ARGENTINA / Operaciones de prensa S.A. (tercera parte) / Escribe: Juan Manuel Fonrouge






La justicia no tardó en actuar. La jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, ordenó varios allanamientos, entre ellos al ex jefe de la SIDE y paladín de la defensa de la represión militar, Juan Bautista "Tata" Yofre, y al Director de Seprin, Héctor Alderete, entre otros (ex) agentes de inteligencia.

No resulta extraño, para los que frecuentan estos portales, que en los allanamientos se hayan incautado armas de fuego, literatura nazi y documentos que darían cuenta de estrechos vínculos entre los acusados.

Pero las pruebas más importantes recabadas en los allanamientos se encontraron en la casa del Director de Seprin: miles de e-mails impresos producto de los actos de espionaje.

¿Quién pagaba las “investigaciones”?

Para que haya un acto de espionaje de este tipo, debe haber un interesado en pagarlo. El ex Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, contactó por entonces al “pingüino” José Francisco “Paco” Larcher, Subsecretario de Inteligencia de la SIDE, para investigar quién estaba detrás de los actos de espionaje, donde Juan Bautista "Tata" Yofre, Héctor Alderete y Edgar Mainhard, entre otros, aparecían como intermediarios, facilitadores de un servicio de espionaje para terceros.


En el informe de “Paco” Larcher consignado al ex Jefe de Gabinete Alberto Fernández, los nombres de los clientes de los (ex) servicios de inteligencia eran más que elocuentes, y todos vinculados al periodismo y a los medios de comunicación: Carlos Pagni y Mariano Obarrio de La Nación, los empresarios de medios Raúl Montea y Daniel Hadad, Darío Gallo, ex editor ejecutivo de la revista Noticias y actual editor de perfil.com, y Jorge Rial, a quien le habrían provisto información de personajes habitués de su programa “Intrusos”.

La información podrida nuestra de cada día

La conclusión que salta a la luz es que periodistas y empresarios de medios están estrechamente vinculados a la obtención de información con métodos ilegales, como escuchas y hackeos de casillas de mails, y que han sido impulsores de la “SIDE paralela”, apoyando abiertamente, y hasta generando, la aparición de portales como Seprin, Urgente 24, BWN y La Política Online.

Estas “agencias periodísticas” de la “SIDE paralela” son fuentes calificadas de información para los grandes medios periodísticos, como demuestra el circuito de la información de los sueldos del programa “6,7,8” o de los artistas León Gieco, Teresa Parodi, Víctor Heredia y Mercedes Sosa. En su rol de operadores de prensa, estas agencias actúan vertiendo trascendidos, información falsa, o nacida del espionaje.

Para Clarín, Perfil y La Nación, no hizo falta ningún chequeo para que se hicieran eco del pescado podrido que lanzó, en primer lugar, Silvia Mercado, quizás jugando el papel de “idiota útil”, pero de ninguna manera, actuando de forma ingenua, y que después masificarían el aparato de agencias y programas de radio y televisión informativos de los (ex) agentes de la SIDE.

El caso de los sueldos de “6,7,8” seguramente no sea el más importante, pero abre el debate sobre la veracidad de la información vertida por los grandes medios, proclives a levantar información de esta agencias de espionaje disfrazadas de portales periodísticos.

FM con Identidad secreta

Desde FM Identidad, donde Silvia Mercado promovió la información de los sueldos contra “6,7,8”, en el programa que conduce Jorge Benegas, y donde es columnista Edgar Mainhard, no accedieron a brindarnos información sobre los propietarios de la radio.

En su programación, además de tener como figuras principales a los devaluados Jorge Jacobson y Pepe Eliaschev, tiene un programa Carlos Kikuchi, ex asesor de Prensa de Domingo Cavallo, quien compartió con Edgar Mainhard un proyecto radial de los hermanos Rodríguez Saa, pero que es recordado por su programa de cable “Brokers”, que conducía junto al travestido (ex) servicio, Guillermo Cherasny.

Pero en la familia Kikuchi, la que se destaca es la madre de Carlos, Malú Kikuchi, quien condujo el programa de cable “La Caja de Pandora” (ahora pueden ver su nueva versión en Internet con el auspicio de Seprin.com y la colaboración de José Benegas), en donde uno los columnistas era el ex Jefe de la SIDE, implicado en la causa de la mafia de los mails, Juan Bautista “Tata” Yofre.

El otro columnista de Kikuchi era Julio Cirino, quien fuera jefe de un grupo de tareas del Batallón de Inteligencia 601 (ver nota de Pablo Llonto) y, según sus palabras, conoció al menos “tres centros clandestinos de detención”.

Según el titular de la Secretaría de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, Cirino fue un “enlace” entre el 601 y la Embajada de Estados Unidos y actuó como agente civil del batallón entre 1977 y 1985. En los ’90, la SIDE lo envió a la embajada argentina en Washington.

En la actualidad se encuentra detenido pronto a declarar en la causa que le sigue la justicia como partícipe en la represión militar. Como se ve, los (ex) servicios de inteligencia son una gran familia.

El canto del Gallo de Perfil

Darío Gallo, actual editor de perfil.com y ex editor ejecutivo de la revista Noticias, viene publicando sucesivas notas en contra de “6,7,8” y en particular contra Orlando Barone, a quien trata de “oficialista gagá”, incluso amenaza desde su Twitter con sacar a la luz “una bomba sobre 6,7,8”. Para tranquilidad de Barone, el periodista de Perfil utiliza el mismo adjetivo para con el filosofo José Pablo Feinmann.

Desde su blog, Redacción Abierta, afirma que Eduardo Duhalde “hizo una buena presidencia en medio del incendio, y hasta Carrió dijo que se retiró como un gran estadista”.

En 2008, en una nota publicada por el periodista Jorge Lanata en el diario Crítica, Gallo desdeñó que haya comprado información sustraída de forma ilegal por la “SIDE paralela”, aunque el informe del Subsecretario de Inteligencia de la SIDE, José Francisco Larcher, parece inapelable.

Lo que sí está comprobado, es que la publicación de la información gratuita, ofrecida por los portales de los (ex) servicios, en Perfil y en la revista Noticias, como el caso de los sueldos de “6,7,8” y el de los artistas populares que cobraron para una actividad del Gobierno argentino, parece no incomodarle, incluso esta última operación, que hizo trascender José Benegas, fue tapa de la revista Noticias.

Carlos Pagni, ¿(ex) servicio?

Es de sospechar que la cámara oculta anónima a Carlos Pagni recibiendo dinero para realizar una operación de prensa, se trate de una venganza para alguien que violó los códigos de este círculo oscuro, a esta altura no tan secreto.

Carlos Pagni no es una persona ajena a los servicios y (ex) servicios de inteligencia. Como vimos, es uno de los sindicados por el informe del Subsecretario de Inteligencia de la SIDE, José Francisco Larcher, como comprador de información sustraída de mails y teléfonos de políticos y funcionarios.

Incluso, en la agencia de los (ex) servicios Seprin.com se afirma que Carlos Pagni habría trabajado para la SIDE “y se dio vuelta”, motivo por el cual, como se dice en la jerga, la Secretaría de Inteligencia lo “percutó”. El que juega con fuego…

Información servida: Hadad, Monetta, Manzano y Vila

Más preocupante es aún el rol de personajes como Raúl Moneta, Daniel Hadad, Daniel Vila y José Luis Manzano, verdaderos monstruos de la comunicación, y promotores en su momento de estas agencias sostenidas por (ex) servicios de inteligencia.

Los cuatro empresarios parecen alejados en la actualidad de emprendimientos menores e “ideologizados”, (al extremo del neofascismo, no es que sus actuales medios no los sean, pero se muestran más mesurados) y se vienen volcando a la compra de medios y al armado de sus propios multimedios.

El grupo Vila-Manzano, coterráneos del mendocino Moneta, son sindicados como socios del ex banquero. La misma relación empresarial unió a Hadad y Moneta.


Sin dudas, con su acrecentado poder de fuego mediático, estos empresarios no necesitan de “agencias periodísticas” como las citadas para hacer sus operaciones. Aunque está comprobado que las mismas nacen como iniciativas de estos empresarios, y que sus actuales medios, como vimos, son proclives a publicar la información de esta procedencia.

Si Moneta fue el creador de Urgente 24 y Seprin, ¿qué hará con el reciente paquete de medios adquiridos que incluye FM Rock & Pop? Sin dudas, un mono con navaja.

Fundaciones y Espionaje

La Fundación Atlas integra la institución “académica” Hacer (Hispanic American Center for Economic Research), financiada por el Departamento de Estado de EEUU. Está integrada, entre otras, por la Fundación PensAR, una especie de dream team vernáculo de otras fundaciones liberales, la cual cuenta con varios integrantes del PRO.

PensAR está presidida por Gerardo Bongiovanni, presidente de la Fundación Libertad, y le siguen toda la plana mayor del PRO: Jorge Triaca, Esteban Bullrich, Federico Pinedo, Eugenio Burzaco, Horacio Rodríguez Larreta y hasta el rabino Sergio Bergman.

Mención aparte para otro integrante de la Fundación PensAR: Julio Alberto Cirino, periodista del programa de Malú Kikuchi y jefe de un grupo de tareas del Batallón de Inteligencia 601 (ver “FM con Identidad secreta”).

El medio pelo contra “6,7,8”

No podemos obviar en esta nota el rol de personajes como Sylvina Walger y Alejandro Rozitchner. La primera, desde el procesista diario La Nación, publicó una nota titulada, “El club de la buena onda kirchnerista”, donde se vuelven a destacar las fuentes ‘calificadas’, como las “cadenas de mail”.

La inefable Walger califica a “6,7,8” como un programa al que “Goebbels se hubiera enorgullecido”, y tilda, este adefesio profesional, a los columnistas del programa de "pseudoperiodistas".

No se puede esperar otra cosa de alguien que considera a Chiche Gelblung como “uno de los pocos periodistas argentinos que conoce su profesión a fondo" y participa del integrismo católico del Opus Dei.

Por su parte, Rozitchner, cuasi-filosofo contratado por el Pro para intelectualizar lo inintelectualizable, expresó en su mediocre blog, en relación al programa “6,7,8”, que no cree “que les paguen los sueldos que se dicen, porque si dispusieran de tanta plata hubieran conseguido un poco más de talento”. Podríamos opinar lo mismo de su relación contractual con el gobierno de “Mauricio y Gabriela” como los llama, pero suponemos, que más allá de los sueldos, ante la falta de intelectuales afines (excluyendo los que están presos por terrorismo de Estado, como el caso de Julio Cirino) el Gobierno porteño actuó por descarte, y sólo encontró en la lista a este mediocre representante del medio pelo vernáculo.

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