MENDOZA / Los pillajes del colonialismo / Escribe: Alberto Lucero







Saber la cantidad de oro y plata que se llevaron los españoles, desde que llegaron hasta las guerras de la independencia, es algo que nunca se conocerá exactamente, pues las exacciones que quedaron documentadas, no tienen en cuenta el pillaje que hicieron de todos los objetos de oro y plata que poseían los pueblos originarios, para quienes, por desconocimiento del capitalismo, solo tenían un valor ritual. Según los documentos archivados en Sevilla y Madrid, a esos lugares y solo considerando el período que va desde 1503 hasta 1660, llegaron procedentes de América alrededor de 200 toneladas de oro y 17 mil toneladas de plata. Por supuesto, no se consideran tampoco aquellos cargamentos que salieron de América pero nunca llegaron a España, ya sea por los piratas, generalmente ingleses que robaban todo lo que podían o por tormentas, que hundían cargamentos enteros de barcos repletos.


La primera parte de los envíos fueron todas las piezas ornamentales y rituales de los aborígenes, utilizando el trueque falaz o el saqueo para hacerse con el metal precioso, pero cuando estas piezas se agotaron, los nativos fueron violentamente presionados para que revelaran la procedencia del oro de sus adornos y entonces los españoles se abalanzaron a la búsqueda de los yacimientos, valiéndose del conocimiento de los mismos pueblos aborígenes, que además de los datos para ubicar las minas, trabajaron allí como técnicos y peones, explotados por el poder de las armas españolas y donde, dadas las condiciones deplorables del trabajo, fueron diezmados los pocos que habían superado el primer exterminio del descubrimiento. Este hecho fue resuelto luego por los conquistadores con otra afrenta: la esclavitud africana.

Esa minería en la América española se centró en la extracción de los metales preciosos, es decir, plata y oro, ya que otros minerales como cobre, estaño, plomo, etc., fueron escasamente explotados, porque les resultaba más barato importarlos antes que producirlos en América.

Y esa insaciable sed de metales preciosos, les permitió encontrar importantes yacimientos mineros, a partir de la segunda mitad del siglo XVI, cuando encontraron la plata en el cerro Potosí, actual Bolivia y en Zacatecas, Mexico y encontraron el oro en Antioquia, Colombia; en Zaruma, Ecuador; en Carabaya, Perú y en Quilacoya, Chile.


Las minas de plata mexicana de Zacatecas, descubiertas en 1546, estaban en unas mesetas desérticas, donde vivían los belicosos y seminómadas indios Chichimecas, que atacaban invariablemente a quienes penetraban en sus dominios. Para ponerlas en producción organizaron un puente terrestre, el Camino de la Plata desde la ciudad de México, cubierto de presidios, por el que viajaban mineros, comerciantes, alimentos, vestidos, herramientas y materias primas hasta Zacatecas, donde vivían, en 1570, unos 300 españoles y 500 indios traídos del centro de México, todos rodeados de los belicosos Chichimecas.

La gran mina del cerro Potosí, descubierta en 1545, estaba a 4.700 metros de altura, en pleno altiplano andino, actual sur de Bolivia, donde no había animales, ni casi vegetales y para explotarla, se crearon caminos desde Cuzco, desde Arica y hasta desde Córdoba, para llevarlo todo: desde los trabajadores hasta el ganado y esto hizo que en la Villa Imperial de Potosí, próxima a la mina, vivieran a comienzos del siglo XVII, 160.000 habitantes, más que en Sevilla, de los cuales la mitad eran indios.

Las luchas independentistas detuvieron esa gran producción de oro y plata, pero, expulsados los españoles, a poco andar las minas volvieron a activarse ahora con otro destinatario: la corona inglesa, que hábilmente se quedó con todo lo valioso que tenían las colonias españolas.

Nuevos nombres como Goldschmidt; Baring Brothers: Herring, Grahn & Powells; Mining, etc., empezaron a manejar la extracción del oro y la plata, y, con gobernantes dóciles al león inglés, seguían extrayendo el oro y la plata de las entrañas de la montaña, pero ello de nada servía, porque esos mismos gobernantes dóciles, se endeudaban con fines faraónicos y firmaban alegremente pagarés con acreedores londinenses, que debían ser cancelados con las riquezas obtenidas de las mismas minas.


Decíamos al comienzo, que existen documentos en España que prueban que allá ingresaron legalmente desde América entre 1503 y 1660, 200 toneladas de Oro. Eso implica aproximadamente 6 millones de Onzas de Oro. El proyecto Pascua-Lama contiene 18 millones de onzas de oro, o sea triplica todo el oro que se llevaron los españoles durante 150 años. ¿Se entiende ahora porqué avanzan con ese Proyecto contra viento y marea? ¿Alcanzamos a entender la magnitud de la riqueza que se llevarán? Poderoso caballero, es Don Dinero ¿no es cierto?

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