INTERNACIONAL / Revelan que Obama pidió que se profundizara el espionaje a Merkel / Nota






Alemania elevó sensiblemente el tono de su respuesta ante el espionaje estadounidense a la canciller Angela Merkel, y le advirtió a la Casa Blanca que, en suelo alemán, las embajadas y los diplomáticos deben respetar la ley que establece que las escuchas telefónicas son un delito. El alto voltaje impreso a la reacción germana por los ministros de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, y del Interior, Hans-Peter Friedrich, coincidió con una nueva denuncia del diario Bild am Sonntag, que aseguró ayer que el presidente Barack Obama estaba al tanto del espionaje de la NSA a Merkel y que, incluso, había pedido que se profundizara la "pinchadura" de sus teléfonos.

La NSA desmintió horas después las revelaciones publicadas por la prensa de Berlín. Vanee Vines, vocera de la agencia de espionaje, dijo que la información sobre la escucha de los teléfonos de Merkel "no es cierta". La Casa Blanca, por su parte, optó por no comentar el informe del medio alemán y la vocera del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden, dijo ante a la agencia alemana dpa que "ya dejamos en claro que los servicios secretos de Estados Unidos recogen en el exterior el mismo tipo de informaciones que recogen otras naciones".


La cascada de informaciones sobre la intervención del teléfono celular de Merkel durante más de una década, desde la embajada estadounidense en Berlín y con conocimiento de Obama, indignó a Westerwelle, que en un comunicado subrayó que "en suelo alemán sólo rige la ley alemana", y dejó en claro que "esto vale para todos: para alemanes y para extranjeros, para ciudadanos y para empresas, y también para los diplomáticos y las embajadas". Westerwelle, que en un gesto inédito entre los dos países había citado el jueves al embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, confió en que Washington comparta ese punto de vista.

"El espionaje entre amigos y aliados no es procedente y, tal como se comprueba, esas prácticas son, además, políticamente perjudiciales." El espionaje, agregó un irritado y desconocido Westerwelle, "amenaza con minar los lazos que unen a los dos países, no todo lo que es posible técnicamente es también políticamente razonable". El comunicado se divulgó poco después de conocidas unas fuertes declaraciones de Friedrich, quien le dijo al Bild am Sontag que "espiar es un delito y los responsables deben responder por ello", ya que eso supone violar la soberanía nacional. "Si los estadounidenses pincharon teléfonos en Alemania, infringieron la ley alemana en territorio alemán", recalcó.

Las palabras de Friedrich acompañaron las nuevas revelaciones sobre el espionaje al celular de Merkel. Citando fuentes de los servicios secretos estadounidenses, el diario de Berlín aseguró que Obama fue informado de las escuchas en 2010 por el propio director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Keith Alexander, y que el presidente no sólo no ordenó que se suspendiera la práctica desleal aplicada a su aliada alemana sino que llegó a pedir un informe complementario sobre la canciller. La versión contradice el mensaje que el presidente le habría trasladado el miércoles a la canciller, cuando según los medios locales le habría garantizado a Merkel que no tenía conocimiento del espionaje y que, de haberlo sabido, lo habría parado.


Según el Bild am Sonntag, la NSA no sólo pinchó el celular usado por Merkel hasta julio, sino que también intervino el teléfono más sofisticado que empezó a usar entonces. La información recogida en el cuarto piso de la embajada estadounidense en Berlín –donde trabajan 18 agentes de la NSA– se enviaba directamente a la Casa Blanca sin pasar primero, como es habitual, por la central de la agencia en Fort Meade (Maryland). Ayer, el semanario Der Spiegel agregó otro dato: el móvil de Merkel está en la lista de objetivos de la NSA desde 2002, tres años antes de que ganara las elecciones por primera vez. Ese año comenzó también el espionaje al entonces canciller, Gerhard Schroeder. El programa se puso en marcha por órdenes de George W. Bush cuando Schroeder se opuso a que tropas alemanas participaran en la invasión a Irak.

La semana pasada Alemania había anunciado que enviará una delegación "del más alto nivel" a Estados Unidos para recabar datos directamente de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia. Según Der Spiegel es un "gesto de generosidad" para darle a Obama la posibilidad de que corrija su discurso, pero por lo que se sabía hasta ayer Washington no había dicho quién sería el encargado de recibir a la delegación germana.

La frase

Amigos

El espionaje entre amigos y aliados no es procedente y es políticamente perjudicial.


Críticas desde la oposición

Mientras los dos grandes diarios del país –The Washington Post y The New York Times– intentan minimizar el escándalo de las pinchaduras telefónicas, relegándolo a sus páginas interiores, la oposición republicana busca sacar partido de la situación. "Creo que el presidente debería dejar de pedir perdón, dejar de estar a la defensiva", dijo el diputado Peter King, y agregó: "No tenemos los programas de inteligencia por diversión, los utilizamos para recoger información valiosa, que nos ayuda a nosotros y a los europeos." Mike Rogers, presidente del Comité de Inteligencia de Diputados, dijo que las protestas de los países europeos son cínicas: "Esta idea de que vamos tras alguien es cínica, cuando la realidad es que se trata de la protección legítima de nuestros intereses nacionales." El ex vicepresidente Dick Cheney (2001-2009), se sumó a la campaña republicana, aunque reconoció que las filtraciones del "topo" Edward Snowden "son dañinas". Cheney destacó que el espionaje es importante para desarrollar la política exterior, "por lo que no hay que pedir perdón a nadie".

(Diario Tiempo Argentino, lunes 28 de octubre de 2013)

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