La confirmación por parte del banco CNB, que absorbió al Felton Bank de Delaware, de que ni la embajadora argentina ante la OEA, Nilda Garré, ni el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, tuvieron cuentas en ninguna de sus sedes, causó satisfacción en la comitiva que acompañó a la presidenta Cristina Fernández en la Cumbre de las Américas. Entre la sucesión de discursos presidenciales, un alto funcionario de la Casa Rosada se hizo unos minutos para hablar del tema y celebrar: "Sabíamos que no era casual el momento en el que Clarín lanzó la denuncia, era algo que los medios manejaban hace tres años y entendemos que es parte de un combo. En general estas denuncias caen pero el daño queda y se acumula", advirtió.
La embajadora Nilda Garré, representante argentina ante la OEA, acompañó ayer a la presidenta en su participación en la cumbre de Panamá. La respuesta de la entidad financiera a la ex ministra de Seguridad desmintió la información publicada por la revista brasileña Veja y el diario Clarín el mes pasado, por lo que la diplomática no descarta iniciar acciones civiles contra ambos medios. La información llegó a través de una carta que la vicepresidenta asistente del CNB, Cassandra Guy, le envió a Garré y en la que asegura que, después de revisar los archivos, "no existe ningún registro de una cuenta a su nombre en el CNB o en el Fulton", informó el diario Página 12.
Veja y Clarín aseguraron el 30 de marzo pasado que Garré y Máximo Kirchner habían sido cotitulares de una cuenta que aparentemente abierta en 2005, con un saldo de 41 millones de dólares. Y para darle mayor gravedad y relacionarlo con la denuncia del fiscal Alberto Nisman, la información aseguraba que se trataba de dinero de Irán, que había sido depositado desde Venezuela, para comprar impunidad para los sospechosos de haber perpetrado el atentado contra la AMIA. Clarín basó la acusación en "dos fuentes bancarias" en off the record y "un documento" que nunca publicó.
Garré se dirigió al CNB por dos vías para que la entidad bancaria certificara que tuvo algún tipo de cuenta ya sea como titular, cotitular o firmante en nombre de alguna empresa, para cubrir todas las alternativas posibles. El martes de la semana pasada envió una nota por fax para acelerar el trámite, y el miércoles insistió con una carta documento. El banco respondió el viernes haciéndole llegar la carta, con membrete, firmada por la vicepresidenta y auditora del banco. La misiva dice de manera textual: “Estimada señora Garré. En referencia a su pedido, hemos revisado nuestras cuentas y no hay registro de una cuenta a su nombre ni en el CNB ni en el Felton Bank”. Ayer, en un alto de las deliberaciones de la Cumbre de las Américas, Garré mantuvo el siguiente diálogo con Tiempo:
–Tras la respuesta oficial del Banco Felton, ¿va a comunicarse con el fiscal Federico Delgado que pidió algunas medidas de prueba tomando la denuncia presentada por Juan Carlos Mussa?
–La consulta la hice al GNB Bank que absorbió al Banco Felton hace cuatro años. La respuesta que firma su vicepresidenta afirma que no han existido ni en el Fellton Bank ni en el GNB Bank cuentas a mi nombre como titular, cotitular o apoderada. Mis abogados decidirán los procedimientos que seguiremos en las denuncias penales que los eternos denunciadores han presentado sobre este tema. Y también en las acciones civiles que iniciaré por los perjuicios que estas falsas acusaciones me han ocasionado.
–¿A qué atribuye la decisión del diario Clarín de reproducir lo que había publicado la revista Veja?
–Estamos ante una ‘operación’ en la que probablemente confluyen más de una motivación y más de un interesado, operación que el diario Clarín y el periodista Santoro se habrían prestado a realizar apoyándose también en afirmaciones de la revista Veja . Básicamente, se perseguía instalar ‘un triángulo maldito’ que iniciaron Irán y Venezuela y al que integraron a Argentina, que prestaba asistencia en tecnologías nucleares a cambio de dinero para usos políticos que era depositado en cuentas de los bancos que mencionan. La satanización de estos países era funcional a los intereses de sectores de servicios de inteligencia extranjeros que trataban de prolongar el aislamiento de Irán e impedir la firma del acuerdo sobre temas nucleares que acaba de concretar con EE UU, Francia, Gran Bretaña, Alemania y Rusia. Además, la satanización, en lo referente a Argentina, también es funcional a los intereses de los fondos buitres que pretenden presentarnos como un país no serio, incapaz de sostener sus compromisos internacionales. Y, desde ya este relato falso y canallesco, justificaban también la denuncia penal del fiscal Nisman contra la presidenta y el canciller Timerman, denuncia que fue rotundamente rechazada por los magistrados que la analizaron en primera y segunda instancia. Como también fue refutada por los más importantes juristas del país, quienes estimaron que la novela contenida por la denuncia no implicaba, aun en el caso de ser cierta, la comisión de delitos. La formulación de las imputaciones periodísticas era una forma de revivir la desestimada denuncia de Nisman y su intencionalidad de atacar a la Presidenta. Esperamos que se puedan saber, finalmente, quiénes fueron los inspiradores de esa denuncia y cuáles sus objetivos finales.
(Tiempo Argentino, domingo 12 de abril de 2015)