No son los mejores días para la jefa de Estado brasileña, quien enfrenta un auge de la inflación que ya provocó refriegas por el aumento de las tarifas de transportes en San Pablo, Río de Janeiro y Porto Alegre, y la obligó a tomar medidas para sostener el real. Algo de ese clima la rozó ayer cuando resultó abucheada junto con el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, al inaugurar la Copa Confederaciones en el estadio Nacional de Brasilia. "Amigos brasileños, ¿dónde está el respeto al fair play?", dijo Blatter a la multitud que los recibía con una fuerte rechifla.
Un día antes, Dilma había anunciado inversiones por 2660 millones de reales (unos 1330 millones de dólares) en obras en favelas de Río de Janeiro. En el discurso que dio en una de las más famosas favelas de la ciudad carioca, insistió en que su gobierno está comprometido con una política fiscal responsable pero que no reducirá los gastos sociales.
En esa ocasión la presidenta de Brasil cuestionó ácidamente al papel que cumplen los medios en esta delicada instancia para el país. Hay un "terrorismo informativo" sostenido por los que "juegan a cuanto peor, mejor". Ante una multitud desafió: "Pueden esperar sentados los que piensan que voy a cortar el gasto social".
En la favela Rocinha, Dilma fustigó a la oposición que, insistió, intenta torpedear su política económica. Con mucha ironía, rechazó que Brasil esté pasando por una crisis económica y que la inflación esté fuera de la meta del gobierno. "Nosotros jamás dejaremos que vuelva la inflación. Hoy está bajo control y continuará bajo control". Y aclaró: "Pido que no escuchen a los que apuestan por lo peor. Críticas, sí, terrorismo, no".
La mandataria del PT recordó que Brasil tiene "el menor índice de desempleo del mundo" y criticó abiertamente a la prensa que afirma que Brasil "pasa por un momento de dificultad", y afirmó: "No es sólo que Brasil no pasa por un momento difícil, sino que es un país totalmente sólido. Tenemos una de las menores relaciones entre deuda líquida y el PIB. No gastamos más de lo que tenemos. Somos serios en relación a la política fiscal".
Luego añadió que no reducirá "las inversiones como esta, que benefician el pueblo. Porque ésta es nuestra prioridad y porque tenemos recursos suficientes para mantener las inversiones y los gastos sociales, y para hacerlo de una forma seria con el gasto público y sin inflación", aseguró.
La presidenta prometió inversiones en obras de infraestructura para diferentes barriadas pobres de Río de Janeiro antes del próximo Mundial. Los recursos anunciados son cerca de la mitad de los 5900 millones de reales (unos 2950 millones de dólares) que, según explicó, han sido destinados a las favelas desde que asumió su mandato, en enero de 2013.
"Esas inversiones representan calidad en habitaciones, acceso a centros de salud, escuelas y centros deportivos. Significa también ofrecer condiciones para pacificar las comunidades y acabar con el control privado de la violencia, que muchas veces ocurrió por omisión del poder público", aseguró.
(Diario Tiempo Argentino, domingo 16 de junio de 2013)
