El pasado viernes 25 de abril, el presidente del Ente Provincial de Agua y Saneamiento, o sea el EPAS, Ernesto Javier Montoro, publicó en el Diario Los Andes un valiente y esclarecedor texto titulado: ¿MENDOZA, SERA PETORCA?.
Aclaremos que Petorca es una ciudad que está en la V Región de Chile, a solo 136 km de Santiago; es una zona de características muy similares a Mendoza y ubicada casi enfrentada a nuestra provincia.
Petorca tiene una larga ocupación humana, ya que desde hace 10.000 años, sucesivos grupos han recorrido esos parajes. Por Petorca pasaba el Camino del Inca, transitado luego por Diego de Almagro (1536) y por Pedro de Valdivia (1540), para llegar al Valle de Aconcagua.
Petorca tiene una historia muy ligada la minería y su nombre es una palabra mapuche que significa "pelear con el pico", como si ese hubiera sido su destino desde siempre; ya en 1730 se explotaba comercialmente el oro en Los Tornos y en 1790 se iniciaron explotaciones de yacimientos de oro, cobre y plata, que aún perduran.
También Petorca es el nombre del río que da vida al valle y que, alimentado por los glaciares cordilleranos, hoy casi no trae agua.
Según el artículo del Presidente del EPAS, en Petorca siete años de sequía han cambiado la vida diaria de miles de personas y hoy el agua de consumo está racionada; la gente espera con baldes y otros recipientes la llegada del "camión aljibe"; la cantidad que reciben no permite ducharse ni usar el lavarropas y de día, casi no se ven hombres en Petorca, porque los que antes eran pequeños agricultores, hoy han abandonado sus campos de cultivo ya secos y se fueron a otros lugares buscando trabajo.
Lo que ocurre en Petorca no es exclusivo de esa zona, pues la situación de sequía en Chile ya se extiende desde Coquimbo hasta El Maule y en muchos pueblos, el agua domiciliaria llega 2 horas por día; para beber, hay que comprarla aparte e incluso campos que hace algunos años estaban cubiertos de fructíferos paltos, hoy son abandonados o talados para leña, dado que ni los acuíferos subterráneos han resistido la sobreexplotación y el mal manejo del agua.
Continúa el artículo, diciendo que esto sucede muy cerca de nosotros, de esta Mendoza que supo construir productivos oasis para sobrevivir al desierto y que desde hace 4 años decreta anualmente que está en Emergencia Hídrica, por disminución de los caudales de sus ríos.
Aquí consideramos al agua un bien social; las acequias son un patrimonio histórico y el agua para consumo humano tiene una prioridad establecida por ley hace más de 100 años.
¿Qué lejos está Mendoza de convertirse en Petorca? ¿Podemos impedirlo?, inquiere el Sr. Montoso y concluye: Si la Ley de Aguas, ha sido y es importante para Mendoza, el Plan de Ordenamiento Territorial que se está elaborando, es tanto o más importante. De su inteligencia, amplitud y rigurosidad conceptual, dependerá que se constituya en poderosa herramienta para corregir los problemas actuales, para impedirlos a futuro y para construir hechos de relevancia comunitaria, a partir de los desafíos sociales, económicos y culturales de la provincia.
Excelente la toma de posición del Sr. Presidente del EPAS y nosotros, a estas esclarecidas palabras, le agregamos: En medio del Cambio Climático en que estamos inmersos y, tendiendo en cuenta lo que ya le está ocurriendo a nuestros vecinos chilenos y lo que ya está ocurriendo en la provincia de San Juan, el Plan de Ordenamiento Territorial que se está elaborando debe defender, ante todo, la correcta utilización del agua y en su próximo tratamiento en la Legislatura , debemos exigir que se cuide el agua, priorizando el uso humano, luego el agrícola y por último otros usos, que es lo que establece la Ley de Aguas y no debemos permitir que, usando subterfugios, algunos Legisladores pongan en riesgo nuestro futuro, permitiendo asignar mal la poca agua que nos va llegando de la Cordillera.
Por supuesto, con esta realidad, ni soñar con autorizar emprendimientos megamineros que piensan contaminar e inutilizar millones de litros de agua, por más que nos adornen el oído con frases armadas del tipo “hay que cambiar la matriz productiva de Mendoza”.
Si pensamos desarrollar nuevas actividades que permitan mayores fuentes de trabajo y aumento del PBI, que esas actividades sean compatibles con la fragilidad de nuestro desértico ecosistema y que los barones de la megaminería se vayan a hacer sus negocios a otras latitudes, porque en Mza, encontrarán a toda la Sociedad unida defendiendo el agua, que vale mucho más que el oro.
