Las declaraciones del Canciller Héctor Timerman sobre el acuerdo alcanzado por la República Islámica de Irán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) han sido oportunas y categóricas. La República Argentina valora y alienta todos los esfuerzos de diálogo y resolución negociada de los conflictos internacionales. Las expresiones del Canciller han sido coherentes con las posiciones sostenidas al respecto por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el seno de las Naciones Unidas y con la política con la que la República Argentina ha llevado adelante su acción como miembro no permanente del Consejo de Seguridad.
El programa nuclear iraní ha entrado en una etapa de compromisos concretos y mensurables. Se trata de un acuerdo por seis meses renovables hasta llegar a un convenio definitivo, donde la República Islámica de Irán acepta limitar su programa nuclear a cambio de que se moderen las sanciones económicas impuestas a las que estaba sometida. Una vez más se demuestra que a partir de negociaciones y diálogo es posible solucionar complejos conflictos multilaterales y alcanzar acuerdos diplomáticos convenientes para todas las partes, sin necesidad de acudir a la violencia armada y al sacrificio de vidas humanas.
El presidente estadounidense Barack Obama declaró que este acuerdo es el progreso más significativo y tangible de la campaña diplomática que comenzó cuando asumió su primer mandato. En la misma línea el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, declaró que “es importante que todos veamos la oportunidad de terminar una crisis innecesaria y abrir nuevos horizontes basados en el respeto, los derechos del pueblo iraní y despejando cualquier duda de la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní”.
Meses atrás, cuando se discutía en nuestro Congreso Nacional la cuestión del Memorándum de Entendimiento entre la Argentina e Irán, era inimaginable el escenario actual. Si bien en aquella ocasión advertimos sobre un cambio de actitud de Estados Unidos frente a la cuestión nuclear iraní la oposición argentina denostó nuestra postura favorable al Memorándum bajo la consigna de que “con los Estados terroristas no se debe ni se puede negociar”. Desde entonces no hemos registrado condenas de la oposición argentina a la negociación que las potencias mundiales han llevado adelante durante varias semanas, ni tampoco hemos escuchado aún sus condenas al acuerdo alcanzado este fin de semana.
Es improbable que la oposición política y mediática argentina reconozcan que hoy las potencias mundiales han seguido el camino que los gobiernos de Argentina e Irán comenzaron a transitar varios meses atrás. Lo que difícilmente negarán es que los resultados de las negociaciones son tangibles y concretos, son positivos aunque preliminares, y requerirán como es lógico ser abonados con acciones coherentes con lo acordado. Si por razones de modestia no se quiere poner a nuestro país como ejemplo de cómo hacer bien las cosas en materia internacional podríamos afirmar que el Grupo 5+1 ha tomado esta vez el camino de los Estados que se proponen resolver los problemas del mundo por la vía del diálogo y la negociación, y no a partir de la prepotencia del poderío bélico que aumenta las situaciones de inseguridad global.
Siguiendo el mismo espíritu que procura resolver los conflictos por el camino del diálogo y la negociación, la política y la diplomacia argentina promovieron la concreción de un acuerdo con Irán que procura allanar el camino de la justicia argentina en la investigación de la causa AMIA. Los días miércoles y jueves pasado en la ciudad de Zurich, funcionarios argentinos e iraníes de los ministerios de Relaciones Exteriores y Justicia se reunieron para acordar la implementación del Memorándum. Este encuentro augura un avance sustancial de los compromisos acordados en el Memorándum.
No debe perderse de vista que el Memorándum de Entendimiento es ley en la República Argentina a partir de la ratificación del Congreso, y como tal, el Poder Ejecutivo debe exigir su cumplimiento en condiciones que sean adecuadas a los términos del propio Memorándum. La propuesta de determinación de un plazo de doce meses para la concreción de los objetivos que plantea el Memorándum y el pedido de las inmunidades necesarias para que se lleven a cabo las diligencias judiciales en Teherán parecen ser solicitudes absolutamente razonables, planteadas por un gobierno que busca el cumplimiento de lo acordado.
De esta manera el gobierno nacional reafirma el compromiso de cooperar con la Justicia argentina para buscar la verdad y castigar a los culpables del atentado de la AMIA. Y será la Justicia argentina la que en definitiva lleve adelante las diligencias judiciales de indagatoria y constate que las mismas se ajusten al régimen legal argentino, como corresponde en todo proceso judicial.
El gobierno argentino sigue sosteniendo de esta manera una política exterior basada en los valores universales de Memoria, Verdad, Justicia y Paz, eligiendo el camino de respeto irrestricto del derecho internacional y proponiendo acciones políticas y diplomáticas que hacen factible de manera efectiva la concreción de tales valores.