De lo que se trata es de ser serios, de saber aceptar las cosas que están bien hechas y quiénes fueron los que las llevaron a buen puerto. Por eso, cuando analizamos la Asignación Universal por Hijo (AUH), no dejamos de sorprendernos y de alegrarnos. De esto quiero hablar hoy en PROYECTARIO.
Nuestra Presidenta fue quien tomó la decisión por decreto. Para ello tuvo que elegir -una vez más- entre beneficiar a los poderosos o remontar derechos largamente conculcados a los desposeídos. Como era de esperar, por lo menos para quienes somos concientes de todo lo que se ha logrado desde 2003 a la fecha, Cristina se decidió por los que menos tienen.
Y así fue como les siguió dando dignidad a la vez que exigiéndoles el envío de los chicos a la escuela, completar con el calendario de vacunas y otras medidas innovadoras que completan este hecho político. Se eliminaron los intermediarios, que antes estaban a cargo de los planes sociales más diversos y se “tarjeteó” todo el sistema, para ponerlo a prueba de vivillos y otros malandras.
La AUH vino a reparar la deuda histórica que tenía el Estado argentino con quienes, aún pagando impuestos como todos y cada uno de nuestros connacionales por vivir y transitar nuestra Patria, estaban fuera del beneficio. Es que este recaía sólo en aquellos que se hallaban blanquedos en el mundo laboral. En la década del noventa, muchísimos fueron los argentinos expulsados del mundo del trabajo, nunca lo olvidemos. Y fue este movimiento el que generó cinco millones de nuevos puestos laborales, que volvieron a permitir que cientos de miles se asomaran a la idea de la Dignidad, así: con mayúsculas.
Si las convicciones no deben quedar en la puerta de la Casa Rosada, como oportunamente dijo Néstor Kirchner, la AUH es una demostración palmaria que viene a echar más luz sobre el aserto social -de alto vuelo político- de este Gobierno.
Quienes estamos al pie del cañón desde las Organizaciones No Gubernamentales, tratando de aportar nuestro granito de arena en esto de reconstruir el tejido social, celebramos alegremente que esta moderna decisión política se haya tomado. Asimismo esperamos la confirmación de la misma por Ley, para dejarla marcada a fuego en esta nueva etapa de la Argentina.