Me parece que la recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F.) marca el comienzo de una nueva etapa en la extendida gestión que a cargo de Néstor primero y luego de Cristina, volvió a pensar en un Estado fuerte como contrapeso necesario a las corporaciones. Creo que marca a fuego la consolidación del Tercer Movimiento Histórico, que es el Kirchnerismo.
Esto no sólo lo afirmo a partir de una reinterpretación de la marca de la gran petrolera argentina, que se dio a conocer hace pocos días. Utilizo esta creación anónima popular como un semáforo al que deseo prestarle atención.
Porque el orden de las letras YPF sigue, asombrosamente, el orden de la cronología histórica de los tres presidentes quizás más populares y certeros, cuyos desempeños marcaron momentos clave de nuestro devenir nacional.
Mucho puede decirse del radicalismo y del peronismo, por lo que cualquier brevedad a la hora de abocarse a los dos grandes movimientos de la historia argentina, es como mínimo un insulto a la inteligencia. Sin embargo, dicho de manera muy sucinta, casi maniquea, Hipólito Yrigoyen fue quien propició el ingreso de las capas medias a la vida política activa; y Juan Perón el que asumió el gobierno en nombre de obreros, trabajadores y desposeídos.
La democracia moderna, profundamente liberal -eso si- pero moderna, reconoce en estos dos antecedentes sus más férreos forjadores. Es que en definitiva fueron quienes tendieron la mesa para que el pueblo, poco a poco, pudiera irse apropiando de un sistema que pretende la mejora del nivel de vida.
El 54,11 % arrollador que reeligió a Cristina en 2011, consolida el comienzo del último período de cuatro sobre doce años que ya están en la historia como el Kirchnerismo, al que quizás podríamos definir como peronismo y más, mucho más.
La última palabra, siempre, la tiene la Historia. Esta se encarga de poner en su lugar los sueños estacionados junto a las realidades que llegaron a desarrollarse. Los nueve años de gobiernos que volvieron a poner lo Nacional, Popular y Democrático en la agenda de los cuarenta millones de argentinos, son un desafío para vislumbrar este nuevo fenómeno político y social.
Nos toca ser protagonistas y tenemos la palabra, que la Presidenta impulsa utilicemos para defender los logros alcanzados y para ir por más. Son dos los términos que sintetizan este nuevo tiempo: nunca menos.