También agradeció el apoyo opositor a la recuperación de YPF.La presidenta envió ayer un mensaje a la juventud que poblaba las populares, las plateas, el campo y los alrededores de la cancha de Vélez. Les encargó una tarea, un rol protagónico, para el presente y el futuro inmediato. “Los verdaderos custodios de este legado histórico no somos los que estamos en este escenario. Muchos de nosotros ya estamos viejos. Los verdaderos custodios son todos ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás en todo esto que hemos logrado”, aseguró Cristina en el párrafo más fuerte del discurso. Lo significativo de ese llamado a los jóvenes fue que lo hizo desde un escenario con presencias importantes y mucho poder institucional. Sobre el palco del estadio había gobernadores, legisladores nacionales e intendentes. La jefa de Estado, sin embargo, eligió a la juventud para lanzar su compromiso entre generaciones. Actualizada a estos tiempos, su frase tuvo el mismo espíritu de aquel testimonio de Perón, cuando dejó sentado que su “único heredero era el pueblo”.
El mandato de Cristina a los jóvenes del espacio nacional y popular fue acompañado de consejos y guías para la acción. Aparte de pedirles que se conviertan en guardianes de las reformas producidas por el kirchnerismo en los últimos años, la mandataria demandó mayores niveles de unidad y organización. “Son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la historia, su propia historia. Y para hacerlo, deben hacerlo bajo el lema en que fue convocado este acto: ‘Unidos y organizados para profundizar la transformación’”, subrayó desde el atril del escenario. Luego apeló a la historia para recordar cómo el establishment logró dividir al pueblo argentino por cuestiones secundarias, llevándolo “a la derrota”. “Sobre esas diferencias y esos falsos enfrentamientos lucraron unos pocos”, advirtió. Los consejos de la presidenta no eran casuales: las organizaciones juveniles del kirchnerismo están iniciando un proceso de convergencia definitiva.
El discurso comenzó una hora antes de lo esperado. A las 17:33, tras el Himno y la presentación de la locutora oficial, Cristina recordó cómo se había gestado la movilización a Vélez. Dijo que había sido una idea del Movimiento Evita y La Cámpora, para conmemorar el triunfo de Héctor Cámpora del 11 de marzo de 1973. La mandataria contó que fue ella quien propuso cambiar la fecha para el 27 de abril, o sea ayer, porque el 27 de abril de 2003 “comenzamos nosotros mismos a construir a partir de nuestras convicciones históricas, de nuestros principios políticos”. Se refería a la elección en la que Néstor Kirchner obtuvo el famoso 22% de los votos. “Esta es una historia que estamos escribiendo y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera, o desde intereses contrarios a la patria”, prometió. Enseguida se desató un cantito generalizado de “Patria sí, colonia no”. Y le siguió otro que la multitud entonó con pequeños saltos hacia los costados, como en la tribuna: “Tomala vos/ damela a mí/ el que no salta/ es de Clarín.”
Después llegó el tiempo de recordar las medidas tomadas en los últimos nueve años. Cristina no pareció muy preocupada por la demonización del “relato”, latiguillo constante de ciertos medios. De hecho, la mandataria se remontó a la noche del sábado previo a la elección de 2003 –el 26 de abril de 2003–, para desde allí iniciar un relato pormenorizado de las políticas llevadas adelante por el kirch-nerismo. “Mi hijo (por Máximo Kirchner) me contó que ese día él, que era muy joven y llegó a la madrugada, encontró sobre la mesa de la casa del gobernador, donde vivíamos nosotros, un papel escrito por su padre, con dos números: 24% y 22%”, contó la jefa de Estado. Su hijo, presente en el palco, fue uno de los pocos nombres propios que mencionó en su discurso. Los otros nombrados fueron Estela Carlotto, el fallecido escritor José Saramago y su esposa Pilar, Hebe de Bonafini y el vicegobernador Gabriel Mariotto.
Cristina enumeró los hechos que consideró emblemáticos y representativos del modelo. Habló de la reducción de la relación entre deuda externa y PBI; del juicio y castigo “a los asesinos y genocidas que se paseaban libremente por las calles”, y del desendeudamiento con el FMI. Siguió con la cumbre de Mar del Plata y el fin del ALCA; la reindustrialización; el crecimiento del empleo; y el matrimonio igualitario.
Mencionó también la inversión en educación, ciencia y tecnología, en lo que pareció un guiño que buscaba sanar heridas con los docentes tras los cortocircuitos de las últimas paritarias. El recorrido terminó, como era de esperar, en la expropiación del 51% de las acciones de YPF, ya con media sanción en el Senado y próxima a tratarse en Diputados. “¿Quién imaginaba –ni yo tampoco– el consenso de las principales fuerzas políticas, a las que como presidenta les reconozco y agradezco el apoyo, no al gobierno, sino al país, al acompañarnos en el proyecto de recuperación de YPF? Gracias, es de bien nacido ser agradecido”, remarcó. La mención a la petrolera despertó otra ola de cantitos. La alegría por YPF era generalizada, palpable. Se veía en muñecos que representaban a Néstor y que llevaban el clásico logo de las tres letras, en los gritos de la multitud (“Y ya lo ve, y ya lo ve/ YPF es nacional”), en los prendedores que exhibían muchos, en la inmensa bandera que desenrolló La Cámpora desde la tribuna popular.
Cristina volvió otra vez sobre YPF. Eligió esa medida como una metáfora de “la nacionalidad”, palabra que mencionó como un valor. El consenso en torno a YPF, deslizó, era una demostración de las posibilidades de la “unidad nacional”, a la que volvió a convocar, una vez más. Antes de terminar, y sin adelantar ninguna acción que vaya a tomar en el corto plazo, la mandataria advirtió sobre la fugacidad de la vida, de la existencia, y por ende de los liderazgos: “Lo mejor que hemos hecho es sembrar futuro. ¿Saben por qué? Porque no somos eternos.” Para completar el eje de su mensaje, la mandataria insistió con un nuevo pedido a los jóvenes: “No me voy a cansar una y otra vez, casi tercamente, de pedirles a todos unidad y organización.”
(Diario Tiempo Argentino, sábado 28 de abril de 2012)