MENDOZA / Malos y brutos / Escribe: Norberto Rossell






…el bruto es siempre peor que el malo, porque el malo suele tener remedio,
el bruto no. He visto malos que se han vuelto buenos,
jamás un bruto que se haya vuelto inteligente.
Juan Domingo Perón

Veía por televisión a la presidenta, hablarles a los sindicalistas que flanqueaban la mesa que ella presidía y me preguntaba cuántos y cuáles eran allí los malos con posibilidades de volverse buenos –al decir del General- y cuántos y cuáles los brutos irredimibles.
Probablemente la mayoría no fueran ni unos ni otros, simplemente se los podría categorizar como oportunistas, sin darle ningún sentido peyorativo al término –está en la esencia de todo buen sindicalista, para beneficio de sus representados, el ser un oportunista inteligente-
O más simplemente todavía: siempre hay quién asigna las calificaciones con poder de imposición, el General en los 70’ (la frase es del reportaje de Solanas y Getino en 1971, que por aquí conocimos como: Reactualización Doctrinaria) y hoy es la compañera Cristina.



Diría que mágicamente por imperio de esos minutos que duró la alocución, por imperio de la historia coyuntural cristalizada en la imagen que me daba la tv; los demonios de toda una generación y en especial de los 90’ (Casia, Lescano, Cavallieri, Rogelio Rodriguez, etc., lo que se llamó el colaboracionismo por su eterno acomodamiento a las dictaduras y a cualquier gobierno con el que pudieran arreglar alguna prebenda) estaban allí convertidos en los defensores celestiales del Proyecto al que nosotros y la mayoría de nuestro pueblo apoya. VAYA PARADOJA QUE NOS TIRA PARA RESOLVER LA COMPAÑERA.
Pero dejando lo pasional de lado, está claro que lo que subyace en la frase del General es que la política no pasa por los calificativos morales sino por las correlaciones de fuerza y los intereses socio-económicos –personales y de grupo- y la compañera sabe que un modelo político-económico basado en la negociación paritaria, en un país con un explicito horizonte de desarrollo industrial –y para concretar su realización y además con una crisis económica en curso- necesita una CGT cuya conducción sea la contrapartida de esos rubros en desarrollo, que por cierto no son los servicios (para desgracia de Moyano)
La pregunta del millón es si estos demonios redimidos entienden realmente esta cuestión y asumen el rol al que la coyuntura política conducida por la presidenta los convoca, o solamente son brutos nomás. No me animo a tirar un pálpito –probablemente por el escalofrío que aún me produce la mentada imagen-
Lo cierto es que no será fácil lidiar con cinco agrupamientos sindicales con posibilidades de hacer bardo: CGT de Moyano, CGT de Caló, CGT de Barrionuevo, CTA de Michelli y CTA de Yaski, más agrupaciones trotskistas de base.
Para los compañeros que se han entrenado puteando de una a Moyano, les sugiero que se vayan preparando porque es posible –Dios no lo quiera- que en ese mismo camino tengamos para hacer dulce y está clarísimo que para defender el modelo no nos alcanzará con recurrir a los prontuarios personales de la dirigencia sindical.

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