El último 12 de abril se inauguró en Buenos Aires el Seminario anual del Foro San Martín para la Reunificación de nuestra América. El invitado de honor de esta primera sesión fue el profesor Miguel Ángel Barrios* y esta fue su disertación.
El siglo XXI se inició con novedades geopolíticas de una magnitud de cambio epocal. Antes de entrar en nuestro tema , es necesario repasar algunas de estas novedades , aunque sea de manera esquemática y sucinta:
-El epicentro geoeconómico del sistema mundo será el océano Pacifico e Indico, lo que trae aparejado el rol de segundo orden del océano Atlántico, eje predominante desde el siglo XV hasta gran parte del XX.
-Nos hallamos en una fase de transición apolar, a partir del fracaso del intento de imponer un sistema unipolar por el proyecto neoconservador de Estados Unidos y la emergencia de un sistema multipolar.
-La emergencia de los Estados Continentales Industriales como únicos sujetos reguladores del sistema-mundo implica el colapso definitivo del Estado Nación industrial clásico. Estados Unidos, Rusia, China e India son demostraciones elocuentes. La Unión Europea resulta un interrogante y América del sur, una posibilidad.
-La relación entre EE.UU. y China es un elemento esencial del orden internacional y las perspectivas de paz y orden global bien podrían depender de ella.”Ambas son menos naciones en el sentido europeo que expresiones continentales de una identidad cultural .Tal afirmación es la máxima forma de realismo”, afirmó Henry Kissinger, uno de los estrategas norteamericanos más influyentes del siglo XX.
-La crisis del capitalismo financiero mundial que parte del centro financiero mundial que parte del centro del poder político global en el fondo, refleja la necesidad de reformular un nuevo orden económico mundial ante las dificultades del dólar y el fracaso de la “autorregulación” de los mercados.
-El actual funcionamiento del sistema capitalista presenta cuatro problemáticas simultáneas: la social-mediante la destrucción de puestos de trabajo-, la alimentaria , la financiera y la energética de los recursos naturales.
-La explosión demográfica posee una tendencia histórica creciente; de mil millones de habitantes en la segunda mitad del siglo XIX , dos mil millones de habitantes en la década de 1930 , tres mil millones de habitantes en 1959, cuatro mil millones de habitantes en 1974, cinco mil millones de habitantes en 1987, seis mil millones de habitantes en 1988 y siete mil millones de habitantes en 2011. Sus características particulares son , para Europa, el envejecimiento de su población y el consecuente impacto en los sistemas sociales, mientras en América Latina y Asia existen altas dotaciones juveniles. En cuánto a África, su tasa de mortalidad es dramáticamente alta.
-Se asiste a la urgente necesidad de democratizar el régimen internacional nacido del “orden” mundial bipolar, diáspora de la segunda guerra mundial.
-Se produce la desoccidentalización de la política mundial ante la emergencia de los Estados Continentales industriales unicados en círculos culturales, que busca generar un mecanismo de equilibrio de poderes de variante multipolar.
-El sistema mundo no puede funcionar sin un contenido humano. El realismo puro de la Real politikit engendrará una geopolítica del caos. Las asimetrías sociales constituyen un verdadero escándalo mundial. El Derecho Internacional Humanitario corre el riesgo de transformarse en irrisorio ante los episodios en Libia, entre otros.
-El movimiento de los “indignados” iniciado en Madrid y que ha llegado a Nueva York, como reacción social ante la prepotencia del sistema financiero, expresa una crisis estructural con epicentro en Estados Unidos y Europa.
-Son internas y externas las causas que han provocado modificaciones geopolíticas en el mundo árabe -África y Medio Orienta-, pero en el fondo subyace, la lógica de la guerra por los recursos.
Estas “novedades geopolíticas”, desplazan a la idea subyacente, de que estamos viviendo un campo de incertezas.
Al contrario de lo que se afirma simplificadamente en cuanto a la irrelevancia estratégica de América del sur, Nuestra América surge con potencialidades energéticas, acuíferas, en recursos naturales, alimentarias y en biodiversidad. La Unasur posee renta geopolítica y renta geoestratégica.
Es fundamental recuperar una Geopolítica de la Patria Grande, que nos sirva de vehiculo estratégico de la Gran Política. La Estrategia es una Praxis deliberada para consumar un objetivo, y tendrá éxito, si esta subordinada a una Política conducente al Estado continental, que hoy pasa por el Mercosur, Unasur y Celac.
Quería plantear en esta conversación de hoy, en la cuál agradezco enormemente la invitación del compañero Alejandro Pandra y Humberto Podetti, dos ejes que tienen que ver, con este planteo inicial y que no puede pasar desapercibido.
Primero, la nueva política de defensa de los EEUU y la Unasur y segundo, a dos días de ella, la Cumbre de las Américas, que en mi opinión se da, por primera vez en nuestra historia en la Hora del Libertador Simón Bolívar.
La nueva política de defensa de los EEUU y la UNASUR
Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2.001, los Estados Unidos reemplazaron a la Estrategia de Contención que devenía de la época de la bipolaridad, en relación al adversario comunista, por la Estrategia de la Guerra Preventiva, que consistía en anticipar, unilateralmente, cualquier posible ataque a la Seguridad de los Estados Unidos, sin delimitar espacios geográficos, pero tampoco, sin especificar la naturaleza del enemigo y hasta donde llegaban los alcances del ambiguo concepto de “terrorismo”.
Esto condujo al mundo a una situación de mayor inseguridad, porque el mayor poder global de la historia, y último, en la conceptualización de Brzezinski, tomaba como núcleo de su Estrategia Nacional, no a un enemigo, sino a una táctica de la violencia, ya que el terrorismo, en el fondo, más allá de sus matices y formas, es una táctica de la violencia con fines políticos.
El escenario geopolítico, se traducía en el enfrentamiento entre los EEUU y el llamado “mega terrorismo global” , en una dimensión ideológico-estratégica, pero en el plano militar, la invasión de los EEUU a Afganistán y a Irak, se transformó en un pantano para la mayor potencia militar de la historia y se pasaba de la llamada Revolución de los Asuntos Militares o Guerras de Cuarta Generación - en esencia la aplicación de la informática a la interoperabilidad bélica - de la primera guerra del golfo de 1991, a las Guerras Asimétricas y de Contrainsurgencia en Afganistán -2001- y en la segunda guerra del golfo-2003.
A tal punto que Estados Unidos, a través del General de cinco estrellas, David Petraus, retoma la estrategia de la lucha contrainsurgente, y es el autor del nuevo Manual de Contrainsurgencia (2006) -EEUU no editaba un manual de contrainsurgencia desde Vietnam-. A pesar del prestigio en los EEUU, que tomó la conducción del General Petraus de las fuerzas norteamericanas en el Golfo y luego en Afganistán, y de la reorientación estratégica luego de la aparente “victoria” arrolladora del principio, nos cuesta afirmar que los EEUU se hallen en un estadio de posguerra, por el contrario, la llamada “posguerra” es un canal sin salida o un laberinto sin salida.
El 5 de enero de 2012, el Presidente Barack Obama y el Secretario de Defensa, León Panetta, presentan en el Pentágono, el Documento denominado “Manteniendo el liderazgo estadounidense”.
El prestigioso geopolítico norteamericano Michael Klare, sostiene que este Documento “aunque prevé un Ejército y un Cuerpo de Infantería de Marina más pequeño, propone poner mayor énfasis en las capacidades navales y aéreas, especialmente aquellas orientadas a la protección y al control de las redes energéticas y comerciales. Si bien el Documento reafirmaba tibiamente los vínculos de EEUU con Europa y Oriente Medio, daba mayor importancia a reforzar el poder estadounidense en el arco que se extiende desde el oeste del Pacifico y el este de Asia hasta el Océano Indico y el sur de Asia” (Michael Klare, Recursos Naturales, Revista de Cultura Ñ. Bs.As. 24 de marzo de 2012, pag.34).
En una rápida apreciación, este cambio de enfoque o reacomodamiento estratégico, pasa por una respuesta ágil a un contexto geopolítico en transformación.
Sin embargo, yendo más al fondo, el cambio de enfoque consiste, y siguiendo la opinión de Klare, en la intención de los Estados Unidos, de perpetuar su supremacía mundial manteniendo su superioridad en los conflictos decisivos y en las zonas claves del planeta, es decir, en la periferia marítima de Asia, segur un arco que se extiende desde el golfo Pérsico hasta el océano Indico, pasando por el Mar de la China y el noroeste del Pacífico. Para eso, el Pentágono va a dedicarse a conservar su superioridad, tanto en el aire y en el mar como en el dominio de la ciberguerra y de la tecnología espacial.
La presencia en Asia-Pacifico se proyectará y potenciará y con ello, su poder de disuasión. Está claro que el componente naval será favorecido -en particular los portaviones y flotillas- y sobre todo los aviones y misiles de última generación. En verdad, mientras que la fuerza total del Ejército estadounidense pasará en diez años, de 570 mil a 490 mil efectivos, Obama rechazó la idea de reducir la flota.
China, Irán y Corea del Norte, aparecen como adversarios potenciales en la nueva Política de Defensa y EEUU no “descarta que adversarios como China utilicen medios simétricos -submarinos, misiles antibuques, ciberguerras- dice el Documento- para vencer o inmovilizar a las tropas estadounidenses” (Michael Klare. Idem).
Tokatlián afirma, que a partir del 11 de septiembre hubo tres fases de la Política de Defensa de los EEUU
1. La Guerra Contraterrorista (Bush, h.)
2. La Guerra Contrainsurgente (final de Bush, h., y comienzo de Obama)
3. La readaptación de la Guerra Contraterrorista, pero con aplicaciones operativas novedosas.
Existen dos elementos operativos que surgen con Obama en la tercera fase:
a) La actuación de las Fuerzas de Operaciones Especiales (Special Operation Forces, SOF) creadas en 1987 y encargadas de asesinatos selectivos, secuestros extraterritoriales y ataques por sorpresa.
b) El uso de drones en Asia-Irak, Afganistán y Pakistán-. Los drones son vehículos aéreos no tripulados, de alta precisión.
“De la mencionada secuencia -contraterrorismo (Bush), contrainsurgencia (Bush-Obama) y contraterrorismo II (Obama), solo puede derivarse la idea de guerras perpetuas, por una parte, y el resentimiento de los afectados y la implementación de métodos aleves de todos los bandos en el contexto de conflictos asimétricos persistentes, por otra parte” (Juan Gabriel Tokatlián. Un Premio Nobel de la Paz guerrero. Revista de Cultura de Clarin Ñ. Bs As. Pág. 22. 24 de Marzo de 2012)
Luis Alberto Moniz Bandeira abona fecundamente esta línea argumentativa. “A mediados de 2010 los periodistas Karen De Young y Gerg Jaffe, del Washington Post, revelaron que la Special Operations Forces (SOF) de los Estados Unidos estaban operando en 75 países, 60 más que al final de la administración de George W Bush y el Coronel Tim Nye, portavoz del US Special Operations Command, declaró que el número llegaría a 120. Estas cifras indicarían que el Presidente Barack Obama intensificó los shadow wars en cerca del 60 por ciento de las naciones del mundo y expandió globalmente la guerra contra Al Qaeda, más allá de Afganistán y de Irak, mediante actividades clandestinas de los SOF, en Yemen y en toda parte del Medio Oriente, África. E incluso solicitó un aumento del 5,7 por ciento en el presupuesto de las SOF para 2011, elevándolo a $ 6,3 mil millones, más un fondo de contingencia adicional de $ 3,5 mil millones en 2010. Sus contingentes en 2010 eran de 13.000 efectivos, operando en diversos países y eventualmente 9.000, divididos entre Irak y Pakistán”.
Sigue Moniz Bandeira: “Con este way of war, los Estados Unidos pasaron a emplear high-tech killing machines como los drones (UAV), aviones no tripulados y manejados a distancia por la CIA, que disparan misiles tierra-aire del tipo AGM-14 Hellfire o equipos del Joint Special Operations Command (JSOC) como el Navy SEALS/•3, para asesinar sumariamente y/o capturar (kill/capture) jefes de Al Qaeda y Talibanes en Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalia y en toda la Península Árabe.
El número de civiles muertos por drones desde 2004 se situó, solamente en Pakistán, entre 2.347 y 2.956, de los cuales 175 eran niños más que militares. Cerca de por lo menos 253 ataques fueron ordenados por el Presidente Barack Obama. Y a comienzos de 2012, los Estados Unidos disponían de más de 7.000 sistemas aéreos no tripulados (Unmanned Vehicle Systems), es decir, los llamados drones, más de 12.000 en tierra hasta centenas de operaciones de ataques cubiertas y encubiertas en por lo menos 6 países”. (Luis Alberto Moniz Bandeira. Israel versus Irán ¡Apocalipse now!, La Onda Digital. Montevideo, marzo 2012).
De lo expuesto, nos surge el interrogante de cómo se manifestará en Amerita Latina y en particular en América del Sur, la nueva política de Defensa de los Estados Unidos que, como pudimos observar en forma nítida, mantiene dos constantes estratégicas: la concepción de la guerra perpetua como variable principal y como variable directamente vinculada a ésta, la guerra por los recursos.
Más aún, que a partir del 27 de enero de 2012 se ha designado un nuevo Comandante del Comando Sur, el General John Kelly, quién tuvo su mayor desempeño y experiencia en Irak.
Únicamente revitalizando una Geopolítica de la Reintegración en el camino de consolidar UNASUR vía el Consejo Suramericano de Defensa, podemos encontrar las estrategias adecuadas, para que no se nos precipite en un escenario futuro, sorpresas desagradables.
La Cumbre de las Américas en la hora de Bolívar
Entramos en la cuenta regresiva de la VI Cumbre que tendrá lugar en Cartagena de Indias, entre el 9 y el 15 de abril de 2012-”La Cumbre de las Américas es la reunión de más alto nivel en el hemisferio occidental. Es la única donde todos los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas elegidos democráticamente debaten en torno a los asuntos comunes de política, afirman sus valores compartidos y se comprometen a tomar acciones concertadas a nivel local y regional”. Así, lo dice textualmente en su Sitio Oficial en Internet www.vicumbredelasamericas.com, la convocatoria y difusión diplomática y al mismo tiempo la explicación de su relevancia, en pos de la creación de una agenda común hacia el futuro americano.
Como estamos en la víspera, de la misma, nos parece sumamente importante, situar la VI Cumbre de las Américas en la actual constelación de poderes de la política mundial y regional, y en la nueva lógica geopolítica de América Latina y el Caribe y América del Sur.
Nos guiaremos conceptualmente bajo las premisas que tanto nos enseñó Alberto Methól Ferré, de que no existe la actualidad por sí misma, que toda Historia implica contemporaneidad y que por lo tanto, todo acontecer de debe instalarlo ineludiblemente bajo la interpelación retroalimentativa del Pasado-Presente-Futuro y Futuro-Presente -Pasado, ya que la Historia significa movimiento perpetuo; y en verdad, es la lucha del Hombre contra el Hombre por la conquista de su dignidad, que nos remonta a un sin fin de injusticias, en su búsqueda de lograr ser Sujetos, y sólo se logra ser Sujeto adquiriendo capacidades de autonomía, cuando un Pueblo en Comunidad se articula en una Nación, que le brinde una horizonte con voluntad política de construir un Estado con capacidades.
Y esta VI Cumbre de las Américas, se sitúa en el marco de nuestros Bicentenarios, pero que en nuestro horizonte, en base al párrafo anterior, significa lograr la Segunda Independencia de Nuestra América -en el mismo camino señalado por el último Libertador, José Martí-.Y Nuestra América, excluye precisamente a los Estados Unidos de Norteamérica, porque justamente, para Martí, la Segunda Independencia, en su esencia de fondo, pasaba por liberarnos del imperialismo norteamericano. Esto es nodal, para Martí y para la Generación latinoamericana del 900 con Manuel Ugarte, Rodó, Oliveira Lima, García Calderón, Blanco Fombona, etc. La Segunda Independencia era y es reponer a Bolívar para lograr de una vez por todas la Patria Grande -en Ungarte es más que claro, esta idea-.
Es útil y preciso, en la contemporaneidad de la Historia, por lo tanto, ubicar de entrada y sin rodeos, la atmósfera epocal, tarea de todo pensamiento político, si entendemos, que significa un sistema de ideas que pretende dar respuesta a las “tensiones” de la época.
Un pensamiento político que debe ser universal, desde nosotros. Solamente sé es universal partiendo de las raíces. El camino inverso es un cosmopolitismo abstracto y sumiso a toda colonización cultural.
No podemos ignorar siguiendo esta línea de análisis, que estamos en el cambio de pasaje de un “orden” unimultipolar de la posguerra fría a un “orden” multipolar del siglo XXI, donde los Estados continentales industriales serán los únicos actores políticos con capacidad de soberanía o autonomía y la crisis irreversibles de los Estados nación clásico industrial medianos y en caída libre y ni que hablar los Estados agromineros exportadores hijos de la fragmentación de Nuestra América o de los Estados monoétnicos, incapaces de nada, de los Balcanes. Y en este contexto, tenemos la enorme posibilidad, como no lo teníamos desde la época de la primera independencia, de materializar la segunda independencia, es decir la Patria Grande vía Mercosur-Comunidad Andina, Unasur y Celac. Todos, hijos de un mismo itinerario.
Un pensamiento político enraizado en nuestros pueblos solo se logrará bajo la búsqueda del paradigma de la Patria Grande, y nos permitirá materializar el Estado Continental Industrial, juntos a los que ya han accedido a este “umbral”: los Estados Unidos, China, Rusia, India y Europa, está por verse -primero hay que discernir que es la Unión Europea, la Eurozona y la Otan-, dejemos a los europeos que lo hagan y si están a la altura de la Historia.
Desde el inicio de nuestra primera independencia con los Libertadores José de San Martín y Simón Bolívar se inicia la tensión incesante, entre Bolivarismo y Monroísmo. Y justamente “Bolivarismo y Monroismo” es un libro clásico del año 1934, de uno de los más grandes Filósofos de Nuestra América, el mexicano José Vasconcelos, que ilustra, razona, analiza y proyecta, esta tensión incesante y oscilante, que dominará la historia de América Latina.
En el año 1826, Simón Bolívar convoca al Congreso de Panamá. Se trataba, luego de la etapa combatiente del unionismo hispanoamericano, de dar un salto hacia adelante hacia la “Nación de Repúblicas”, en cuanto se proponía la deliberada tarea de unir la preexistente unidad en la que siempre había vivido el orbe hispanoamericano-incluso España y Portugal estuvieron unificadas bajo el mismo Reino de los Felipes entre 1580-1640- y que luego se iría fragmentando en el curso de los acontecimientos posteriores. Antes de Bolívar, encontramos al Precursor Francisco de Miranda y antes de Miranda, al Precursor del Pensamiento Nacional Latinoamericano posterior, el jesuita Juan Pablo Viscardo y Guzmán, natural de Arequipa y autor en 1792, de la famosa “Carta a los españoles americanos”.
El unionismo hispanoamericano de San Martín y Bolívar actúa en forma unida en la emancipación y simultáneamente, irá creando una base recíproca. Incluso, fue invitado el Imperio del Brasil al Congreso -hecho poco conocido y que en la contemporaneidad de la Historia, hoy cobra enorme relevancia-. La muerte de Bolívar en 1830 marca simbólicamente el comienzo de la fragmentación hispanoamericana, por lo que los Congresos Hispanoamericanos de 1847(Lima), 1856(Santiago de Chile) y de 1864(Santiago de Chile) son intentos importantes, pero menores en comparación con los planteos anteriores de rescatar el programa bolivariano.
Pero, al mismo tiempo, al unionismo hispanoamericano, Estados Unidos impulsó desde 1823 la mal llamada “Doctrina Monroe” o “monroísmo” que en verdad, constituye una Declaración Unilateral del Presidente James Monroe en un Discurso al Congreso de su país, el 2 de diciembre de 1823, y tiene como epicentro posterior la reunión del Primer Congreso Panamericano de 1889 en Washington, que tiene James Blaine, como uno de sus difusores más importantes.
Esta declaración unilateral, convertida en doctrina expansionista de la política exterior norteamericana, es de base hegemónica -de ahí su radical diferencia con el Bolivarismo solidario de la “Nación de Repúblicas”- y pretende entender unilateralmente a las “Américas” como la dominación de los Estados Unidos, y por lo tanto norteamericanización y transformar a América como sinónimo de norteamericano, y en verdad es la base de una Geopolítica, o mejor decir, de una Teología Política, de arrogarse que Nuestra América constituye su “patio trasero”. Desde esta óptica, es que justamente, José Vasconcelos identifica a la historia de América Latina, como la tensión entre Bolivarismo y Monroísmo.
Y, nada más adecuado en estos tiempos, señalar que la primera violación de los Estados Unidos de su “Doctrina Monroe”, o del “Mito Monroe”, célebre obra escrita por el historiador mejicano Carlos Pereyra, fue el ataque en 1831 a las islas Malvinas, como antesala a la usurpación de la piratería británica de 1833.Nada más concreto y real, que la política de la doble moral, y luego esa violación se materializaría en toda Nuestra América una y mil veces. Y como una “desquite” de la Historia, justamente quedo enterrada para siempre en el Atlántico Sur, en 1982 durante la Gesta de Malvinas, en el mismo ámbito donde nació hipócritamente.
Por lo tanto, las Cumbres Hemisféricas, son hijas del “monroísmo” y del “panamericanismo”.Y en esta dinámica geopolítica y más aún, como resultado de ella, nacen la Junta Interamericana de Defensa-1942-, el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca-TIAR-1947 y la Organización de Estados Americanos -OEA- 1948. Las tres, son hijas dilectas del panamericanismo, hoy en crisis irreversible. Parecía que San Martín y Bolívar, habían quedado sepultados para siempre en Ayacucho.
Pero decíamos al principio, que la Historia es movimiento perpetuo, y en ese movimiento, los centros pueden volverse periferias y las periferias, centros. Y que esa dinámica, esta motivada por la búsqueda incesante de ser Sujetos de la Historia.
El fin de la bipolaridad, la transición de un “orden” unimultipolar a uno multipolar, y el dato central y estratégico, que no había llegado el Fin de la Historia, ni que había regresado la Historia, sino que la Historia nunca se había ido, por lo tanto, no había terminado, pone nuevamente en movimiento a Nuestra América.
San Martín, Bolívar, Artigas, O’Higgins, Rodríguez de Francia en el ciclo unificador, con Manuel Ugarte, con el Barón de Río Branco a principios de siglo XX, con Perón, Vargas e Ibáñez del Campo en la mitad del siglo XX y más recientemente Lula, Kirchner, Chávez, Morales, Mujica, Lugo, Correa y todos los Presidentes Latinoamericanos, reactualizan un Nuevo Ayacucho.
Y el Latinoamericanismo, tímidamente con el Mercosur, con nuevos aires de la Comunidad Andina, dan nacimiento a la Unión de Naciones Suramericanas -UNASUR- y coronan el proceso con la gestación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos -CELAC- a fines del 2011. Todos ellos, son hijos dilectos del Congreso bolivariano del Panamá de 1826.
Y nuevamente, la tensión Monroísmo y Bolivarismo toma cuerpo sanguíneo, pero en otro contexto geopolítico. En la Hora de la Segunda Independencia de Nuestra América.
El ALCA quedó sepultado en el 2005 en la Cumbre Hemisférica de Mar del Pata, y en el 2009 en la última Cumbre realizada en Trinidad y Tobago, un flamante presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, prometía “un nuevo diálogo” y “una agenda de igual a igual”, a diferencia de su antecesor, Bush -h-.
Nada ocurrió. Por el contrario, se produjo un golpe de estado en Honduras, se potencializó el Comando Sur y la IV Flota en la lógica de la Guerra por los Recursos en el esquema global de una política inclusive más militarista que la del propio Bush -h- en Medio Oriente y ratificada en enero de 2012 con una política de Defensa bajo el titulo “, Manteniendo el liderazgo global de los EEUU”, se ha intentado permanente generar fisuras tratando de firmar TLC con países de la región para “sepultar” el Nuevo Ayacucho.
Sin embargo, la Historia continúa, prosigue su marcha “A paso de Vencedores” el grito de batalla del General Córdoba en Ayacucho, y hoy en la agenda de la VI Cumbre Hemisférica figura Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, ya no como un reclamo argentino, sino como la bandera suramericana de la Segunda Independencia, en un territorio colonial que hay que decirlo es una Base militar de la OTAN y territorio de ultramar de la Unión Europea, estipulado por el Tratado de Lisboa. Y el segundo tema, es la latinoamericanización de la agenda cubana, ya agenda del CELAC. La Patria Grande está en marcha y el Bolivarismo, al ser el pensamiento político del futuro va desplazando por primera vez, al anacronismo del monroísmo.
“Todos nuestros antecedentes nos inclinan a preferir el esfuerzo de la cultura sobre el esfuerzo simplemente civilizador. El siglo de imitación de lo nórdico, siglo de una angustia por la conquista de una civilización refleja, está liquidándose. Al prejuicio de la inferioridad de mestizos y de indios, médula innegable de nuestra población, sucede hoy, ante el fracaso del Norte, la convicción de que el secreto de las culturas está en el aprovechamiento adecuado de cada temperamento en su afición y en su aptitud. Así, un futuro Estado ilustrado pondría al indio a dibujar y al rubio a producir por sistema, mientras la industria se reforma a sí misma. Ninguno en sumisión y cada uno en su misión. Y la sociedad habrá hecho algo más que perpetuarse; se habrá realizado en su más alto fin. En tanto que el hombre se dedicará a superarla.”
“Las ventajas de nuestras tierras desiertas y feraces nos obligan. La humanidad entera espera de nosotros no una simple civilización más grande, sino una cultura más comprensiva, libre y justiciera. Se traicionará la esperanza del mundo si alguien estorba nuestro crecimiento inadulterado. Un compromiso de honor nos impone la invención, consolidación, de una auténtica y autóctona cultura”. José Vasconcelos. Bolivarismo y Monroismo. Temas Iberoamericanos.Ed.Trillas.Méjico.2011.pág.50.
* Miguel Ángel Barrios es Magister en Sociología, Doctor en Educación y Doctor en Ciencia Política. Es Profesor del Instituto de Servicio Exterior de la Nación. Ha escrito El Latinoamericanismo en el Pensamiento Político de Manuel Ugarte, 2007; Perón y el Peronismo en el Sistema Mundo del Siglo XXI, 2008, Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, 2009; Coautor de La Revolución de Mayo y el Bicentenario Americano, 2010; El Latinoamericanismo Educativo en la Perspectiva de la Integración Regional, 2011; El Significado Geopolítico de Venezuela en el Mercosur, 2011; El Consejo Suramericano de Defensa. Desafíos Geopolíticos y Perspectivas Continentales, 2011 y Coautor de Integración Latinoamericana y Caribeña, 2012 (Fondo de Cultura Económica, Madrid). En 2012 ha dado clases y conferencias en la Maestría en Conducción y Planeamiento Estratégico del Instituto de Altos Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa Nacional del Paraguay, en el Instituto de la Defensa Nacional, la Academia Militar, la Academia Naval, la Escuela de Guerra Conjunta, el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual y en la Base Naval de Puerto Cabello de Venezuela y en el Centro de Estudios y Pensamiento Estratégico de la Escuela Politécnica del Ejército de Ecuador. Próximamente disertará en el Instituto Superior de Relaciones Exteriores de Cuba y en la Universidad de La Habana.