MENDOZA / Acerca de “la noche de las corbatas” / Escribe: Pablo Salinas






Cuando en las noticias apareció la figura del abogado Martín Fresneda hablando y sustentando las razones por las cuales Luciano Benjamín Menéndez tenía que ir preso a prisión perpetua y en una cárcel común, me llené de orgullo.


Martín Fresneda es hijo del también abogado Tomás Fresneda, quien fue secuestrado junto a su esposa María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda -embarazada de 4 meses-, en la llamada “noche de las corbatas” ocurrida el 13 de julio de 1977.

Es decir que los padres y un hermano de Martín fueron secuestrados por la dictadura militar en 1977 y continúan desaparecidos.

Pero a pesar de ellos a pesar de su cobardía sin límites, a pesar de que eran muy valientes para matar a dos monjitas o para infiltrar a las madres y asesinar a su fundadora Azucena Villaflor, a pesar del secuestro de un grupo de abogados, a pesar de su poderío civil, con una incansable lista de aduladores y benefactores que todavía hoy los ayudan, muy a pesar de ellos, los HIJOS hacen realidad la consigna... “como a los Nazis, les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.

Pero volviendo a Martín Fresneda, volviendo al HIJO, al abogado, al hombre, que sabe quien fue la patota que secuestró a su padre y madre embarazada de su hermano, a pesar de ello busca JUSTICIA, no busca hacerle a los secuestradores y torturadores lo que ellos nos hicieron a nosotros, no busca venganza, no busca violencia, busca justicia, estudia derecho, se recibe, es querellante en una causa y pide prisión perpetua y cárcel común para el asesino y torturador Luciando Benjamín Menéndez.

Esa es la diferencia entre ellos y nosotros, ellos son delincuentes, ellos toturaron, secuestraron y privaron de identidad a 500 chicos hoy adultos y nosotros buscamos justicia.

Ellos tienen la posibilidad de tener un abogado defensor, de tener garantías procesales, ellos tienen el marco del Estado de Derecho y así debe ser.



Hablo acerca de la “noche de las corbatas”, Tomas Fresneda y Maria de las Mercedes Argañaraz viven en Martín Fresneda, y todos nuestros compañeros desaparecidos viven en nosotros, la vida vence a la muerte, por que como dice el poeta uruguayo Eduardo Galeano, la muerte, es mentira.

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