marginales, en los que después de tantos años pueden haberse producido distorsiones que tal vez haya que corregir.

–¿Por qué dice que hay que rever los subsidios a los sectores marginales?
–Todos queremos bajar la inflación… Pero esas medidas en todos los casos afectan a distintas personas. Entonces no podemos decir "queremos que baje la inflación, pero déjeme el subsidio" o "queremos que baje la inflación pero no devalúe" ni "queremos que baje la inflación pero no quiero que el BCRA deje de emitir y me seque la plaza". No, lo que vale es el conjunto de medidas que se toman para solucionar el tema final y cada uno va a tener que poner algo.

–A propósito de poner algo, ¿cómo son las condiciones de fondo para invertir en el país?
–No sé si hay buenas condiciones: hay incertidumbre. Nadie pone en duda el potencial del país. Pero para constituirse en un atractivo para las inversiones por un lado tiene que haber confianza en cuál es el rumbo exacto. No alcanza con los discursos sobre el rumbo; en estos diez años no hemos logrado salir de la política del día a día. Las empresas planifican a dos años y los que planifican una gran inversión lo hacen a diez años, pero si no tenemos certeza de lo que es el ancho camino de la política…

–Pero, por ejemplo, ¿el tipo de cambio actual está bien o las empresas piensan en nuevas modificaciones?
–No. Está bien así. Ha sido una medida necesaria que a algunos les subió los costos. Pero hay que tomar medidas que beneficien al conjunto más allá de intereses particulares. Por eso me duele que el perjudicado cuando se devalúa llore… El país necesita que se devalúe. Necesitamos saber cuál va a ser la política cambiaria en el mediano plazo.


–El Senado está a punto de tratar un proyecto de ley para apuntalar el empleo registrado. ¿Qué piensan los empresarios del comercio de esa iniciativa?
–El proyecto está muy bien. La Cámara lo apoyó después de discutirlo bastante en las comisiones del Consejo del Salario, en el Ministerio de Trabajo. No obstante, hoy (por el miércoles) le comenté a Capitanich que hay un problema que no se tuvo en cuenta: en los casos de empresas que blanqueen trabajadores subsiste la posibilidad de que la AFIP le reclame los aportes anteriores. Hay que encontrar la manera de cubrir esa retroactividad. Es un riesgo. Queremos que la ley sea igual para todos.

–Pero los aportes son responsabilidad empresaria. ¿Para usted quién debería cubrir esa retroactividad?
–La CAC está absolutamente en contra del trabajo en negro porque genera competencia desleal. Un comerciante que cubre sus obligaciones fiscales frente al que no paga sus aportes. Este último tiene menos costo, es desleal, como los que venden en la calle. Es ilegal. También estamos muy interesados por razones sociales: los trabajadores van a tener obra social, ART, caja jubilatoria, etcétera. El sistema debería incentivar al que tiene empleados en negro a que los blanquee. Tiene que tener seguridad de qué va a pasar con los años que no hizo aportes.

–Según reconoció, el proyecto es fruto del debate. ¿Las diferencias no fueron clarificadas en ese ámbito?
–No. Yo se lo dije hoy (por el miércoles) al jefe de Gabinete. Y no sé si se puede modificar.

–Es confuso, ¿dice que el proyecto está bien pero que no es viable?
–No es que no sea viable. Pero así dada la medida en general va a tener menos éxito.

–Es que siempre parece que la solución tiene que venir de otro lado. Por ejemplo, el comercio tiene un 30% de empleo en negro ¿por qué no solucionan ese tema las empresas?
–Bueno… Nosotros entendemos que… Yo no sé si es el 30 por ciento…

–Son datos del Programa Nacional de Regularización del Trabajo (PNRT) del año pasado.
–Bueno, nosotros trabajamos y queremos que disminuya sustancialmente el trabajo en negro. El 30% es menos que el promedio nacional. Estamos menos mal que otros.

–Pero son el cuarto sector de la economía más comprometido con ese tema después de la construcción, el campo y los gastronómicos…
–Sí, claro, es grave. Es serio. Muy serio. Y sobre todo… Es muy perjudicial. Pero también es cierto que la actividad comercial es la más fácil de inspeccionar porque el comercio trabaja con las puertas abiertas a la calle; así cualquier inspección es fácil. El que trabaja en un quinto piso de un edificio no es visible. Además abre la puerta si quiere.

Paritaria y remarcación de precios

–¿Qué balance hace la Cámara de Comercio de las paritarias?
–La de Comercio se adelantó 30 días y cerramos con el 29,9% de aumento, con un aumento del adicional para los choferes, los vidrieristas y para las cajeras.

–¿Pero los benefició el adelanto de la discusión? Digo, en relación con los aumentos de precios.
–La devaluación no impacta en los precios proporcionalmente. Sí en los productos importados, pero en la economía no impactó de un día para otro en sentido general.

–Hubo aumentos significativos en el comercio minorista. Las empresas remarcaron mucho, en diciembre especialmente.
–Sí, hubo aumentos, hay inflación, está el índice que da en el primer trimestre un 10 por ciento. Pero el aumento va a ser de 30 por ciento. Además, hay que pensar que no hay país en el mundo donde se den aumentos del 30%. Eso es razonablemente lo que acordamos. Cuando terminan las paritarias se llega a un resultado donde los empresarios sentimos que dimos mucho y los trabajadores que recibieron poco. Eso es una negociación.

(Diario Tiempo Argentino, domingo 27 de abril de 2014)

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