Dos columnistas de Jornada fuimos panelistas en Tucumán: Víctor Hugo Morales, y quien aquí escribe. Y dos fuimos, también, los mendocinos, pues participó el ilustre Enrique Dussel, embajador intelectual nuestro a nivel mundial.
Se trata del Foro por una Nueva Independencia, que conjugó en la ciudad azucarera a una singular cuantía de intelectuales, periodistas y militantes tanto de la Argentina como de otros países latinoamericanos e incluso del Norte. La Secretaría que dirige Ricardo Forster, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, organizó el evento, con el apoyo activo del gobierno provincial.
Fiesta del pensamiento. Algo que es inhabitual de parte de los gobiernos, pero que afortunadamente se nos ha hecho habitual en los últimos años. Así ha sucedido con la Feria del Libro en nuestra provincia (y no sólo con ella), en ese predio extraordinario que es el Centro Le Parc. Y estos foros que se organizaron desde la Secretaría nacional, han cubierto todas las regiones del país: el Sur con Neuquén, el Centro con Córdoba, Cuyo con San Juan...se cubrió el Noreste en Resistencia, y la Mesopotamia en Paraná. Ahora,el Noroeste con Tucumán, y hubo un gran encuentro internacional en Buenos Aires que incluyó figuras mundiales como Noam Chomsky y Gianni Vattimo, y que fuera insólitamente ignorado por cierta prensa parcializada.
Las distorsiones informativas llegaron a pretender que este Foro en Tucumán iba en contra de la celebración del 9 de julio como día de nuestra independencia. Rumor un poco raro, dado que la actividad se hizo para esa especial fecha, y se hizo en Tucumán. Pero la banalización en la discusión nacional, alcanza hoy límites pasmosos. En vez de pensar, se multiplican los chismes absurdos y primarios. En vez de reflexionar, se esparcen falsedades e invectivas. Pues ciertamente el día de la independencia es el 9 de julio y así seguirá celebrándose, pero no todo se jugó en un sólo día, pues en ese caso hubiera sido súbito y abrupto. Ya un año antes Artigas había hecho una proclamación parecida en lo que hoy es Concepción del Uruguay, y obviamente el posterior grito tucumano de independencia dependía -en su ejecución- del éxito de las campañas militares de San Martín y de Bolívar contra los realistas, en el resto del subcontinente. Si había derrota militar, la revolución se hacía inviable. Sin triunfo en la batalla, no había independencia posible.
Lo cierto es que ahora en Tucumán se pudo discutir sobre pueblos indígenas, sobre protagonismo de la mujer, sobre regiones y federalismo, sobre la situación europea actual, sobre política y sociedad en Bolivia y el Ecuador, sobre las relaciones entre política y cultura...Y se concitaron desde figuras reconocidas de las luchas sociales -caso de Hebe Bonafini o Milagro Salas-, hasta intelectuales de peso internacional como John Beverley o el cubano Ismael González. Fue la oportunidad para el gran público tucumano y regional -que llenó las gradas- de acceder a figuras habitualmente lejanas de las provincias que rara vez se ven allí, y menos en ese gran conjunto de oradores destacados que potenció la discusión.
Parte de las intervenciones pudo verse por la TV pública durante las noches del encuentro y hoy pueden ser consultadas completas on line; basta escribir "Foro por una nueva independencia Tucumán" en un buscador. Esto democratiza el acceso a los materiales para todos los interesados, estén donde estén.
Y, por cierto, de una nueva independencia se trata. No porque la primera no fuera genuina; sí, porque implica una tarea nunca completada. ¿O no existen hoy peligrosos intentos internacionales -el nuevo se llama TISA, el anterior fue el ALCA- para que los gobiernos firmen tratados por los que renuncian a su soberanía frente a las multinacionales? ¿O no es que los fondos buitres nos quieren llevar hasta el último peso, con lo que los argentinos no tendríamos para mantener servicios primordiales como son la salud o la educación públicas?
Conmemoremos el grito de independencia de aquel Tucumán de Tomás Godoy Cruz y de Narciso Laprida, y a la vez no dejemos de serle fiel en el presente: sosteniendo políticas que no nos entreguen a la lógica del capital multinacional, que nos mantengan en la decisión de ser estados independientes, y también solidarios con los demás países hermanos de la región sudamericana.
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