ARGENTINA / “Nunca más se dejen llevar por el canto de sirena” / Escribe: Nicolás Lantos






“Quería convocarlos a que nunca más se dejen llevar por el canto de sirena, que nunca más cometan esos errores. Creo que todos hemos aprendido en estos años y están dadas las condiciones para que entre todos sigamos construyendo este gran país”, dijo anoche la presidenta Cristina Kirchner a los oficiales superiores de las tres armas durante el discurso en la cena anual de las Fuerzas Armadas, la última que encabezará como jefa de Estado. En el Salón San Martín del Edificio Libertador, la Presidenta repasó la situación militar del país durante los doce años en los que gobernó el kirchnerismo, destacó los lineamientos básicos de la estrategia de defensa nacional y concluyó con un llamado a que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea se sumen a un proyecto de nación soberana.



“No habrá Fuerzas Armadas grandes en una nación que no lo sea. Los momentos de mayor gloria de las Fuerzas Armadas, de mayor identificación del pueblo argentino con sus Fuerzas Armadas, ha sido durante los gobiernos que han dotado de soberanía popular a nuestro país y a la sociedad. Este es el legado más importante que podemos hacer quienes nos empeñamos en trabajar para el país, ya sea como militantes o como soldados de la Nación –dijo CFK en el pasaje más intenso, al final de casi una hora de discurso–. Ser soldado de la Nación no es despertarse temprano para saludar a la bandera y cantar el Himno, sino identificar los intereses de la fuerza con los del Estado nacional.”

Cristina Kirchner insistió con que “hay que saber que es necesario conformar un Estado fuerte en un mundo cada vez más difícil” y que el rol de las Fuerzas Armadas en ese escenario “es contribuir a su defensa, con identificación con la historia” del país. En ese sentido, destacó la emoción que sintió al “ver a toda la población volcada a la calle” para acompañar la restitución del sable de San Martín, durante la última semana de Mayo. Por eso, le pidió a los oficiales “aprender de los errores y todos juntos, de forma unida y solidaria, que no significa pensar igual respecto de todo pero si en una cosa: que la Patria debe estar sobre cualquier interés partidario, corporativo o sectario”.

Fernández de Kirchner llegó al Edificio Libertador, a pocos metros de la Casa Rosada, a las 20.30, acompañada por su gabinete casi en pleno. Fue recibida por el ministro de Defensa, Agustín Rossi; los jefes militares y una banda que tocó una versión agershwinada de la zamba “Arenosa”. Un coro completó la recepción con su interpretación de otra pieza folklórica. El secretario de Legal y Técnica y candidato a vicepresidente, Carlos Zannini, que había arribado unos minutos antes, fue recibido con aplausos por un pequeño grupo de funcionarios que aguardaba cerca de la entrada.

Rossi y Zannini se sentaron, luego, a cada lado de la Presidenta en la mesa principal. Los otros civiles que tuvieron lugar en esa posición de privilegio, reservada a los principales mandos militares, fueron el titular de la Cámara de Diputados y precandidato a gobernador bonaerense, Julián Domínguez; su rival en esa contienda, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora; el ministro de Planificación, Julio De Vido; y el secretario General de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro.

La mayor parte de su discurso, CFK repasó los logros y los cambios que experimentaron las Fuerzas Armadas en los últimos “años, intensos para nuestro país, para las instituciones de Defensa, para el mundo en general”. Desde el 2003, sostuvo, “la política de defensa ha adquirido densidad que no tenía en otros momentos”. No hubo ningún comentario respecto de la salida del ex jefe del Ejército César Milani y su reemplazo por Ricardo Cundom.

Como punto de partida, mencionó la reglamentación de la Ley de Defensa Nacional en 2006 y la adopción de tres “lineamientos basales de estrategia”: “La reafirmación para siempre de la conducción civil de las Fuerzas Armadas”, “la operación conjunta, que es concebir a las Fuerzas Armadas no como tres fuerzas por separado sino como un equipo que se encarga de defender la Nación por aire, tierra y el mar” ,y “el diseño del instrumento militar en función del objetivo de una estrategia defensiva autónoma”.



También destacó la articulación de la política de derechos humanos con la de defensa “que parecía imposible por la historia argentina”, la reforma del sistema integral de justicia militar, la desclasificación de archivos documentales y la política de archivos abiertas. Entre las deudas, reconoció que le hubiera gustado irse de la Presidencia con una mujer en los cargos superiores de las Fuerzas Armadas, algo que, anunció, sucederá en los próximos dos años. De todas formas, celebró que se ha “avanzado muchísimo en materias de género”, con un aumento del 50 por ciento en el ingreso de mujeres a las fuerzas: “Ya el 15 por ciento de los efectivos son mujeres”, anunció.

Otro punto que señaló CFK fue la de la “dimensión internacional de la defensa” a través de las misiones de paz de la ONU en Haití y Chipre, así como la integración en el ámbito regional a través del Consejo de Defensa de Unasur y de la Escuela Sudamericana de Defensa para fortalecer el Cono Sur “como zona de paz”; de la reforma de los planes de Educación de los oficiales y suboficiales.

“Lo realmente importante es comprender que esto que estamos haciendo en este ámbito no es algo aislado, no es una política para las Fuerzas Armadas –advirtió CFK–. Es un concepto integral de nación que derrama en todas y cada una de las partes que la conforma para dotar a la Argentina de soberanía. Graben a fuego esa palabra, en sus corazones y en sus cabezas, soberanía va a ser la palabra que va a definir el devenir de este siglo.”

(Página 12, miércoles 8 de julio de 2015)

Image Hosted by ImageShack.us