El jueves se cumplieron seis meses desde la fecha en que Alejandro Vanoli asumió el cargo de presidente del Banco Central en reemplazo de Juan Carlos Fábrega. Pocas horas antes, ya casi sobre la noche del miércoles 1, le había puesto la firma a la resolución por la cual el BCRA inhabilitó al máximo responsable del Citibank en Argentina, Gabriel Ribisich, para seguir actuando como máximo representante legal de la entidad ante las autoridades. No necesariamente fue esa la medida más trascendente de este último medio año de gestión, pero corona un período en el que la recuperación de las facultades de control sobre el sistema financiero fue una de las claves que explican los buenos resultados. Un informe del BCRA sobre la evolución monetaria y cambiaria, elaborado en las últimas horas, resume dicha trayectoria, que el presidente de la entidad señala como un “período de combate contra el intento de golpe especulativo y de devaluación”, y el reinicio de un “proceso de consolidación del crecimiento”.
Los indicadores monetarios y financieros muestran la estabilidad en el tipo de cambio y las tasas de interés, y la recuperación de los depósitos y préstamos al sector privado. No es poco, teniendo en cuenta los meses de agitación previos, incluida una devaluación prácticamente impuesta por los capitales especulativos en enero de 2014 y varias corridas contra el peso.
“Uno podría caracterizar el cuarto trimeste (de 2014) como el período de combate contra el intento de golpe especulativo y de imponer una brusca devaluación, que se desató en el tercer trimestre después de los fallos del juez Griesa contra Argentina, más los problemas derivados de la recesión en la economía global y, en particular, de Brasil”, señala Vanoli, en referencia al período en que le tocó debutar al frente de la autoridad monetaria.
Varios indicadores (reflejados en el informe aludido) corroboran que pasó la prueba, particularmente en el muy sensible mercado cambiario:
- El rendimiento obtenido por las colocaciones en pesos fue mayor, entre el 30 de septiembre de 2014 y el 31 de marzo de 2015, que el obtenido por las colocaciones en dólares, incluso con rendimiento negativo (pérdidas) para las apuestas por fuera del mercado oficial.
- El tipo de cambio esperado o valor futuro del dólar bajó sensiblemente, si se comparan las expectativas existentes al inicio de octubre de 2014 y las de la última semana de marzo de este año. De acuerdo con las cotizaciones del Mercado de futuro y opciones (Rofex), el dólar esperado para el 30 de abril de este año llegaba, según las previsiones de octubre de 2014, a 9,91 pesos. Pero para el 27 de marzo de este año, las proyecciones para esa misma fecha ubicaban a la divisa estadounidense en 8,99 pesos. Es decir, un descenso del dólar proyectado del 9,3 por ciento. Si se toma el dólar esperado para el 30 de octubre de este año, puede verse que al 10 de octubre de 2014 se proyectaba que llegaría a 11,68 pesos. En cambio, al 27 de marzo pasado, esa expectativa bajó a 10,10 pesos. Esa reducción, del 13,5 por ciento, da una medida de la caída en las expectativas devaluacionistas existentes hace seis meses.
- Como consecuencia de ese cambio de expectativas, y la postura del Banco Central a favor de la estabilidad cambiaria, la autoridad monetaria obtuvo ganancias en el mercado de futuros por 4967 millones de pesos en los últimos seis meses, de los cuales 4011 millones corresponden al período diciembre a marzo: más de 1000 millones por mes.
- Otro reflejo de la estabilidad cambiaria recuperada es la caída en el valor del dólar en el “contado con liqui” del 18,4 por ciento en los últimos seis meses (de 14,70 pesos el 6 de octubre a 11,99 pesos el 27 de marzo último), así como la reducción de la brecha entre dólar ilegal (blue) y el de referencia en el mercado oficial, del 85 por ciento al 1 de octubre de 2014, al 43 por ciento el 31 de marzo pasado.
- En forma paralela, se consolidó el crecimiento de los depósitos a plazo fijo en pesos (aumento del 14,4 por ciento en el primer trimestre de este año) como consecuencia del mantenimiento de tasas más atractivas respecto del incremento del costo de vida. Y se reafirmó el fortalecimiento del crédito al sector privado, con una suba interanual en pesos del 21,1 por ciento, pero principalmente en el destinado al consumo (tarjetas de crédito, 36,6 por ciento), préstamos personales (22,4 por ciento) y por descuento de documentos (22,2 por ciento).
La consolidación financiera lograda en este primer trimestre tiene para el Banco Central un doble valor, no sólo porque significa haber superado instancias de alto riesgo atravesadas en años anteriores, sino porque además, como apunta el propio Vanoli, “es un trimestre difícil porque, estacionalmente, hay pocos ingresos del sector externo; el trimestre que se inicia podríamos definirlo como el de consolidación del crecimiento sin que ello vaya en desmedro de la estabilidad”.
Este último proceso tendría, como principal sustento, la posibilidad de reducir las tasas de interés en pesos para los créditos a partir del espacio de libertad logrado con la baja en el tipo de cambio esperado para el resto del año (dólar futuro). Sin perjudicar a los ahorristas en pesos, que “le seguirán ganando al rendimiento del tipo de cambio”, según la expectativa del titular de la autoridad monetaria, “la baja en las tasas activas permitirá estimular el consumo, la inversión y el crecimiento, en coordinación con las políticas procrecimiento y equidad del Ministerio de Economía”.
(Página 12, domingo 5 de abril de 2015)