CANCION / Boedo y San Juan / Escribe: Enrique Cadícamo






“Tres esquinas” alude al cruce de las calles Montes de Oca y Osvaldo Cruz, en el barrio de Barracas, y al café llamado "Tres esquinas", luego "Cabo Fels", situado en ese paraje. La letra fue escrita por Cadícamo en 1940, para una música previa de Ángel D’Agostino (la del tango inédito titulado “Pobre piba”). Lo estrenó, aquel año, Ángel Vargas, quien cantaba con la orquesta de D’Agostino.

Otros tangos interesantes: “Muñeca brava”, con reminiscencias de algunos tangos de Celedonio Flores, escrita para una música de Luis Visca que había obtenido el 6º premio para tangos sin letra del 5º concurso de Max Glücksmann en 1928; “Cruz de palo”, grabada por Gardel el 1º de marzo de 1929; “De todo te olvidas”, que glosa unas famosas cuartetas de Evaristo Carriego —las tituladas “Tu secreto”, que integran los “Ofertorios galantes” de las “Misas herejes”— y obtuvo el 1º premio para tangos con letra en el 6º concurso de Max Glücksmann, realizado también en el Palace Theatre en 1929; “Niebla del Riachuelo”, cantada por Tita Merello en la película “La fuga”, de Luis Saslavsky, presentada en el cine Monumental el 28 de julio de 1937; “Pa’ que bailen los muchachos” y el monumental “Los mareados”, sobre música del tango “Los dopados”, de Juan Carlos Cobián y “Garúa”, estos últimos tres, grabados por Aníbal Troilo con la voz de Francisco Fiorentino.

Y así, podríamos seguir comentando títulos exitosos hasta extenuarnos en ese cometido. Sin dudas, Enrique Cadícamo fue uno de los autores más prolíficos de nuestra música popular.


De aquí, de Boedo y San Juan,
voy a cantar
un tango triste y sentido...
Porque quiero saludar y recordar,
el barrio donde he nacido...
Dónde quedó la emoción
de mi niñez,
con cielo azul de rayuelas...
¡Barriletes de color,
ilusiones de papel,
que ya el viento se llevó!...
Todo aquello, ¿dónde está,
esquinitas de mi ayer,
de aquí, de Boedo y San Juan?

Hoy, que empiezo a encanecer
y a comprender
lo que es la vida...
¡Qué daría por volver
y por tener
la edad perdida!
Hoy, que empieza el otoñal
anochecer
de mi existencia...
¡Cómo añoro lo que fue
el paisaje tan fugaz
de aquel claro amanecer!...

De aquí, de Boedo y San Juan
salí una vez
y me perdí en la distancia...
¡Quién no sueña en el café
alguna vez,
hacerse un viaje hasta Francia!...
¡Allí mi barrio quedó
lejos de mí,
pero muy cerca de mi alma!
Y en las noches de París
su recuerdo se agrandó
y en diez años no volví...
Y al volver, yo lo encontré
tan cambiado, que lloré
igual que cuando me fui...

Hoy, que empiezo a encanecer
y a comprender
lo que es la vida...
¡Qué daría por volver,
y por tener
la edad perdida!
Hoy, que empieza el otoñal
anochecer
de mi existencia...
¡Cómo añoro lo que fue
el paisaje tan fugaz
de aquel claro amanecer!...
Todo aquello, ¿dónde está,
esquinitas de mi ayer,
de aquí, de Boedo y San Juan?

Image Hosted by ImageShack.us