En el mes de enero de 2012, una de mis hijas, Andrea D. Caviedes Garraza, fue contratada como Pasante, en el Programa Capital Humano, del Ministerio de Hacienda y Obras Públicas del Gobierno de la Provincia de San Luis. La Pasantía fue otorgada a través de SAPEM, por convenio con la Universidad Católica de Cuyo, institución en la que mi hija cursa la carrera de Administración de Empresas.
En estos cinco meses, Andrea ha sido destacada por su dedicación, esmero, puntualidad y compañerismo. Por eso, cual fue su sorpresa, la de toda la familia, de sus compañeros de trabajo y amigos, cuando el día 23 de mayo, la Jefa de Subprograma le manifestó que la Jefa del Programa Capital Humano, la Sra. Alejandra Iscaro decidía que cesaba la Pasantía porque
Andrea “…ESTA AFILIADA A LA CAMPORA…” (Textual).
Esta disposición lleva a recordar a situaciones de nuestra historia, en las que PENSAR DIFERENTE era motivo suficiente no sólo para perder el trabajo, sino para ser secuestrado, exiliado, detenido, desaparecido o asesinado. Este tipo de hechos forman parte de la historia familiar de Andrea.
Es probable que la Sra. Iscaro ignore que la familia paterna de Andrea partió al exilio desde su Chile natal, en el año 1973, por PENSAR DIFERENTE. También es probable que la Sra. Iscaro ignore que toda la familia materna de Andrea fue secuestrada, torturada y encarcelada durante
siete años, entre 1976 y 1983, en nuestro país, por PENSAR DIFERENTE. Es probable que la Sra. Iscaro ignore estas historias; si es así, ignora buena parte de la historia reciente, académica y política de nuestra provincia. Lo que NO es probable es que la Sra. Iscaro ignore que ese tipo
de prácticas se realizan en el marco del Terrorismo de Estado de los gobiernos autoritarios y represivos. En estos casos, durante las Dictaduras de Pinochet y sus aliados en Chile, y de Videla y sus aliados en Argentina. Es decir, lo que una funcionaria de un gobierno constitucional no debería ignorar es que en DEMOCRACIA lo legítimo y saludable es PENSAR DIFERENTE.
Esta decisión de la Sra. Iscaro resulta contradictoria ya que el equipo de trabajo que integra Andrea ha sido distinguido por su labor en el Ministerio de pertenencia.
Por último, lo que es seguro que la Sra. Iscaro ignora (porque le informaron mal) es que Andrea NO pertenece a La Cámpora, ni a ningún otro grupo político; no porque no sea legítimo que los jóvenes participen o militen en ésta u otra agrupación, sino porque Andrea decide por si misma,
si lo hace o no. Los padres de Andrea, mi esposo y yo, hemos formado y formamos a nuestras hijas en valores que consideramos esenciales: protección al desvalido, solidaridad y afecto, apego a la justicia, pasión por el estudio, empeño en el trabajo, cultivo al pensamiento autónomo y
crítico, respeto por la opinión de los otros. Valores que son, y esto la Sra. Iscaro no debería ignorar, los pilares fundamentales de una sociedad democráticamente constituida.
(Ana María Garraza, D.N.I.: 13290278, San Luis, 30 de mayo de 2012)