ARGENTINA / La oposición intenta crecer por derecha / Escribe: Felipe Yapur






La oposición crece por derecha y no porque el oficialismo haya cooptado todo el sector izquierdo del arco político. Para estos partidos no existe la alternativa opuesta. Es muy simple, deberían ir más allá (profundizar en léxico kirchnerista) de las políticas aplicadas por el gobierno desde 2003 a la fecha, algo que no aparece en las cabezas de esos dirigentes ni siquiera en los afiebrados sueños matutinos.


El reto actual pasa por definir quién o qué partido se queda con el rol del gran opositor. La primera etapa de esa definición se concretará en las elecciones parlamentarias del próximo año y, a pesar de que aún resta tiempo, ya comenzaron a mostrarse los primeros contendientes. Para el oficialismo esta situación no implica menos problemas, sino que lo obliga a meditar la estrategia que reafirme el modelo, aunque incluya la caída o abandono de antiguos aliados o compañeros.
Algo más de un año separa estos días de las próximas elecciones parlamentarias. Sin embargo, en el marco de una estrategia de crecimiento o de mantenimiento de las bancas, se hace necesario comenzar a realizar cuentas. Esa es una de las razones de los posicionamientos que se vieron en las últimas semanas. Pero para la oposición estos comicios se vislumbran como un escollo difícil de superar.

Por un lado tienen la durísima tarea de repetir la "buena" elección de 2009 y así mantener las bancas que aquel 28 de junio supieron conseguir. Es poco probable que ello vuelva a suceder. Los comicios de octubre pasado fueron contundentes a la hora de mostrar hacia dónde se inclinan las preferencias del electorado y aunque el FPV obtenga menos votos que en las presidenciales, igual puede afianzar su presencia porque, al fin y al cabo, renueva las bancas de la "magra" elección de 2009.

En este contexto se enmarcan los movimientos que se produjeron en las últimas semanas, donde aparecieron rostros conocidos que provienen de actividades políticas aunque no partidarias. Es el caso del dirigente patronal del campo, Hugo Biolcati, quien ya anunció su decidido paso a "la vida pública" para convertirse en protagonista de una supuesta "renovación moral" que exige su patria. El dirigente de la Sociedad Rural se mostró rodeado de Mauricio Macri y sus funcionarios. Se podría interpretar que formará parte de ese espacio político. No será el primer dirigente de las patronales del campo que se aventuran a la política. El radicalismo tiene en sus bancas a referentes de la Federación Agraria como Pablo Orsolini, Ulises Forte y Lucio Aspiazu, e incluso al referente de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ricardo Buryaile, pero a pesar de llevar ya tres años en sus bancas, no superaron la condición de opacos legisladores.

En el armado político a futuro, Macri mandó a conformar hace pocos días el Grupo de Acción Política para la Unidad (GAPU), algo así como una versión del Grupo A pero con lifting. En este rejunte participan actuales legisladores y algunos que supieron pasar por el Congreso, todos referentes de la derecha, aunque provengan de la UCR, como Rafael Pascual, o del justicialismo como Eduardo Amadeo.

Macri necesita generar una mejor representación parlamentaria si es que realmente quiere competir por la presidencia en 2015. Hoy tiene once diputados. No es mucho, tampoco es poco, pero el detalle es que de esas bancas, el próximo año deben renovarse ocho. El GAPU le puede permitir llegar a contar con candidatos aliados en las provincias donde el partido de Macri no existe.

El otro espacio que acumula por derecha, aunque sea un pelín más moderado, es la Unión Cívica Radical. Sectores como el que conduce el cordobés Oscar Aguad perdieron presencia, pero el "ricardismo" que lo remplaza no es menos conservador. La tentación por acompañar los proyectos más retrógados es moneda corriente en el sector que conduce el bloque de diputados de la UCR. En el Senado, la situación no es diferente.

El dilema de estos partidos opositores es que el agrupamiento no les garantiza acompañamiento popular. Y es que no es la cantidad ni las caras que siempre aparecen en los medios de comunicación lo que realmente convoca a votarlos. Lo que provocó rechazo en los últimos comicios es el modelo de país que ofrecen.



Entonces, el Frente para la Victoria no puede dejar pasar la oportunidad de otorgarle al Estado el control o la injerencia en sectores que son clave, como el financiero, para garantizar la continuidad del tipo de país que propone y construye. Así, la segunda parte de este año parlamentario, que comienza esta semana, se vuelve más que importante. Es el último período libre de intereses electorales y, como tal, es para aprovechar. Iniciativas como la unificación de los Código Civil y Comercial o el que disminuye la edad para votar, permitiéndole sufragar a jóvenes desde los 16 años, son importantes, pero sería conveniente no conformarse sólo con ellas. El kirchnerismo supo crecer y afianzarse cuando se aventuró a romper con lo que recomiendan los manuales de política.

(Diario Tiempo Argentino, domingo 29 de julio de 2012)

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