La coincidencia entre analistas y encuestadores es que el líder sindical no ganó espacios nuevos ni sumó fuerzas. Hasta dentro del universo de la CGT cabe dudar si no se abrieron nuevos frentes que pueden costarle.
La mayoría de los consultores políticos y titulares de empresas encuestadores coinciden en que Hugo Moyano no salió fortalecido con su irrupción en la arena política de los últimos diez días. Sobre su papel en la disputa por la CGT los consultores no coinciden: algunos creen que mejoraron sus chances y otros sostienen que el camionero era más fuerte antes de la movilización que ahora. Pero en el terreno político, los consultores sí están de acuerdo: Moyano tiene límites de imagen –le desconfía gran parte de la población y en ninguna encuesta llega al 25 por ciento de opiniones positivas–, lo que ocurría antes, cuando estaba en sintonía con la Casa Rosada, y ahora, cuando parece haberse deslizado a la oposición. Ninguno de los especialistas imagina a Moyano como líder de un proyecto político. Algunos lo sitúan en el futuro cerca de Daniel Scioli, pero sería un vínculo inestable y –según pronostican los consultores– no se dará por ahora.
Seis de los más conocidos encuestadores políticos dialogaron con Página/12 sobre el futuro de Moyano después del paro con desabastecimiento de combustibles, la convocatoria de la huelga general y la movilización a Plaza de Mayo.
Cuesta abajo
Para Luis Costa, hoy a cargo de Ipsos-Mora y Araujo, “Moyano está con altas chances de perder mucho espacio de poder en los próximos meses. El lado al que se está moviendo es de baja receptividad para la opinión pública. Ojo que todo esto no parece una decisión pura de Moyano, sino la consecuencia de acción concreta de Cristina Kirchner contra él. La que comienza el conflicto es ella y lo que hace el camionero es tratar de no perder completamente la escena. Scioli, por ejemplo, reacciona distinto: se mantiene paciente, no produce rupturas. La diferencia es que Scioli necesita la opinión pública y los votos, mientras que Moyano se inclinó por apoyos que no van mucho más allá que los propios afiliados a Camioneros. Por eso digo que tiende a perder espacios de poder”.
“Como aliado del kirchnerismo, Moyano tenía una imagen mayoritariamente negativa. Como opositor al Gobierno, la situación es idéntica –analiza Ignacio Ramírez, de Ibarómetro–. Para él no rige lo que vemos con habitualidad: los políticos que se vuelcan a la oposición, crecen en imagen dentro de los votantes o ciudadanos que no están de acuerdo con el Gobierno. Pero la imagen de Moyano tiene rasgos específicos y no capitaliza ninguna mejora.”
Analía Del Franco, de Analogías, afirma que “merecido o no, Moyano nunca pudo perforar el techo del 25 por ciento de opiniones positivas entre los encuestados. Siempre se ubicó en el campo de la confrontación, los paros y bloqueos no caen bien y se lo ve como un dirigente con ambiciones desmedidas. De todas maneras, es posible que sea el opositor más dispuesto a choques fuertes, pero es un terreno que a los partidos opositores no les conviene. Por ello se pagan precios y no parece que esos partidos estén dispuestos a pagarlos de cara al 2015. No creo que sea un aliado deseado por los que están en esa carrera”.
“No es creíble que Moyano piense seriamente en una comparación con Lula como una proyección personal –afirma Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados–. Son historias con diferencias, procedencias diferentes en un país con otro peso de las tradiciones partidarias. Su indiscutida popularidad dentro del gremio e incluso en algunos otros gremios no implica un reconocimiento de la gran mayoría de la sociedad, que lo rechaza. Aunque es justo señalar que gran parte de ese rechazo se funda en actitudes antiobreras y otras discriminatorias. Para colmo, en el acto formalizó una mirada opuesta al kirchnerismo, intentando devaluar un gobierno que hace pocos meses consiguió un apoyo mayoritario. Diría que su eventual aporte al arco opositor o a futuros ex kirchneristas será sólo un poco más que el sindicato camionero.”
Aliado riesgoso
“Moyano es más un riesgo que una oportunidad –diagnostica Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP)–. Su distanciamiento del Gobierno lo dejó en una encerrona. En primer lugar, habrá que ver cómo le va en la elección de la CGT, pero la debilidad del paro y la movilización lo dejaron debilitado. Y en el terreno político se enfrenta al desafío de aglutinar al peronismo disidente. No parece muy atractivo. E insisto con la idea: los dirigentes opositores deben pensar que su pasado gremial y combativo lo hacen más un riesgo que una oportunidad.”
Artemio López, titular de Equis, cree que “más allá de que coyunturalmente puede haber tomado alguna ventaja de cara a la interna en la CGT, situación que tampoco es nítida, estratégicamente no parece posible imaginar su liderazgo. Y menos todavía, fortalecido. Y no veo que le den aire algunas de las alternativas al gobierno nacional, ni dentro ni fuera del peronismo”.
Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), tiene una visión distinta. “Moyano ha hecho lo único que podía hacer. Jugar a todo o nada su batalla final, capitalizar los problemas objetivos del Gobierno ante la crisis, esperando un lugar que después alguien le reconocerá. Muestra sus fuerzas y sus valores. En todo caso, lo que hace es ganar tiempo en la disputa por los espacios del poder que inevitablemente sobrevendrá a la hora de la crisis sucesoria, de cara a 2015.”
Sin respuesta
“Todo indica que la respuesta pública del Gobierno –adelanta Artemio López– más allá de las críticas inmediatas tras el acto será ignorar a Moyano. Buscarán debilitarlo en la CGT, si es que pueden hacerlo. Pero nada más.”
“El paro y la movilización débiles y Moyano corrido a la derecha, no recibirán contestación de Cristina. El Gobierno seguirá su gestión, con las dificultades que surjan. Las diferencias con el Camionero no han hecho más que profundizarse desde octubre de 2010 y el tiempo transcurrido sólo las profundizó.”
Dónde
Moyano tiene un grave problema de ubicación política, creen todos los consultores. Pero Zuleta Puceiro muestra un cuadro opositor en un mal momento como para que el camionero se inserte. “Los partidos y líderes de la posición están virtualmente fuera de juego. Las encuestas de tendencia de voto demuestran que sus apoyos naturales están por debajo de los 10 puntos de intención de voto. En la provincia de Buenos Aires, los porcentajes están incluso por debajo del cinco por ciento. Si bien las proyecciones cambiarán cuando avance el cronograma electoral, el porcentaje de rechazos augura muy pocas posibilidades.” Es probable que Moyano juegue en esa cancha –coinciden los consultores–, pero incluso le tocará jugar casi seguro en el peronismo disidente, que viene de un golpe durísimo en las elecciones.
Sus aliados el miércoles fueron escasos, algunos dirigentes gremiales de su sector –no todos– y sectores chicos ubicados a derecha e izquierda. Todo indica que se concentrará en salvar a su franja de la CGT el 12 de julio, pero incluso en ese objetivo se bajó del palco más débil de lo que subió.
(Diario Página 12, domingo 1 de julio de 2012)