(viene de la edición de ayer)
Son típicos del nuevo tipo de programas masivos los realizados con gran suceso en el Brasil para asegurar los medicamentos necesarios sin costo alguno a toda la población con sida, y en la Argentina el programa “Remediar” que entrega sin costo medicamentos genéricos esenciales a familias carenciadas en los centros de atención primaria de salud.
En ambos están en curso asimismo activos programas para superar inequidades en educación. En Brasil, con énfasis en mejorar la escolaridad de la población afroamericana. En la Argentina, la inversión en educación creció al 6,49% del Producto Bruto, la mayor de la región, en la que el promedio es del 4%. Entre otras iniciativas, el Ministerio de Educación entrega a todos los hogares con pocos recursos los libros de texto necesarios para el año lectivo.
En Uruguay, la política de universalización del acceso a Internet alcanzó ya en el 2008 la meta de un computador por estudiante y el acceso a banda ancha en escuelas básicas es el 100 por ciento.
Apoyo a la producción nacional
El Estado está promoviendo activamente la generación de trabajos, apoyando a las empresas para movilizar su capacidad productiva, fortaleciendo particularmente la pequeña y mediana empresa, promoviendo nuevos mercados para exportaciones, y procurando facilitar el acceso al crédito y a tecnologías.
Ello se ha plasmado entre otros en programas como “Empleo primero” en Brasil destinado a garantizar a los jóvenes un primer trabajo, “Manos a la obra” en la Argentina que apoya la creación de un área de Economía Social con pequeños productores, la generación de un amplísimo programa de obras públicas con cooperativas de trabajo en la Argentina, la creación de un vigoroso sector de economía social en Ecuador y varios países de la Unasur, y otros similares.
Refuerzo de la capacidad de regulación
El Estado se ha propuesto en la nueva etapa fortalecer las agencias reguladoras, favorecer su independencia, y renegociar bajo nuevas condiciones los contratos de privatización.
Ello engloba innovaciones organizacionales que van desde la reasunción de ciertos servicios en los que existía un importante incumplimiento de las condiciones acordadas con las empresas privatizadoras como el caso del Correo en la Argentina que volvió a ser público, hasta la reestatización de YPF.
Hacia un servicio civil profesionalizado
Se necesita conformar una carrera pública estable y meritocrática. En varios países se están refortaleciendo los Institutos de Administración Pública o instituciones similares destinadas a apuntalar la instrumentación del servicio civil, y apoyar reformas que aumenten la capacidad de gestión del Estado. Habían sido un blanco preferido de las reformas vaciadoras.
Se ha comenzado a potenciar la capacitación de servidores públicos. Comienza de nuevo a haber una apuesta a los “activos intangibles” del Estado, la profesionalidad, la preparación, y el compromiso de sus funcionarios con el servicio público, y una acción sistemática para rejerarquizar la función pública.
Una prioridad para la Unasur
Hay una gran demanda social en la región por “más Estado”, pero de una mejor calidad. No se aspira a un retorno al Estado de los ’60, sino a construir un Estado eficiente, participativo, y equitativo. El autor lo ha llamado en algunas de sus obras “un Estado inteligente”.
Frente al argumento de que “cuidado” con el crecimiento del Estado en la región, vale la pena ver las estadísticas recientes. Según un informe de CEPAL y OCDE sobre el Estado (diciembre 2011), “el gasto público como porcentaje del producto bruto interno muestra un rezago de la región con respecto a los países de la OCDE. A pesar de que el gasto público ha aumentado, aún las diferencias son sustanciales, e incluso se han ampliado en los últimos años”. El empleo público representa la mitad del tamaño que tiene en los países de la OCDE.
La región está también muy atrás en el proceso de descentralización. Ha habido avances importantes en transferir poderes y competencias a las regiones, y municipios, pero el gasto municipal es sólo el 9,5% del Producto Bruto. En la OCDE es el 20,6 por ciento. Entre las reformas pendientes se halla la necesidad de un nuevo pacto fiscal, a favor del desarrollo y la gente.
En los países de la OCDE la carga tributaria se estima en el 34,8% del Producto Bruto (2008), en América latina en un promedio del 20,6%, un 40% menor. Por otra parte, mientras que en los primeros las principales fuentes fiscales son los impuestos directos al patrimonio y los ingresos, los que más afectan a los que tienen más, en América latina son los indirectos, que impactan a toda la población. El sistema es marcadamente más regresivo.
No son América latina y la Unasur los que tienen hoy que mirar a una Europa y a los sectores en Estados Unidos que dicen haber descubierto que hay que recortar drásticamente el Estado, inventando pretextos para hacerlo. Es al revés. Ya se hizo en América latina. “Menem lo hizo”, así como previamente la dictadura militar genocida, y al mismo tiempo Salinas en México, y otros, y los resultados están a la vista.
El Estado es, en una democracia, la acción colectiva potenciada. Tiene funciones irremplazables en la Unasur como, entre otras, la mejora de la equidad, el desarrollo de las energías productivas de la población, la potenciación de la inclusión, dar acceso a todos a salud y educación, motores del empoderamiento productivo laboral y ciudadano, el apoyo a la investigación científica y tecnológica, el cuidado del medio ambiente, la promoción de la cultura, el rescate de la memoria, la protección irrestricta de los derechos humanos, y de la democracia misma.
Prescindir de él es renunciar a la acción colectiva. Es casi suicida hacerlo en el mundo actual, pero favorece los intereses de aquellos a los que no les conviene que la sociedad se organice para regular, combatir las desigualdades, y dar voz y poder real a las grandes mayorías.
Construir el Estado necesario en la Unasur es uno de los mayores desafíos históricos que enfrenta la región e incidirá decisivamente en su futuro.
Se deben desarrollar activamente las sinergias y los modelos de cooperación e integración posibles entre los países de la Unasur, para avanzar juntos en esta dirección.