La esperada estabilidad en el valor del dólar pareció haber llegado en los últimos días luego de dos semanas de efervescencia cambiaria y especulaciones en torno al futuro del tipo de cambio y las reservas internacionales del Banco Central. “En el mercado de futuros de Rosario uno puede comprar dólares para final de febrero a $7,75 y para fines de marzo a 7,90. El mercado está diciendo que, desde ayer, se terminó la corrida”, aseguró el economista Miguel Bein el viernes, impactando en las expectativas de todo el mundo financiero. Esa frase, junto al hecho de que las exportadoras de cereales prometieron liquidar U$S 2000 millones antes de marzo y que las reservas volvieron a subir el viernes luego de las sucesivas caídas de las últimas semanas, abrieron la puerta para empezar analizar qué es lo que viene ahora.
En diálogo con Tiempo Argentino tres economistas plantearon que aunque todavía es pronto para hacer un análisis definitivo, el escenario empieza a mostrar buenas señales que deben ser cuidadas. Los costados destacados por los especialistas van desde las expectativas de las empresas y el sector financiero hasta el aumento desmedido de los precios luego de la devaluación, porque en ese caso volvería todo al primer punto, casi como en un círculo vicioso.
El economista Héctor Valle, titular de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), analizó que “todavía no es momento de dar una conclusión definitiva, pero hubo un éxito importante que puede mantener gracias a las divisas que faltan liquidar”. De todas formas, especificó que ningún análisis de la situación actual debe dejar de lado que junto al fenómeno económico (presión cambiaria–corrida–devaluación), existe “una movida especulativa que tiene que ver más con una cuestión política y un tire y afloje entre el gobierno nacional y el poder económico concentrado”.
Inevitablemente el nivel de actividad del primer semestre se va a ver resentido, y marcó las contradicciones que existen al interior de los grandes grupos económicos.
“Hay situaciones auspiciosas, y el gobierno consiguió los 2000 millones de dólares de las exportaciones del agro que prolongan la estabilidad con el tipo de cambio actual hasta marzo. El problema es separar la imagen exterior del conflicto del fuerte enfrentamiento que existe con el poder económico, cosa que puede llevar a que las señales preliminares favorables caigan frente a un ataque de aquellos que especulan”, subrayó Valle.
Frente a esto, el economista adelantó que inevitablemente el nivel de actividad del primer semestre se va a ver resentido, y marcó las contradicciones que existen al interior de los grandes grupos económicos. “Con estas peleas, contradicen el que debería su interés de tener el nivel de ganancias más alto posible”, indicó, y agregó que el escenario de los próximos meses “también depende mucho de lo que haga cada uno de ellos, ya que, por ejemplo, a los productores que exportan les conviene poca actividad para que exista un mayor excedente exportable con un tipo de cambio alto”.
En tanto, Enrique Dentice, economista de la Universidad de San Martín, analizó que existe una política acertada de Juan Carlos Fábrega en el Banco Central al haber subido las tasas de interés y al mismo tiempo provocado una fuerte presión en el mercado para bajar la cotización del dólar con las ventas de títulos de los bancos. “Es un mensaje que pregunta a los actores cuánto más pueden esperar sin liquidar lo que tienen, porque mientras pasa el tiempo tienen que hacerse cargo de costos y no hay cosecha nueva”, indicó.
“Lo que hay es una presión dentro de la economía de algunos grupos económicos, pero la sensación es que todos ya se están dando cuenta que es mucho más conveniente no jugar contra el nivel de actividad y ahí es donde veo que después de marzo se va a extender una visión más inteligente entre los agentes económicos para empezar a invertir”, agregó Dentice.
En este contexto advirtió sobre las complicaciones que podría implicar una falta de éxito en la contención de la inflación. “La tasa de inflación es multicausal, pero principalmente está ubicada en las expectativas de los agentes, que son todos –incluyendo a los consumidores– formadores de precios. Hay pasos hacia la corrección macroeconómica que tanto se pidió y ahora hay que tener mucho cuidado con el nivel de empleo; ganar mucho a través del tipo de cambio alto o a través de la remarcación de precios no es un buen negocio en el mediano plazo, ya que los que consumen son los trabajadores”, explicó Dentice.
También apuntó que “el gobierno está tomando algunas decisiones difíciles pero saludables, como el movimiento de las tasas de interés para mantener equilibrado el escenario y evitar que se recaliente”, ya que de otra forma habría una presión sobre el tipo de cambio a partir de los depósitos que se irían de los bancos. “La clave va a estar en el comienzo de las clases y la paritaria docente, son dos puntos fundamentales”, planteó.
Agustín Crivelli, economista del Instituto de Investigaciones de Historia Económica y Social de la Universidad de Buenos Aires, analizó que “se puede terminar la corrida por un tiempo, pero hay que tener muy en cuenta la confianza que se genera en la economía”. Frente a esto indicó que es muy importante mantener el tipo de cambio y observar la capacidad del Banco Central para intervenir y su disposición para esforzar en pos de que el dólar siga en su valor.
“Cuánto tiempo lo va a poder mantener depende cuánto se vaya liquidando de las exportaciones, y estas últimas dependen de cuánto se mantenga en el tiempo el tipo de cambio. Es un circulo, una cosa depende de la otra”, subrayó Crivelli.
Para explicarlo sostuvo que si se van liquidando exportaciones entran dólares que ayudan a que haya oferta en el mercado e incluso se pueda a llegar a ver una baja en el valor del billete norteamericano.
“Las medidas que se tienen que tomar deben mirar también el tema de la puja distributiva, que es uno de los factores que pueden generar suba de precios y terminar por minar la nueva estabilidad dentro de unos meses para devolver todo al principio”, advirtió. Además planteó que todo “va a depender mucho de las paritarias de los acuerdos sectoriales” y sobre todo de “la capacidad que tenga el Estado de imponer sanciones o quitar subsidios a los que no cumplen, ya que el ritmo de hacer acuerdos puede ir más lento que la dinámica de los precios y ese es un problema”.
Frente a esto, subrayó que hay que mostrar “iniciativa estatal para disciplinar a los sectores que no quieren sentarse ni llegar a ningún tipo de entendimiento y apuntar a controlar los precios y seguir intentando incremente el saldo neto de divisas”. Los caminos para esta última pata, muy importante para mantener el tipo de cambio en el equilibrio de ocho pesos que quiere el gobierno, se basan en “aumentar las exportaciones a destinos no tradicionales y sustituir importaciones o elegir bien qué importaciones se deja entrar y cuáles no son tan imprescindibles para un buen uso de las divisas”.
(Diario Tiempo Argentino, domingo 9 de febrero de 2014)