El objetivo de este trabajo es narrar en forma breve la historia del movimiento obrero y breve para que se pueda leer de un tirón y así lograr una visión de conjunto que una época como la nuestra de versiones parciales nos oculta.
La finalidad última que persigue este trabajo de investigación (se trabajó sobre materiales originales) es que el estudio de la etapa heroica del sindicalismo (anarco-sindicalista), de la etapa triunfal de reconocimiento de su existencia como actor en una comunidad (peronismo), de la etapa de resistencia a la pérdida de las conquistas logradas (dictaduras militares), y finalmente, de la etapa de repliegue y abdicación, (restauración democrática), se abra luz a un nuevo camino, a un nuevo sindicalismo, donde obreros y sindicalistas estén dispuestos a defender los valores de solidaridad social, abandonando el individualismo que cierra los ojos frente al compañero despedido, que queda en la calle desamparado. Cuando como antaño estén dispuestos a luchar por la reducción de la jornada laboral, o reclamar el trabajo por turnos, para evitar las suspensiones o despidos del personal, cuando estén dispuestos a luchar por, las 40 horas semanales por el mismo salario, cuando se rechacen las horas extras, cuando no se acepte trabajar el día del Señor.
Este estudio es breve a propósito, para que de un golpe de vista el lector pueda tener una visión del todo y no perderse en infinidad de detalles que le esconden el sentido auténtico de la historia del movimiento obrero argentino. Para que puedan apreciar como las luchas del pasado pueden iluminar el presente.
Finalmente esta síntesis histórica se inscribe dentro de la línea interpretativa que inaugurara Alberto Belloni y en nuestros días retomara Alberto Buela, que corresponde al amplio campo nacional y popular. Dejando de lado las múltiples y variadas interpretaciones marxistas, socialistas, demócratas cristianas, liberales y, hoy, progresistas.
1. Período pre-institucional
Anarquismo, socialismo, sindicalismo.(fines siglo XIX- 1930)
Los orígenes del movimiento obrero en la Argentina se sitúan en la época de la organización nacional, con la inmigración masiva, con el desarrollo de industrias vinculadas al modelo agro-exportador nacido en la generación del 80.
El primer tipo de asociación creada por los inmigrantes tenía solo fines comunitarios, ni políticos ni revolucionarios, éstas eran las sociedades de socorros mutuos. En 1857 hubo dos españolas. Pero en 1900 hubo 79 sociedades italianas y 57 españolas.
Otra forma de organización, no fue según el origen sino según el oficio.
La primera de ese tipo fue creada en 1857 por los linotipistas: la Sociedad tipográfica bonaerense, que en 1877 se convirtió en Unión Tipográfica. En 1881 se creó la Unión Obreros Panaderos, en 1882 la Unión Oficiales Yeseros, en1883 la Sociedad Obreros Tapiceros, la Sociedad de Mayorales y Cocheros de Tranvías, la Sociedad de Zapateros, Sociedad de Resistencia de obreros Marmoleros, en 1885 la Internacional de Carpinteros, Ebanistas y Anexos, en 1887 La Fraternidad, de foguistas y maquinistas ferroviarios.
Había gremios con fines de ayuda mutua (la Fraternidad), y gremios con fines de lucha (Marmoleros, Panaderos, Ebanistas). En un principio fue la lucha económica por la jornada diaria de 8 horas y por el salario. Luego se pasó a la lucha política. Se trabajaban hasta 16 horas diarias, y en la crisis del 90 había aumentado enormemente la desocupación.
Los inmigrantes que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX traían las ideologías en boga en Europa. En 1864 se había creado la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores en la que participaban tanto anarquistas como socialistas. Pero en 1876 se disolvió a raíz de la derrota de la Comuna de París. Muchos dirigentes obreros de ambos signos buscaron entonces refugio en la Argentina dando origen a diversas organizaciones sindicales. La gran mayoría de ellos eran italianos y españoles.
En 1882 un grupo de refugiados obreros de la Alemania de Bismark de orientación socialista fundaron la Vorwärts, según programa de la socialdemocracia alemana que proponía reformas a través de la acción parlamentaria no revolucionaria. En la Argentina era un programa irrealizable debido a que la oligarquía que detentaba el poder mediante el fraude no permitía ninguna reforma de ese signo.
En 1890 se creó la Federación de Trabajadores de la Región Argentina, en plena época de la revolución contra el presidente Juárez Celman, de la que no participaron los obreros. Esta central tuvo como principales adherentes los carpinteros y zapateros. Publicaba el periódico “El Obrero”, dirigido por el socialista alemán ingeniero G. A. Lallemant. Fue el primer intento de organizar una central obrera. Se disolvió en 1892, llegando a presentar al gobierno un memorial denunciando la situación de desamparo de la clase trabajadora.
El 26 de julio de 1896 se fundó la Sociedad de obreros Ebanistas, similares y anexos, concebida como una sociedad de resistencia. En ese mismo año se fundaba el Partido Socialista presidido por Juan B. Justo.
Las posturas socialistas y anarquistas dividieron al movimiento obrero, y lo encerraron en luchas ideológicas que iban en detrimento de la defensa de los intereses obreros. Las diferencias fueron las siguientes.
Los socialistas tuvieron una postura reformista porque sostenían que se podía reformar la sociedad mediante la acción parlamentaria. Los anarquistas rechazaron una salida política y se opusieron a recurrir a los poderes públicos para obtener mejoras. Para crear una sociedad nueva había que destruir la sociedad burguesa y capitalista. Los métodos de lucha fueron violentos: el boicot, y la huelga general revolucionaria. Los sindicatos debían ser sociedades de resistencia para la lucha económica.
En 1901veintisiete gremios socialistas y anarquistas crearon la FOA, Federación Obrera Argentina, con predomino de los anarquistas. En 1902, los socialistas que eran minoría , se separaron y crearon una nueva central , la UGT, Unión General de Trabajadores. Quedó entonces la FOA bajo el dominio de los anarquistas.
La UGT se diferenciaba de los anarquistas por sostener que la lucha gremial debía ir acompañada por la lucha política y con el apoyo a los partidos obreros.
Mientras tanto la combatividad de los obreros se reflejaba en las cada vez más importantes huelgas, que como en 1902 debido a la represión violenta se convierte en huelga general. El gobierno de Julio Roca declaró el estado de sitio y promulgó la Ley de Residencia, que permitía al poder ejecutivo deportar a los militantes obreros extranjeros en menos de 48 horas.
La gran mayoría de los obreros eran extranjeros, en la celebración del 1º de mayo de 1904, organizado por el partido socialista, la FOA y la UGT, iban con banderas rojas, cantando la “Marsellesa”, la “Internacional”, y la marcha de Garibaldi, y gritando estribillos con mueras a la burguesía, y al gobierno. La represión policial dejó el saldo de dos muertos, un obrero y un policía y varios heridos.
El gobierno de Roca, sin embargo, estaba preocupado por la cuestión obrera, y fue justamente en 1904 que su ministro Joaquín V. González presentó un proyecto de ley sobre el Código Nacional del Trabajo, que constituyó la legislación social y laboral más avanzada en el mundo. Se basaba en el “Informe sobre el estado de las clases obreras en el Interior de la República” realizado por Bialet Masse a pedido del gobierno. En dicho informe habían colaborado Storni, Lugones,y los socialistas Bunge, del Valle Iberlucea, Manuel Ugarte y José Ingenieros. Sin embargo tanto los socialistas y anarquistas como la oligarquía lo atacaron, los primeros por reaccionario, los segundos por revolucionario.
Dirá Alberto Belloni: “Esta unión de la izquierda antinacional y de la oligarquía no sería ni la primera, ni tampoco la última”. (1)
En 1904 la FOA decidió cambiar el nombre por el de Federación Obrera Regional Argentina. Se denominó regional porque el concepto de nación no tenía valor, su postura era internacionalista. No reconocían otra patria que el mundo entero. En el V Congreso de 1905 adhirió a los principios del comunismo anárquico. Es necesario remarcar que el término comunista no tuvo el mismo significado que le darán los bolcheviques años más tarde, sino que se refiere a los ideales comunitarios de los anarquistas. Se distanciaron cada vez más de la UGT, porque rechazaban las conquistas parciales y mejoras inmediatas aduciendo que debilitaban el espíritu revolucionario de los trabajadores y les hacían perder el objetivo final que era establecer una sociedad de productores libres, donde el Estado desaparecería.
En 1905, gobierno de Manuel Quintana, y año en que se produjo la revolución radical, que no despertaba interés entre los obreros, en su mayoría extranjeros, la UGT convocó a un congreso con la asistencia de 33 sindicatos de la capital y 31 del interior, donde atacó el proyecto de Código de Trabajo. Lo destacable de este congreso fue la participación de gremios de industria, textil y metalúrgico. Inicialmente los gremios eran preferentemente de artesanos, eran gremios de oficio, la mayoría anarquistas.
Otra novedad fue el surgimiento del grupo “sindicalista”. Surgió en Francia, su principal ideólogo fue George Sorel. Introducido en la Argentina hacia 1903 por socialistas disidentes como Julio A. Arraga desde Europa. Adhería al marxismo, con una mezcla de anarquismo y socialismo reformista. Fue apolítico, fue una ideología pragmática, basada en las necesidades inmediatas del trabajador. Consideraba al sindicato como la institución básica de la sociedad. Su principio fundamental fue: “Los sindicatos y no el partido político son el arma principal de la lucha proletaria.”
En nuestro país buscaron convertir al partido socialista en apéndice de los sindicatos, por eso en 1906 fueron expulsados del partido. En ese mismo año los sindicalistas coparon la dirección de la UGT.
En septiembre de 1906 la FORA resolvió convocar a un congreso de todos los gremios del país para lograr la unidad de las organizaciones obreras. Este intento fracasó por el empecinamiento de los anarquistas de basar la unificación en la adopción del comunismo anárquico como ideología del movimiento obrero.
En 1906 se realizaron 170 huelgas en las que participaron 70.743 obreros, en 1907, 231, en 1908, 118, en 1909, 138 y en 1910, 298. El gobierno impone reiteradamente el estado de sitio, la represión provoca muertos y heridos de gravedad. El jefe de policía era el coronel Ramón L. Falcón.
En la celebración del 1º de mayo de 1909, los obreros reunidos en la Plaza Lorea son reprimidos con sable, revólver y máuser, con un saldo de ocho muertos y 40 heridos. El partido socialista, la FORA y la UGT convocan a la huelga general, que dura ocho días y se extiende a otras ciudades del interior.
A raíz de estos hechos se convoca un nuevo congreso de fusión, que da origen a una nueva central, la CORA, Confederación Obrera Regional Argentina, donde se vuelca toda la UGT, contando con algunos sindicatos anarquistas, y socialistas, pero con predominio de los sindicalistas.
Los sucesos del centenario, que desarrollamos más adelante, marcan la declinación del anarquismo. En 1914 en un congreso de unidad se decide la disolución de la CORA y el paso de todos sus sindicatos a la FORA. En 1915 se reúne el IX Congreso de la FORA, de gran importancia, porque provoca una nueva división en el movimiento obrero. La FORA del V Congreso que reúne a los anarquistas firmes en su espíritu combativo pero utópico, defensores del comunismo anárquico, y la FORA del IX Congreso, donde se vuelca el grueso de los trabajadores organizados, con el predominio de los sindicalistas, que perderá su carácter revolucionario para elegir la vía de negociación con el gobierno en “un regateo reformista y economista apolítico”. (2) Mientras tanto Europa se desangraba en la Primera Guerra Mundial, miles de hombres morían en las trincheras defendiendo los intereses colonialistas de sus respectivas burguesías nacionales. Es la época de la Segunda Internacional (1889-1917) Estaba dividida entre los revolucionarios que insistían en el internacionalismo proletario, contrarios a la guerra, y los reformistas de Bernstein que dejaron de lado las ideas internacionalistas y colaboraron con las burguesías locales. Los partidos socialistas de ideas reformistas pasaron a llamarse socialdemócratas.
En la Argentina se produce el acceso del radicalismo al poder con Hipólito Yrigoyen. Representaba el elemento criollo de tradición federal y sumó a los descendientes de inmigrantes, que se incorporaron a la vida política del país.
(sigue en la edición de mañana)