ARGENTINA / El futuro en disputa / Escribe: Ricardo Rouvier






Cuando decimos que el futuro está en disputa, es que prevemos un mayor dinamismo político, una mayor controversia, al ingresar al corredor que une las legislativas de este año y las presidenciales dentro de dos.

Ese puente une necesariamente los días, y condiciona a todo acontecimiento político del día a día en su doble lectura: actualidad y porvenir.

Cada hora que pasa acumula o resta de un veredicto próximo en el contexto de una democracia vigente.


Todo gira alrededor de la contradicción principal en la política: continuidad o final de ciclo. Y cada acto que involucra al poder o al contrapoder apunta a esta cuestión. Ya ningún hecho del espacio público, un accidente ferroviario, incluso un homicidio resonante, puede evitar ser incluido en la disputa desde el Gran Hermano. Y en eso se cuenta que la lógica periodística –que no puede omitir un hecho de trascendencia– se articula con una lógica política contraria al gobierno.

La semana transcurrida ha presentado algunos reveses para el kichnerismo; y alguno era previsible. Se esperaba el rechazo a la elección popular del Consejo de la Magistratura, y tampoco la apelación correspondiente abre un camino esperanzador considerando los fuertes lazos corporativos, que caracterizan al estamento.

Otro hecho fue imprevisible; como un nuevo estrago ferroviario que concitó la memoria del anterior en estación Once en febrero de 2012. Esto ocurre en momentos en que se comprometen recursos para el mejoramiento del servicio (el Roca es un ejemplo). El propio ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, lo señaló al remitirse a lo faltante desde hace muchos años; y que nos invita a mirar en perspectiva.

Hay núcleos duros en donde se reproduce la pobreza y la marginalidad, a despecho de la ayuda o del crecimiento, hay llagas en la sociedad nacional construidas por años y que cuesta erradicar. Existen espacios en nuestra sociedad en que la condición cultural se convierte en determinante que explica la violencia, la criminalidad o inclusive y aparentemente más inocente, el error. La transformación cultural es la batalla profundamente revolucionaria que hay que librar.

La presidenta Cristina Fernández siguió estos días, anunciando la creación, la puesta en marcha, de experiencias productivas, mostrando la otra cara del país, la otra realidad que, a pesar de la construcción de los grandes medios, trabaja silenciosamente.

¿Qué hacer en esta disputa entre un país que sueña y que construye con otro que vocifera el fracaso por los medios? El horror extendido ante el asesinato de una adolescente congela el resto de la vida de una sociedad.

Esta semana se presentaron los frentes que van a competir en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto. Las listas inscriptas muestran que la oposición está haciendo un esfuerzo de realineamiento con el objeto de superar experiencias y frustraciones anteriores.


En las elecciones legislativas de 2009 la fragmentación superó el resultado, y algunas alianzas concluyeron horas después de las elecciones. Basta recordar aquella foto de triunfo de Felipe Solá, con Francisco de Narváez y con Mauricio Macri.

El kirchnerismo se presentó en forma ordenada en un único frente (el FPV, el Partido Justicialista, el Partido de la Victoria, el Partido Intransigente y el Partido Conservador Popular). En aquellas provincias no kichneristas, el PJ no estará como oferta electoral; como es el caso de Córdoba, San Luis y Santa Cruz.

El PRO se diferencia del resto del espectro político por su escasa vocación frentista, apuntando a incluir en su propuesta a figuras populares no provenientes de la política profesional.

Esto muestra, por otra parte que el PRO tiene una filosofía marketinera para competir, sin preocuparse por contar con una mirada estructural sobre la política. Claro, ellos adscriben a lo que se denomina la pospolítica, una filosofía cultural en que predominan las imágenes.

El intento más completo de la alianza opositora ha sido la unión alrededor de una lista alternativa para elegir consejeros de la Magistratura, por el momento suspendido por el Poder Judicial. Si se habilitara dicha elección, la unidad de la oposición sería una amenaza para el FPV. Se inscribió un PRO sin alianzas significativas, con el agregado de algunos peronistas no K. La centroizquierda, con algunas paradojas, porque comprende al FAP, unido a la capacidad territorial de la UCR, el GEN de Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica, Libres del Sur, y el partido de Patricia Bullrich, Unión por Todos. Justamente, la presencia de Bullrich y de Prat Gay construye esta paradoja denominada centroizquierda.

La UCR sigue con su interna perpetua pero se suma en algunos distritos a este frente, porque ni Aguad ni Cobos pueden ser considerados progresistas.

Francisco de Narváez anotó su frente sin haber llegado a un acuerdo con Macri ni con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, pero habrá espacios disponibles para el sciolismo. Y el ex ministro de Economía competirá en la Ciudad de Buenos Aires con el apoyo del Gerónimo "Momo" Venegas, y enviando señales a Sergio Massa y Daniel Scioli.

Todavía hay indefinición de Sergio Massa si va a ser o no candidato a diputado compitiendo en territorio bonaerense, sin embargo anotó a su Frente Renovador en una decisión que supone dar un paso de salida del kichnerismo.


En el caso de no competir en las próximas elecciones se afirmará como un observador casi externo al devenir de la política nacional y esperar una oportunidad mejor.

Si el Frente Renovador compitiera con una lista sin Massa de candidato, De Narváez se perjudicaría, porque comparten una parte de la composición del voto. Y si Massa fuese como candidato, los votos de De Narvaéz se esfumarían.

Como vemos, cierres apurados, y conformación de frentes de mucha amplitud e incierta solidez. Eso sí, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias permitirán a diversas listas opositoras competir y esto los reforzará ante el electorado; esta competencia no sería desfavorable que también las transitara en pluralidad el propio kichnerismo.

Luego del cierre de alianzas, el panorama político definió que cinco fuerzas políticas electorales se disputarán el futuro: el kichnerismo/peronismo, un peronismo post kichnerista en formación, la centroizquierda, el PRO, y la izquierda.

(Diario Tiempo Argentino, domingo 16 de junio de 2013)

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