El programa de precios cuidados sigue ampliando su alcance, a la vez que también extiende los controles y el análisis de los costos y de las cadenas de comercialización, porque es, en esa (hasta ahora) nebulosa, en donde se generan los aumentos de precios.
La idea es, a través de los acuerdos y controles, desarrollar instrumentos fiables para dilucidar el proceso de conformación de los precios, condición necesaria para poder actuar más eficientemente contra la inflación sin darle un golpe al consumo.
Entre las medidas para proteger los precios, cabe mencionar el reciente acuerdo con panaderos y molineros para que el kilo de pan tenga un precio de $ 18 al público, en todas las panaderías del país, que deberá estar presente todo el día en los mostradores, evitando al consumidor tener que levantarse a las seis de la mañana para conseguirlo.
Avanzando en la federalización del programa Precios Cuidados, y luego de la adhesión de las grandes cadenas de supermercados en Rosario, se acordó la incorporación de alrededor de 100 almacenes y autoservicios de proximidad de dicha ciudad, que presentarán una canasta específica de un centenar de productos. También se realizaron acuerdos en Zárate con los comercios minoristas, mientras que Chaco y Formosa se sumaron a Precios Cuidados en la construcción. Estos son algunos ejemplos de los numerosos convenios que se han firmado, junto a otros que aún se están discutiendo en sectores más complejos, como por ejemplo la rama automotriz, y algunos ya acordados y con dispar acatamiento, como los medicamentos.
Siguiendo en la misma línea, el Ministerio de Economía solicitará a empresas productoras de alimentos, bebidas, artículos de limpieza y de consumo masivo, que expliquen los aumentos de precios que aplicaron desde enero, para los bienes que estén fuera del programa de Precios Cuidados, información que se estima alcanzaría a unas 200 grandes empresas y cubriría entre 10 mil a 20 mil productos. Esto permitiría tener una mayor información de las estructuras de costos, de la razonabilidad, o no, que tienen los aumentos, y podría disparar cursos de acción para prevenir aumentos injustificados.
Desde el gobierno nacional se dejó en claro que en la próxima discusión de precios de abril se tratará de mantener los precios anteriores, discutiendo caso por caso y en función de los costos, mientras que el efecto proporcional de las paritarias en los precios se discutirá luego de que estas se cierren, es decir, recién a partir de julio.
Resulta indispensable contraponer esta decisión celosa y administrada de traslado de los aumentos salariales a los precios, con algunas declaraciones como la poco rigurosa definición de Mario Blejer de que "los aumentos de salarios se reflejarán en los precios" que lo lleva a vaticinar que a lo largo del año "la inflación será altísima" (Ambitoweb, 20.03.14), expresión probablemente fogoneada por las declaraciones del director de la calificadora Moody's, quien sostuvo arbitrariamente que "el gobierno necesitará hacer otra devaluación".
Este es un ejemplo más de muchas intervenciones de economistas ortodoxos escuchadas en estos días sobre que "la inflación ya se comió la devaluación", erróneo concepto que no tiene en cuenta que, en términos anuales, la suba del tipo de cambio acumula un aumento del 56%, muchísimo más alto que cualquier índice de precios para el período e indica una ganancia competitiva para muchos exportadores.
Por fuera de ese turbión descalificador, varios economistas ortodoxos reconocen una desaceleración en los precios durante marzo. Por ejemplo, el economista Eduardo Levi Yeyati cita que la desaceleración ya comenzó a observarse en la segunda quincena de febrero, y explicó que la inflación fue alta en enero y febrero, "y será más baja en marzo, y probablemente más baja aún en abril". Son interesantes sus declaraciones, puesto que al analizar los aumentos de precios de enero y febrero, el economista reconoce que "son ajustes que tienen menos que ver con el traslado a costos de la devaluación como con una ventana que se abrió de un salto donde los precios intentan reacomodarse al tuntún, y donde no necesariamente subieron los precios que tenían que ver con costos ligados al dólar" (twitter @RadioDelPlata, 17.03.14).
Resulta interesante discutir esta "reacomodación al tuntún", que es una metáfora que puede interpretarse como una clara descripción de la puja distributiva, por la cual los empresarios desean incrementar sus ganancias y proteger su rentabilidad vía los aumentos de precios, ante la desprotección en que colocan al consumidor. Precios Cuidados y la extensión de información de costos a otros precios relevantes no incluidos en el programa, tratan de paliar estas conductas.
Pero, en el aluvión de conceptos no debe perderse el enfoque acerca de quién es el que puja por obtener una mayor parte del excedente económico: los empresarios que aumentan los precios "al tuntún", y no las negociaciones paritarias, a las que les corresponde sostener y recuperar el nivel adquisitivo de los salarios, para seguir mejorando la distribución del ingreso.
NUEVAMENTE MACRI EN EL EXTERIOR. Macri estuvo en Nueva York intentando mostrar convicción de que será el próximo presidente y en ese papel prometió "volver al mundo" y una agenda de "crecimiento y desarrollo, que significa que los beneficios lleguen a todo el mundo por igual", definición que lleva implícito congelar o empeorar la distribución del ingreso. También sostuvo que el país "tiene que seguir el camino que están transitando países vecinos, como Chile, Colombia y Perú", y dentro de esta orientación bregó por un Banco Central independiente, volviendo al esquema impulsado por Menem y Cavallo. Dentro de esa tónica, indicó: "Sólo justificamos privatizar o estatizar en función de que eso beneficia a la gente, que eso le garantiza un mejor servicio a la gente, en calidad y en precio. No hacemos las cosas por cuestiones dogmáticas"(La Nación, 21.03.14). Un axioma falaz, pues no se toman este tipo de decisiones sin una postura ideológica, cuestión que se expresa en la frase citada, que reflota con otras palabras el: "¿A usted qué le conviene, Doña Rosa?", instalado por Bernardo Neustadt para justificar los remates de empresas públicas de los noventa.
Macri representa lo más rancio del neoliberalismo, y lo expresa continuamente en acciones y definiciones, aunque utilice palabras edulcoradas y apele abusivamente al "sentido común".
APOYOS EXTERNOS. En la semana, el jefe de Gabinete brindó especial relevancia, en el marco de la visita oficial de la presidenta Cristina Fernández a Francia, al respaldo anunciado por el presidente Françoise Hollande al proceso de negociación del gobierno nacional con el Club de París.
Los apoyos se suman, y sería el gobierno de Estados Unidos otro integrante que respaldaría la negociación argentina con el Club de París, según confirmó ante varios legisladores argentinos el director para el Cono Sur de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, William Ostick, (Tiempo Argentino, 15.03.14).
El gobierno francés concurrirá como amicus curiae ante la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en la causa iniciada por el reclamo de los fondos buitre, actitud a la que se sumarían gobiernos de la región como Brasil y México. El gobierno mexicano estima que "hay un riesgo real de que una decisión de la Corte Suprema contra los intereses de Argentina puede crear un precedente que haría que las futuras reestructuraciones de deuda soberana sean mucho más dificultosas y costosas". Ostick también reconoció que, si la Corte Suprema de su país lo requiriese, su gobierno también podría respaldar la posición argentina de cara al litigio con los bonistas estadounidenses de la deuda en default. En esta línea acaba de anotarse el Nobel de economía Joseph Stiglitz, quien presentará un informe en apoyo a la posición argentina.
En definitiva, el devenir de los acontecimientos va ratificando las políticas internacionales de la Argentina y avala el manejo de los asuntos pendientes, desnudando la falacia del "aislamiento internacional" de nuestro gobierno que sostienen maliciosamente varios analistas y políticos conservadores.
(Diario Tiempo Argentino, domingo 23 de marzo de 2014)