En abril de 1981 se presenta en Obras por primera vez en la Capital Federal "sólo con su guitarra, su armónica, su charango y su voz". Es el lanzamiento oficial del disco recopilación "Siete años" (1980), shows en los que también adelantó canciones de su siguiente LP, "Pensar en nada" (1981).
Es en 1981 cuando comienza su inmensa gira nacional que le demandará en total tres años. «Pensábamos que no podíamos depender de los managers del interior, porque de esta manera se podía desvirtuar el proyecto. Fue entonces que se nos ocurrió la idea de convocar a los estudiantes secundarios para que nos organicen los conciertos. No tenían que pagarnos por el show, sino garantizarnos la estadía (alojamiento y comidas) y de esta manera funcionábamos como socios: ellos se llevaban el 30 por ciento de la recaudación y nosotros el setenta. Por estas características de producción, nuestro contacto con la gente era mucho más directo e intenso que en otra situación» (O.Finkelstein, pág 72).
En total, fueron 450 presentaciones en todas las provincias argentinas y 110.000 kilómetros recorridos, para cantar frente a alrededor de 420.000 personas. Al terminar la travesía, decidió llevar al disco todos los ritmos característicos con los cuales se topó. Esta fue, sin dudas, su obra más importante, aunque no contó con la difusión acorde. Bautizada "De Ushuaia a La Quiaca", es ni más ni menos que el mapa musical argentino. Tres discos fueron editados con este material, en el cual participaron, entre otros, Leda Valladares, Gustavo Santaolalla, Cuchi Leguizamón y Sixto Palavecino. Para el primero de los discos (1985) se trajo a los artistas a Buenos Aires, pero los otros dos volúmenes (1986) fueron registrados en un estudio móvil de 16 canales en los lugares de origen de los artistas. La edición de "De Ushuahia a la Quiaca" no sólo marcó un hito en sí, sino que marcó un camino en la producción alternativa, en que el objeto está lejos de "hacer dinero". Todo quedó registrado, además, en 40 horas de grabación en video.
Yo era un hombre bueno
si hay alguien bueno en éste lugar.
Pagué todas mis deudas,
pagué mi oportunidad de amar.
Sin embargo, estoy tirado,
y nadie se acuerda de mí,
paso a través de la gente,
como el fantasma de Canterville.
Me han ofendido mucho
y nadie dio una explicación.
Ay! si pudiera matarlos,
lo haría sin ningún temor.
Pero siempre fui un tonto
que creyó en la legalidad
ahora que estoy afuera,
yo sé lo que es la libertad.
Ahora que puedo amarte
yo voy a amarte de verdad,
mientras me quede aire,
calor nunca te va a faltar.
Y jamás volveré a fijarme
en la cara de los demás.
Esa careta idiota
que tira y tira para atrás.
He muerto muchas veces
acribillado en la ciudad,
pero es mejor ser muerto
que un número que viene y va.
Y en mi tumba tengo discos
y cosas que no te hacen mal.
Después de muerto, nena,
vos me vendrás a visitar.