Un docente fue condenado por formar parte de una red de intercambio de pornografía con niños y niñas. El hombre, de una familia tradicional de la ciudad, había sido docente de un centro de formación técnica. La querella estuvo a cargo de la APDH.
Un docente de una escuela técnica de Bariloche, miembro de una familia tradicional de la ciudad, fue condenado a tres años de prisión efectiva por distribuir y facilitar pornografía infantil a través de Internet. Las imágenes, que se encontraron en su computadora, en pendrives, CD y DVD secuestrados en su casa, eran repugnantes: se podían ver a niñas y niños que mantenían relaciones sexuales o que exhibían sus genitales con fines predominantemente sexuales. Se trata de un fallo inédito en Bariloche, destacó el fiscal del caso, Eduardo Fernández. La Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH) fue querellante en la causa, en representación de los chicos y chicas anónimos, algunos incluso bebés, que aparecían en las fotografías.
En la causa quedó demostrado que Ricardo Runge, de 69 años, almacenaba cientos de fotografías y videos y los intercambiaba con otros cibernautas, en una red de pornografía infantil con ramificaciones en Londres y Australia. Para evitar que el caso prescribiera y quedara impune, por las múltiples dilaciones que tuvo el proceso a partir de los recursos que presentó la defensa de Runge, el fiscal propuso la instancia de un juicio abreviado: el imputado reconoció su responsabilidad en los hechos y aceptó una pena de tres años de prisión efectiva. La Cámara Segunda en lo Criminal convalidó el acuerdo y dictó el lunes la sentencia, que quedó firme y no puede ser apelada. No obstante, el abogado de Runge, Marcelo Ganuzza, ya pidió la prisión domiciliaria, con el argumento de que tiene un hijo adulto discapacitado y es viudo. “Tiene que cumplir la pena en la cárcel”, señaló a este diario Mara Bou, referente de la APDH en Bariloche. Bou conocía personalmente a Runge: ambos fueron docentes en el Centro de Capacitación Técnica No 1. “Nos quedó la duda de si él producía las imágenes”, agregó Bou. Ese aspecto no pudo probarse en el juicio. Tampoco se determinó la identidad de los niñas y niños que aparecían en el material de pornografía infantil.
Runge pertenece a una de las familias pioneras de Bariloche. Tres calles de la ciudad y hasta un cerro llevan su apellido, en recuerdo de familiares suyos. Su esposa, docente jubilada, también estuvo involucrada en la causa, pero luego fue desvinculada y más tarde falleció.
La causa se originó en 2009, a partir de investigaciones que realizó la Policía Federal de Australia, en forma conjunta con Interpol, de Londres. En esas pesquisas se detectaron imágenes de pornografía infantil que eran distribuidas presuntamente en esas ciudades, procedentes de un domicilio de Bariloche desde 2004. La investigación determinó que se trataba del domicilio de Runge, a doscientos metros del Centro Cívico, en avenida San Martín al 300. “Más de un millar de imágenes y videos se encontraron. Los vi una vez y no los quise volver a ver nunca más, por lo repugnantes que eran”, contó ayer a Página/12 el fiscal Fernández. La instrucción estuvo a cargo del juez Miguel Gaimaro Pozzi, después de que la Justicia porteña se declarara incompetente. Al momento del secuestro del material, Runge todavía daba clases en ese centro técnico.
El caso generó gran conmoción en Bariloche. A propuesta del fiscal, y tras reconocer la culpabilidad de los hechos, Runge accedió al beneficio de un juicio abreviado y a una pena menor a la máxima prevista para esos delitos, que es de cinco años. “Es una condena inédita en esta ciudad y no es habitual en el país por estos delitos”, señaló Fernández. Bou explicó que la APDH aceptó el juicio abreviado “porque había peligro de que Runge quedara libre”, ya que “si no tomábamos esta medida, la causa iba camino a prescribir”, señaló. “La lentitud de la Justicia nos obligó a tomar esta decisión”, sentenció. “Me siento que les fallé a esos chicos y nenas que aparecían en esas horrendas imágenes”, agregó la referente de la APDH.
“En nombre de todas las criaturas que fueron abusadas, hacemos responsable de lo ocurrido al Poder Judicial”, indicó.
Runge fue condenado por los delitos de “distribución de representaciones de menores de 18 años de edad dedicados a actividades sexuales explícitas o representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, en forma continuada desde el 4 de abril de 2008 hasta el 1º de julio de 2009”, desde su domicilio.
(Diario Página 12, jueves 28 de marzo de 2013)