El gobierno demócrata puso fin a la guerra en Irak, continuó la de Afganistán y asesinó a Osama bin Laden, artífice de los atentados al World Trade Center de 2001. El Nobel de la Paz no cerró Guantánamo.
Barack Obama fue reelecto en su rol de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. El gobierno demócrata puso fin a la guerra en Irak, continuó la de Afganistán y liquidó al líder de Al Qaida, Osama bin Laden, el artífice de los atentados al World Trade Center de 2001. Para una mayoría de norteamericanos, Obama hizo lo correcto, a pesar de que sea cuestionable que no se lo haya detenido a Bin Laden y llevado a juicio y que no se cerrara la cárcel de Guantánamo, en donde purga una larga condena el acusado de los ataques y 150 presos esperan un juicio justo.
Cuando Obama puso un pie en la Casa Blanca en 2009, aún estaba abierta la herida que dejó el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, que causó la muerte de 2983 personas. Hasta hoy perdura el trauma de haber sido vulnerada la seguridad nacional: para acceder al Memorial del 9-11 hay que pasar unos controles de seguridad como si uno fuera a subir a un avión de una compañía estadounidense. Y esto para llegar, en fila india, a un parque con dos piletas enormes –una por cada torre destruida– en donde se oye el insistente ruido de la construcción de los nuevos edificios altos que se están levantando en la zona.
En cada una de las piletas, el agua que cae lo hace hacia un cuadrado en el medio, un agujero que simboliza el vacío, como dice el folleto explicativo del memorial. En los bordes de ambas fuentes gigantes están grabados en el metal los nombres de las casi tres mil víctimas de los ataques que tuvieron lugar esa mañana en la que un grupo de terroristas hizo impactar dos aviones contra las Torres Gemelas, los edificios más altos de la ciudad, con 110 pisos cada uno. En el décimo aniversario de los ataques, Obama estuvo presente en la inauguración del parque conmemorativo. Allí el líder demócrata afirmó que “Al Qaida está devastado y Bin Laden no volverá a amenazarnos”. Bin laden había sido asesinado cuatro meses antes.
Pasaron once años desde los atentados, casi el mismo período durante el cual Estados Unidos mantuvo detenidos a sospechosos de terrorismo en la cárcel que está ubicada en la base naval de Guantánamo, en Cuba. Una cárcel que Obama había prometido cerrar. La mayoría de los presos fueron capturados en Afganistán e Irak, dos países a los que George W. Bush les declaró la guerra como respuesta a los atentados a las Torres Gemelas. En Irak antes de la ocupación no existía Al Qaida y sí se volvió una amenaza en ese país del Golfo después de la acción militar sostenida en el tiempo.
Por Guantánamo pasaron 779 detenidos, de los que al menos 12 eran menores de 18 años cuando fueron arrestados. El cierre del penal, en donde 150 presos esperan un juicio que no llega, es “un asunto pendiente” para el presidente reelecto, según afirma la organización Amnistía Internacional. Rob Freer, investigador de Amnistía, señaló que “las detenciones de Guantánamo y la responsabilidad por la violación de los derechos humanos en el contexto de la lucha antiterrorista son dos temas pendientes”.
Obama, Premio Nobel de la Paz 2009, hizo intervenir a Estados Unidos en Libia el año pasado en aras de apoyar a una oposición que pedía terminar con la tiranía de Muammar Khadafi. Poco tiempo después terminó muerto Khadafi rodeado de opositores que celebraban y grababan su imagen en los teléfonos celulares.
Hasta ahora, Obama mantuvo una retórica agresiva con Siria y con Irán, y respecto de este ultimo ha dicho que la opción militar está sobre la mesa para evitar que Teherán obtenga el arma nuclear. El demócrata viene disuadiendo a Israel, histórico aliado en la región, para que no cumpla su amenaza de atacar las plantas de enriquecimiento de uranio iraníes.
El líder demócrata asegura que el fin de la guerra de Irak y la progresiva retirada de Afganistán –estableció un cronograma laxo de salida– producirá un ahorro para la economía de su país y asegura que no necesita aumentar el gasto militar.
Obama no clausuró Guantánamo y reivindicó la muerte de Bin Laden, porque, como dijo en el último debate, los familiares de las víctimas del 911 sintieron algún consuelo con esa muerte. Seguirá siendo el comandante en jefe de las fuerzas armadas por cuatro años más.
(Diario Página 12, miércoles 7 de noviembre de 2012)