Cuando se acerca a la mitad de su gestión de cinco años, el presidente Ollanta Humala estrenó ayer su cuarto gabinete ministerial en dos años y tres meses de gobierno. En momentos que enfrenta una importante baja en las encuestas, con una aprobación que ha caído al 24 por ciento y una dura confrontación con la oposición, el presidente Humala cambió a su primer ministro, Juan Jiménez, blanco de las críticas opositoras, especialmente de la derecha, con el fujimorismo, y del Partido Aprista del ex presidente Alan García encabezando esos ataques. La salida de Jiménez se produjo después de que el mandatario lo desautorizara sobre la posible compra de un avión presidencial y de unas declaraciones en las que el premier calificó como “histeria” los cuestionamientos al gobierno por los problemas de seguridad ciudadana, que según los sondeos es una de las principales preocupaciones de la población.
Jiménez, quien había asumido el cargo en julio del año pasado, ha sido reemplazado por César Villanueva, economista de 67 años y un político independiente que hasta ayer era presidente regional de la amazónica San Martín, cargo similar al de gobernador en Argentina, aunque con menos atribuciones al no ser el Perú un país federal. De Villanueva se ha destacado su capacidad de diálogo y su buena gestión como presidente de San Martín, cargo para el que fue electo como independiente en 2006 y reelecto en 2010.
De origen progresista en sus inicios en la política en los años ’80, Villanueva es considerado hoy como un político de centro, un concertador. Como presidente regional, se constituyó en un líder del interior del país, tuvo una buena relación con el gobierno de Alan García y mantuvo esa buena relación con el presidente Humala. El nombramiento de Villanueva le bajó el tono al tenso ambiente político. Su designación fue aplaudida por la oposición. La derecha cambió el discurso confrontacional por los elogios al nuevo primer ministro.
El ex presidente Alan García, enfrentado abiertamente al gobierno desde que el oficialismo ha mostrado importantes avances en la investigación que se le ha abierto por corrupción al ex presidente en el Congreso, calificó como “una buena elección” la designación de Villanueva como primer ministro. “Tengo mucha confianza en él”, dijo García, apenas conocido el nombramiento de Villanueva. García y el Partido Aprista esperan tender puentes con el gobierno a través del nuevo primer ministro, en momentos que el ex presidente está complicado por una investigación por corrupción que incluye centenares de indultos a narcotraficantes. Está por verse la respuesta de Villanueva.
Los principales dirigentes del fujimorismo, que acusan al ex primer ministro Jiménez de ser una pieza clave en la negativa del indulto al encarcelado ex dictador Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción, también expresaron su entusiasmo por la salida de Jiménez y recibieron al nuevo primer ministro con declaraciones que buscan un acercamiento. El sector empresarial se sumó a los elogios al nombramiento de César Villanueva, por considerarlo “un promotor de las inversiones privadas”. Desde la izquierda han recibido con cautela al nuevo primer ministro. “Hay que esperar a ver cómo actúa, pero su nombramiento no representa un cambio sustantivo en la política de gobierno”, declaró a Página/12 el sociólogo Alberto Adrianzén, dirigente del izquierdista Frente Amplio. “Según las encuestas, la principal razón de la caída de la popularidad de Humala es el incumplimiento de sus promesas electorales. Con Villanueva se insiste en un gabinete tecnocrático e independiente cuando lo que se necesita frente a la crisis política es un gabinete más político que lleve adelante las reformas económicas y sociales ofrecidas y no cumplidas para que haya una mejor redistribución de los ingresos, más inversión en educación y salud. Con Villanueva hay un continuismo”, asegura Adrianzén.
El primer reto que tendrá Villanueva es devolverle al cargo de primer ministro el poder que ha perdido. El principal problema que tuvo Jiménez fue el haber sido un primer ministro sin el poder que el cargo supone. De Jiménez se decía que la primera dama, Nadine Heredia, tenía más capacidad de mando que él sobre los ministros. El real poder al interior del gabinete ministerial lo tiene el ministro de Economía, el neoliberal Luis Miguel Castilla. Su poder se mantiene intacto.
César Villanueva no ha llegado a la Jefatura del Gabinete con sus propios colaboradores, mantendrá prácticamente el mismo equipo ministerial que encabezaba Jiménez, en el cual el poderoso ministro de Economía marcaba el paso de las decisiones importantes. De los 18 ministros, solamente ha sido cambiada la ministra de Educación, Patricia Salas, que era el último nexo que quedaba en el gabinete con los sectores progresistas del gobierno. Salas ha sido reemplazada por Jaime Saavedra, un economista que viene del Banco Mundial.
(Diario Página 12, viernes 1 de noviembre de 2013)