ARGENTINA / Las cuentas que no cierran / Escribe: Raúl Kollmann






La versión de las cuentas en Delaware y Luxemburgo, con Máximo Kirchner y Nilda Garré como cotitulares, va siendo derrumbada por los hechos. El informe oficial de la administración de Delaware sobre los bancos de ese estado certifica que el Felton Bank tenía en diciembre de 2010 la suma de 71.819.000 dólares en depósitos, lo que de entrada ya hace irracional que exista una sola cuenta con 41.700.000 dólares. Pero la falacia se demuestra, además, porque el banco declaró, cuando fue absorbido, el 31 de diciembre de 2010, por el CNB, que sólo contaba con 6.079.000 dólares en depósitos de más de 250.000 dólares. Esto hace imposible la existencia –al menos en blanco– de una cuenta con 41 millones.

Nilda Garré envió una carta documento el miércoles pasado al CNB pidiéndole una certificación sobre la inexistencia de una cuenta que estuviera a su nombre, tanto en el CNB, como cuando el Felton Bank era independiente, o sea antes de ser absorbido por el CNB. Las autoridades bancarias norteamericanas tienen una larga tradición de colaborar poco y nada con la Justicia argentina, pero habrá que ver si a pedido de la interesada contestan el requerimiento. Un anticipo de la nota se le hizo llegar al banco el martes y la carta documento el miércoles a la sede de Delaware.



Por su parte, la Federal Deposit Inssurance Corporation (FDIC), que es una organización del Estado dedicada a asegurar a los depositantes de menos de 250.000 dólares, recibía todos los fines de año el balance del Felton, así como de todos los demás bancos. El 31 de diciembre de 2010 –último día de funcionamiento del Felton, antes de la absorción–, el balance establece que el 91 por ciento de los depósitos están en cuentas de menos de 250.000 dólares, lo que certifica por otra vía la inexistencia –por lo menos en blanco– de una cuenta de 41.700.000 dólares.

Se menciona lo de en blanco, porque Delaware es una especie de paraíso fiscal que funciona dentro de Estados Unidos. Buena parte de las compañías usadas para blanqueo de dinero de narcotráfico tienen su sede en Delaware. Un ejemplo es que el avión que utilizaron los hermanos Juliá para trasladar una tonelada de cocaína al aeropuerto de El Prat, en Barcelona, estaba matriculado en Delaware, a nombre de una empresa de ese estado. La aeronave hubo que traerla justamente de allí.

Respecto de Luxemburgo, teóricamente la Luxembourg Gazette lleva un registro de todas las personas propietarias de compañías. Es así por ley, el registro es obligatorio y debe ser publicado en la Gazette de forma oficial. Como suele ocurrir en paraísos fiscales, los registros no son del todo confiables, pero los únicos Kirchner que aparecen son Jörk y Armin. El ingeniero Jörk Kirchner se registró como socio de la Baach Société Inmobilière. El otro Kirchner que aparece con presencia en Luxemburgo tampoco es Máximo sino Armin, un holandés que integra la sociedad Lexotic S.A. A primera vista, la compañía se dedica a administrar sociedades y el cargo de Armin, de 58 años, es el de administrador.

En las bases de datos, similares a las argentinas Veraz o Gnosis, no figuran en Delaware ni en Luxemburgo los nombres de Máximo Kirchner o Nilda Garré como titulares de cuentas o empresas. La supuesta empresa Business and Service IBC, que sería titular de las cuentas, con Garré y Máximo como los operadores cotitulares, tampoco figura en la base de datos Opencorporates, que es una de las más grandes que registra compañías en Belice, el lugar en el que según Veja y Clarín esa empresa está registrada.



Este diario ya reveló que el autor de las notas de Veja –previas a las de Clarín– es el periodista Leonardo Coutinho, un hombre que fue invitado a presentar un informe en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Las notas de Coutinho aparecen en las páginas oficiales de Internet del Tea Party, es decir de la ultraderecha republicana, y el informe se presentó auspiciado en el Congreso de Washington por un sector de la derecha del Partido Republicano.

El objetivo fundamental en todos estos meses de esa franja derecha republicana fue demostrar que Irán es el gran enemigo y por lo tanto que no había que firmar nada con el régimen de Teherán. La sorpresiva denuncia de Alberto Nisman en enero, imputando al gobierno argentino de encubrir a Irán, pareció transitar el mismo camino: dotar de argumentos a quienes se oponían a Barack Obama y a quienes impulsaban la firma del pacto llamado Cinco más uno.

Como se sabe, el jueves se firmó un primer acuerdo de limitación nuclear de Irán y fue el resultado de trabajosas negociaciones entre Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania con Irán.

(Página 12, domingo 5 de abril de 2015)

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