A casi 70 años de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Alemania quiere abandonar el papel secundario que tiene desde entonces en política exterior y dejar de lado así los reparos del ejército alemán para cooperar en misiones internacionales, aseguró ayer el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Munich.
El jefe de la diplomacia alemana reclamó un mayor compromiso alemán en política exterior: "Alemania es realmente demasiado grande como para comentar la política mundial sólo desde la banda", señaló el ministro.
La Conferencia de Seguridad de Munich (MSC), el "Davos de la Defensa", como se lo menciona en los ámbitos de la política internacional, abrió su 50ª edición con el telón de fondo de la guerra en Siria, la crisis de Ucrania y las negociaciones por el plan nuclear de Irán.
"Alemania debe estar preparada para liderar tanto la política exterior como la política de seguridad de manera decidida y sin vacilar", afirmó Steinmeier en Munich. Luego destacó la importancia de contar con un mayor compromiso germano en asuntos como, por ejemplo, el tema del armamento nuclear sirio. "Alemania quiere e impulsará una política europea común exterior y de seguridad. Sin embargo, el empleo de las fuerzas militares debe ser el último medio", añadió.
De esta manera, el ministro socialdemócrata reafirmó las recientes declaraciones del presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, y de la ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, quienes destacaron que la "indiferencia no es una opción para Alemania".
Durante su discurso inaugural de la Conferencia, Gauck abogó el viernes por un cambio de mentalidad y por dejar de escudarse en su "histórica deuda" para continuar por el cambio de la "tranquilidad".
En su solicitud de un papel más fuerte de Alemania en el marco de la Unión Europea y de la OTAN, Gauck reclamó también la necesidad de no dudar a la hora de enviar tropas a zonas de conflicto.
Sin embargo, aclaró que "Alemania no apoyará nunca puras soluciones militares, sino que procederá de manera sensata políticamente y agotará todas las posibilidades diplomáticas", siempre en consonancia con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Reproches en Munich
Rusia y Estados Unidos mostraron nuevamente diferencias irreconciliables en torno de la guerra civil siria y las protestas ucranianas y ayer los reproches mutuos dominaron la sesión de la Conferencia de Seguridad de Munich (MSC), que congrega a los principales protagonistas de la política exterior y la seguridad del mundo. Ni siquiera los múltiples encuentros bilaterales entre el secretario de Estado John Kerry y el canciller ruso, Sergéi Lavrov, sirvieron para destrabar el bloqueo general en los asuntos más candentes de la agenda internacional.
Kerry instó a Moscú a que exija al presidente sirio, Bashar al Assad, que "cumpla con los compromisos y los plazos a los que se comprometió" para permitir la destrucción de su arsenal químico. Lavrov, por su parte, habló del "gran peligro" de los elementos islamistas que operan entre los rebeldes sirios y dijo que Siria se convirtió en un "paraíso para terroristas".
Sobre Ucrania, Kerry dejó claro que EE UU apoya a los "valientes" manifestantes y a la "mayoría de ucranianos", que quieren "vivir en libertad" en un "país democrático". Lavrov acusó a Europa de alentar las protestas contra Ucrania y se preguntó: "Quemar edificios públicos, atacar a la policía, ¿eso es democracia?"
(Diario Tiempo Argentino, domingo 2 de febrero de 2014)