Hermanas y hermanos: deseo expresar mi sorpresa por esta gran concentración que reúne, hoy, en esta Isla del Sol, a hermanas y hermanos que vienen del Abya Yala, de América, de Europa, de África y de Asia.
Saludo a nuestro vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, al vicepresidente de Nicaragua, Moisés Omar Halleslevens Acevedo, al ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Ernesto Villegas, y a las viceministras de Venezuela para América Latina y el Caribe, Verónica Guerrero, y para América del Norte, Claudia Salerno; al ministro de Cultura de Cuba, Rafael Bernal Alemany, a los ministros y ministras, a los embajadores y embajadoras de Bolivia, de toda América, de Asia y de Europa.
Saludo, igualmente, a nuestros dirigentes, líderes y lideresas de los movimientos y organizaciones sociales de los diferentes sectores que estuvieron debatiendo en torno a este 21 de diciembre y lograron profundas reflexiones sobre temas políticos, económicos, sociales y sobre el medio ambiente y la Madre Tierra. Ellos debaten permanentemente sobre la igualdad y la justicia social.
Hoy estamos todos reunidos acá, en el tiempo de Pachakuti, en el tiempo del cambio.
LA ISLA DEL SOL, EL NACIMIENTO DEL NUEVO TIEMPO
Desde la Isla del Sol, desde el Lago Sagrado Titikaka, que compartimos Perú y Bolivia, queremos decirles que estamos reunidos, hoy, 21 de diciembre de 2012, no esperando a que se acabe el mundo, como algunos decían. Nunca habrá fin del mundo. Estamos aquí para dar esperanza en este nuevo amanecer para los pueblos del mundo.
En esta Isla del Sol, donde hace mil años atrás se inauguró el tiempo del sol, nacieron Manco Kapac y Mama Ocllo para fundar el Tahuantinsuyo. Por eso, esta isla es la isla fundadora del tiempo y de la historia de los hijos del sol. Pero llegó, luego, la oscuridad con los invasores extranjeros. Alentados por la codicia llegaron hasta nuestro continente Abya Yala para someter a las naciones indígenas. Fue el tiempo de la oscuridad, del dolor y de la tristeza, un tiempo que para los hijos del Willka fue del no tiempo.
Hoy, desde esta isla que dio nacimiento al Tahuantinsuyo, estamos cerrando la época de la oscuridad y del no tiempo, y abriendo el nuevo tiempo de la luz: el Pachakuti.
Nuevamente, los pueblos del mundo, los movimientos sociales, la gente marginada, discriminada, humillada se organizan, se movilizan, se concientizan para levantarnos nuevamente como en aquellos tiempos del Pacha, tiempos del Pachakuti.
Por eso, hermanas y hermanos, este gran acto histórico e inédito es una gran sorpresa, así como, también, para nuestros hermanos en Guatemala, en México, Ecuador y en otros países del mundo que hoy se movilizan para recibir al Pacha.
Esta mañana, con el hermano Vicepresidente Álvaro García y con el hermano Canciller David Choquehuanca, nos informamos de que los pueblos de Canadá como de Estados Unidos, se movilizan para expresar su esperanza en este solsticio de verano.
Hermanas, hermanos: El mundo está siendo azotado por una múltiple crisis global que se manifiesta en una crisis climática, financiera, alimentaria, institucional, cultural, ética y espiritual. Esta crisis nos señala que estamos viviendo los últimos días del capitalismo y de un desenfrenado consumismo; es decir, de un modelo de sociedad donde el ser humano pretende ser superior a la Madre Tierra, convirtiendo a la naturaleza en un objeto de su despiadado dominio depredador.
Los ideólogos del capitalismo plantean que ante la crisis las siguientes soluciones:
Por un lado, más capitalismo, más privatización, más mercantilización, más consumismo, más explotación irracional y depredadora de los recursos naturales y más protección a las empresas y a las ganancias privadas.
Por otro lado, menos derechos sociales, menos salud pública, menos educación pública y gratuita, y menos protección de los derechos de las personas.
Hoy las sociedades y los pueblos de los países desarrollados viven dramáticamente la crisis capitalista creada por su propio mercado. Los gobiernos capitalistas creen que salvar a los bancos es más importante que salvar a los seres humanos, y salvar a las empresas es más importante que salvar a las personas. En el sistema capitalista los bancos tienen derechos económicos privilegiados y gozan de una ciudadanía de primera, por lo que podemos decir que los bancos valen más que la vida. En este capitalismo salvaje las personas y los pueblos no son hermanos y hermanas, no son ciudadanos, no son seres humanos; las personas y los pueblos son deudores morosos, prestatarios, inquilinos y clientes; en resumen, si las personas no tienen dinero no son nada.
Vivimos el reino del color verde. Verde como los dólares son las políticas monetarias, verde como los dólares son las políticas de desarrollo, verde como los dólares son las políticas de vivienda, verde como los dólares son las políticas de desarrollo humano y las políticas ambientales. Por eso, ante la nueva ola de crisis del sistema capitalista, sus ideólogos se han lanzado a promover la privatización de la naturaleza, a través de la llamada economía verde o el capitalismo verde.
Sin embargo, las recetas de mercado, de liberalismo y de privatización no hacen sino generar pobreza y exclusión, hambre y marginación. Las imágenes que deja en el mundo el capitalismo salvaje son tenebrosas:
a) Más de 850 millones de hambrientos en el mundo, casi 200 millones más que los que existían hace 30 años,
b) La esperanza de vida de los más pobres en el mundo sigue siendo la misma que en el año 1977, es decir de 44 años de vida,
c) Aproximadamente 1.300 millones de personas viven en condiciones de pobreza,
d) Existen cerca de 230 millones de desempleados en el mundo, 40 millones más de desempleados que los que habían hace 30 años,
e) Finalmente, los países desarrollados desperdician anualmente 700 millones de toneladas de alimentos, es decir, tres veces más de lo que produce el África Subsahariana en un año,
La crisis global del capitalismo tiene entre sus causas estructurales las siguientes:
a) La acumulación y concentración de la riqueza en pocos países y en pequeños grupos sociales privilegiados,
b) La concentración de capital en la producción y comercialización de recursos y bienes de alta y rápida generación de riqueza,
c) Promoción del consumo social masivo y excesivo de productos con la creencia de que tener más es vivir mejor,
d) Producción masiva de productos desechables para enriquecer capitales y acrecentar la huella ecológica,
e) Aprovechamiento productivo extractivo de recursos naturales renovables y no renovables excesivo e insostenible con altos costos ambientales,
f) Concentración de capital en procesos de especulación financiera para generar ganancias rápidas y abundantes,
g) Concentración de conocimientos y tecnologías en los países ricos y en los grupos sociales más ricos y poderosos,
h) Promoción de prácticas financieras y esquemas productivos extractivos y comerciales que deterioran la economía y soberanía de los Estados, en particular de los países en vías de desarrollo, monopolizando el control de los recursos naturales y de sus ganancias,
i) Reducción del rol de los Estados a débiles reguladores, convirtiendo a los grandes inversores en patrones de casa ajena y a los Estados y pueblos en servidores o socios débiles con el mito de que la inversión extranjera lo puede resolver todo.
Hermanas y hermanos del mundo: El capitalismo ha creado una civilización despilfarradora, consumista, excluyente, clientelista, generadora de opulencia y miseria. Este es el patrón de vida, producción y consumo que tenemos la necesidad imperiosa de transformar.
El planeta y la humanidad están en grave peligro de extinción. Los bosques están en peligro, la biodiversidad está en peligro, los ríos y los océanos están en peligro y la tierra está en peligro. Esta hermosa comunidad humana que habita nuestra Madre Tierra está en peligro debido a la crisis climática.
Las causas de esta crisis climática están relacionadas directamente con la acumulación y concentración de la riqueza en pocos países y en pequeños grupos sociales; con el consumo masivo, excesivo y dispendioso debido a la creencia de que tener más es vivir mejor; con la producción contaminante y de bienes desechables para enriquecer capitales acrecentando la huella ecológica; así como con el aprovechamiento productivo extractivo excesivo e insostenible de recursos naturales renovables y no renovables que tiene altos costos ambientales.
Hermanas y hermanos: El Estado Plurinacional de Bolivia, haciendo eco de la voz de los pueblos del mundo, asume una obligación ética con el planeta y propone la necesidad de que el ser humano recupere el sentido de unidad y pertenencia con la Madre Tierra.
Estamos en un momento crucial para la definición del futuro de nuestro planeta. En nuestras manos y en nuestras conciencias radica la responsabilidad de acordar el camino que vamos a seguir para garantizar la erradicación de la pobreza, la distribución y redistribución de la riqueza, así como la creación y fortalecimiento de nuestras condiciones sociales, materiales y espirituales para vivir en armonía y equilibrio con la naturaleza.
Los Estados ricos e industrializados deben contribuir a promover la socialización de la riqueza y el bienestar en armonía con la naturaleza mientras que los Estados pobres y en desarrollo deben distribuir la poca riqueza con la que cuentan. No hay futuro para la humanidad si impera el egoísmo y la codicia, la acumulación y la ostentación propia de un sistema donde el que tiene más reina sobre los desposeídos. Debemos compartir y complementarnos en conocimiento, en riqueza, en humanidad y en respeto a la naturaleza.
Este 21 de diciembre es el día del inicio del Pachakuti que se traduce en el despertar del mundo a la cultura de la vida. Es el inicio del fin del capitalismo salvaje así como de la transición del tiempo de la violencia entre los seres humanos y de la violencia con la naturaleza a un nuevo tiempo donde el ser humano constituye una unidad con la Madre Tierra y todos convivimos en armonía y equilibrio con la totalidad del cosmos.
Este día es para las sociedades milenarias el momento en que se producirán en el planeta importantes cambios telúrico-cósmicos y es el anuncio de que la cultura de la muerte, del hambre y de la injusticia habrá llegado a su fin. Significa el fin de un estado de cosas y el inicio de profundos cambios en el mundo.
Asimismo, este nuevo tiempo tiene que ser el inicio del fin de las monarquías, de las jerarquías, de las oligarquías y de las anarquías del mercado y del capital.
El Pachakuti ha llegado, y quienes ahora nos reunimos en la Isla sagrada del Sol, en el Lago Titikaka, somos los Guerreros del Arco Iris, somos los guerreros del Vivir Bien, somos los insurgentes del mundo.
LOS DIEZ MANDATOS
En este marco planteamos diez mandatos para enfrentar al capitalismo y construir la cultura de la vida:
1. EN LO POLÍTICO:
REFUNDAR LA DEMOCRACIA Y LA POLÍTICA, EMPODERANDO A LOS POBRES Y SIRVIENDO A LOS PUEBLOS
El mundo está viviendo una crisis de los sistemas políticos porque éstos ya no representan a los pueblos, son elitistas, excluyentes, gobernados por cúpulas oligárquicas con la visión de servir al bolsillo de pocos y no de servir al pueblo. Las llamadas democracias son el pretexto para entregar las riquezas naturales a manos del capital transnacional. En estas falsas democracias la política se ha convertido en un instrumento de lucro y no en una vocación de servicio. Todavía perviven formas anacrónicas de gobiernos que ya no responden a las demandas que tienen los pueblos del mundo. Debemos refundar la democracia. No queremos una democracia colonial donde los políticos son una clase aristócrata y no son militantes de la causa de los pobres y del servicio a los pobres.
La democracia no es viable si no empodera a los pobres, a los marginados, sino responde, primero y ante todo, a las urgencias de los más necesitados. No es democracia aquella en la que unos pocos se hacen ricos y las mayorías se hacen pobres.
Refundar la democracia, refundar los Estados, refundar las Repúblicas y refundar la política requiere entre otras las siguientes acciones:
Refundar los sistemas políticos dando sepultura a todas las formas de jerarquías, monarquías, oligarquías y a la anarquía del mercado y del capital. La democracia es el gobierno de los pueblos y no del mercado.
Pasar de la democracia representativa en la que el poder está al servicio de los intereses de las élites y minorías a la democracia comunal donde no existen mayorías ni minorías, sino más bien las decisiones se toman en consenso, y donde se impone la razón y no el voto.
Promover que la acción política se constituya en un completo y permanente servicio a la vida, que es, a su vez, un compromiso ético, humano y moral con nuestros pueblos, recuperando los códigos de nuestros ancestros: no robar, no mentir, no ser flojo y no ser adulón.
El servicio a la patria no puede entenderse con el servirse de la patria como si ésta fuera una empresa; los políticos no pueden emplear los instrumentos administrativos, jurídicos y económicos del Estado para sus intereses privados y personales.
El pueblo, por intermedio de sus organizaciones sociales y comunitarias, debe tomar el poder político construyendo nuevas formas estatales plurinacionales para que nos gobernemos a nosotros mismos en el marco del mandar obedeciendo.
2. EN LO SOCIAL:
MÁS DERECHOS SOCIALES Y HUMANOS CONTRA LA MERCANTILIZACIÓN DE LAS NECESIDADES HUMANAS
En el mundo todavía sigue existiendo una realidad insultante y abusiva que es la de las brechas que existen entre los ricos y los pobres. Esto se debe a una desigual distribución de los ingresos pero también a un acceso desigual y discriminador a los servicios básicos. El capital y el mercado no resuelven la inequidad y la pobreza, solo privatizan los servicios y lucran con las necesidades. Ya hemos vivido dramáticamente la privatización de los servicios básicos y en especial del agua.
Para resolver las graves inequidades sociales es necesario emprender entre otras las siguientes acciones:
Es un imperativo avanzar en el reconocimiento, en la legislación internacional y en la normativa nacional de los países del mundo, de que los servicios básicos: el agua, electricidad, comunicaciones y el saneamiento básico son un derecho humano fundamental de las personas en todos los rincones del planeta.
En particular el agua debe constituirse en un derecho humano esencial de las personas porque aporta directamente al desarrollo de la vida de todos los seres del planeta, y es un insumo fundamental para la movilización de todos los procesos productivos.
Conjuntamente con el reconocimiento de los servicios básicos como un derecho humano se debe avanzar en la nacionalización de estos servicios ya que las administraciones privadas marginan a la mayoría de la población de su acceso a estos servicios fundamentales para la vida de las personas al darles un valor económico inalcanzable para muchos.
Es una necesidad concentrar más recursos económicos en los Estados y crear mecanismos de distribución de esta riqueza entre las regiones y la población más necesitada y vulnerable para eliminar en el mundo, en los próximos años, toda forma de pobreza social, material y espiritual a través de la democratización de la riqueza económica.
Es necesario desarrollar la formación de un nuevo ser humano integral que no sea materialista ni consumista y que esté siempre enfocado en la búsqueda del Vivir Bien con una profunda ética revolucionaria basada en la armonía y solidaridad, reconociendo que todos los pueblos del mundo conformamos una gran familia.
Terminar con el monopolio transnacional de la industria farmacéutica y recuperar y fortalecer nuestros conocimientos y prácticas medicinales ancestrales y naturales.
3. EN LO CULTURAL Y ESPIRITUAL:
DESCOLONIZAR NUESTROS PUEBLOS Y NUESTRAS CULTURAS PARA CONSTRUIR EL SOCIALISMO COMUNITARIO DEL VIVIR BIEN
Hermanas y hermanos: Estamos viviendo en una sociedad donde todo se globaliza y homogeneiza y donde las identidades culturales parecen ser resabios del pasado que todos quieren ignorar. Las culturas milenarias y ancestrales son marginadas de los procesos económicos y políticos y por lo mismo su fuerza y energía cultural y espiritual es despreciada. Esto nos ha llevado a una profunda deshumanización en el mundo y a la discriminación de una riqueza espiritual y cultural que puede darnos las fuerzas necesarias para detener la brutalidad del capitalismo. Para ello es necesario:
Descolonizarnos del racismo, fascismo y todo tipo de discriminación.
Descolonizarnos del mercantilismo y consumismo, del lujo, del egoísmo y de la codicia para promover el Vivir Bien.
Debemos recuperar los conocimientos y códigos de las culturas milenarias en el mundo para fortalecer la conciencia de las personas y de las sociedades sobre la Madre Tierra, entendiendo de que es un ser vivo y sagrado, de que somos sus hijas e hijos y nos alimentamos de ella, respetando los ciclos de la naturaleza y comprendiendo de que todo lo que existe es parte del equilibrio y de la armonía de la vida. Nacemos del vientre de la Madre Tierra y volvemos a su vientre.
Donde existan múltiples culturas en los países es un imperativo promover la construcción de Estados Plurinacionales que respeten el pluralismo social, económico, jurídico y cultural.
4. CON RESPECTO AL MEDIO AMBIENTE:
POR LOS DERECHOS DE LA MADRE TIERRA PARA EL VIVIR BIEN Y CONTRA EL COLONIALISMO AMBIENTALISTA DE LA ECONOMÍA VERDE
En los últimos años los ideólogos del sistema capitalista han promovido la “economía verde” como la salvación de este modelo de sociedad. Esto no significa más que la mercantilización de la naturaleza en el marco de un capitalismo verde. La economía verde es la economía de la muerte, porque en el marco de un proteccionismo de la naturaleza condena a muerte a los pueblos del mundo. Por lo mismo, condenamos la economía verde como el nuevo colonialismo ambiental y capitalismo verde. Asimismo, nos preocupa la crisis climática del planeta ya que la comunidad humana que habita nuestra Madre Tierra está en un inminente peligro debido a las consecuencias catastróficas de los desastres naturales en el mundo.
Para transformar este estado de cosas los pueblos del mundo deben impulsar las siguientes acciones:
(sigue en la edición de mañana)








