INTERNACIONAL / Disparan contra inmigrantes / Nota






España justificó ayer el uso de balas de goma para disuadir a los inmigrantes indocumentados que la semana pasada intentaron llegar a Ceuta, enclave español del norte de Africa. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, compareció en el Congreso de los Diputados forzado por la actuación de la Guardia Civil ante la última tentativa de inmigrantes de cruzar a España a través de la playa de El Tarajal, en la ciudad de Ceuta. El 6 de febrero, centenares de subsaharianos bajaron desde los montes de Marruecos hacia la zona fronteriza próxima a un paso aduanero y, ante la intervención de la gendarmería marroquí, algunos se lanzaron al mar de forma desesperada e intentaron llegar nadando a España.


Al menos 14 personas murieron ahogadas en el intento, según reconoció la Guardia Civil española, tras el hallazgo de los últimos cadáveres en el mar. Otras fuentes elevan la cifra de fallecidos a 15. Tras la tragedia, los supervivientes denunciaron, a través de organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona, que las fuerzas de seguridad española atacaron a los inmigrantes con balas de goma y gases lacrimógenos.

La oposición demandó explicaciones al gobierno y el Ministerio del Interior terminó admitiendo en la Cámara baja el uso de las balas de goma, pero desvinculó el empleo de material antidisturbios con la pérdida de vida de los inmigrantes indocumentados. Según Fernández Díaz, la Guardia Civil actuó bajo criterios de “congruencia, proporcionalidad y oportunidad” ante lo que calificó como inusitada violencia empleada por los inmigrantes, a los que describió como jóvenes de complexión atlética, que asaltaron la frontera con España.


“Nunca se usaron esos medios antidisturbios legalmente establecidos directamente contra los inmigrantes. No causaron ninguna muerte”, remarcó el ministro. El funcionario explicó que el objetivo del lanzamiento de balas de goma y cartuchos de fogueo era de carácter disuasorio y que impactaron a unos 25 metros de los inmigrantes. Unas pocas personas alcanzaron territorio español y, posteriormente, fueron puestos en manos de los agentes marroquíes, aunque el ministro negó que hayan sido “devoluciones en caliente”, sin aclarar la diferencia.

Fernández Díaz insistió que las muertes se produjeron en aguas marroquíes y que no existe relación causa-efecto con la actuación de las fuerzas de seguridad españolas. Sin embargo, la ONG Caminando Fronteras, que trabaja en Ceuta y otras ciudades fronterizas con Marruecos, presentó una denuncia penal contra la Guardia Civil. De acuerdo con los testimonios recogidos por la asociación, el lanzamiento de balas de goma y bombas de humo provocó pánico entre los inmigrantes y fue lo que ocasionó los ahogamientos.

La frontera ceutí no registraba un intento masivo de entrada a Europa desde fines de 2013, aunque Tarajal se convirtió en una zona sensible en los últimos años, ya que los inmigrantes indocumentados se empeñan en cruzar por allí a nado. Por otra parte, los agentes del Servicio Marítimo de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta encontraron ayer el cadáver de otro inmigrante subsahariano en aguas españolas, lo que eleva a 14 el número de muertos en la avalancha a la frontera de la ciudad autónoma la pasada semana.

Según lo informado por la delegación del gobierno, el hallazgo se produjo a las 17.15 (hora española) a unos 20 metros de la orilla en la playa de El Tarajal, el mismo lugar donde fueron localizados los otros dos cadáveres que llegaron a aguas españolas. Los otros cuerpos fueron rescatados en Marruecos. Un grupo de inmigrantes subsaharianos aseguró que se llevarán a cabo nuevos ingresos masivos a la frontera en los próximos días, tanto en Ceuta como en Melilla.


Una docena de inmigrantes, entre ellos cuatro mujeres, asistieron ayer al entierro en Ceuta de uno de los fallecidos en la avalancha, localizado en aguas españolas tras los sucesos de la pasada semana, que tuvo lugar en el cementerio católico de Santa Catalina. Los subsaharianos que acudieron al cementerio y que viven en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) advirtieron que hay más de mil personas esperando entrar en Ceuta de forma ilegal.

También aseguraron que en Marruecos viven en condiciones infrahumanas, sobre todo ocultos en los bosques, por lo que se prevé que se van a producir más avalanchas. Los inmigrantes señalaron que están en contacto telefónico con los compañeros que se encuentran del lado marroquí y éstos les comentaron que hay más cadáveres en el mar.

(Diario Página 12, viernes 14 de febrero de 2014)

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