Las conversaciones sobre el programa nuclear iraní podrían extenderse hasta hoy, debido a que todavía no se lograron superar algunas diferencias sobre un acuerdo de concesiones mutuas, afirmó el viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi. “Todavía tenemos diferencias considerables sobre el equilibrio de los pasos que vamos a dar y aquellos que quiere dar el grupo 5+1”, afirmó Araghchi. Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se reunió ayer por primera vez con el canciller de Irán, Jawad Zarif, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Asthon, en el cuarto día de negociaciones en Ginebra sobre el programa nuclear iraní. El jefe de la diplomacia estadounidense llegó a Ginebra para dar un impulso a estas negociaciones y mantuvo un encuentro con su par ruso, Serguei Lavrov, y, brevemente, también con Asthon. El último en incorporarse a estas conversaciones fue el canciller de China, Wang Yi, quien completó la lista de los jefes de la diplomacia de los seis países que negocian con Irán la forma de poner bajo control internacional el programa nuclear iraní.
La estrategia de Irán con el Grupo 5+1 es que se le reconozca el derecho a la energía nuclear con fines civiles, como la desarrollan otros países. Pero Occidente teme que Teherán busque construir una bomba atómica, con lo que, a su entender, acrecentaría la carrera nuclear en Medio Oriente, donde Israel tiene entre 80 y 200 ojivas atómicas, según la Federación de Cientistas de Estados Unidos. Por ese motivo, Wa-shington y sus aliados buscan que el enriquecimiento de uranio iraní esté bajo estricto control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El primero en llegar a la ciudad suiza, ayer por la tarde, fue el canciller ruso y durante el día de ayer lo hicieron el resto de los cancilleres del grupo de países del G 5+1, formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia), más Alemania. La presencia simultánea de los responsables de Exteriores de los seis países alienta la esperanza de que se pueda alcanzar un acuerdo en Ginebra. De hecho, un alto representante ruso que participa en las negociaciones en Ginebra afirmó que el acuerdo con Irán está muy cerca.
Sin embargo, aclaró que hay diferencias en dos o tres áreas. “Los problemas que quedan son pocos y el funcionamiento de Arak es el más importante”, dijo esa fuente. Las diferencias que persisten, agregó, se pueden contar con los dedos de una mano, pero insistió en que la cuestión sobre el futuro del reactor de agua pesada de Arak, situado en el nordeste del país y que puede servir para desarrollar una bomba de plutonio, es el crucial.
En tanto, el canciller británico, William Hague, explicó que las negociaciones todavía son complicadas. “No estamos aquí porque necesariamente hayan terminado las conversaciones, estamos aquí porque son difíciles”, sostuvo. Por su parte, Araghchi confirmó que todavía hay diferencias y recordó que en este tipo de negociaciones nunca se puede estar completamente seguro de que se conseguirá un acuerdo. A su llegada a Ginebra, el canciller alemán, Guido Westerwelle, señaló a la prensa que todavía hay diferencias y agregó que hay una oportunidad real para lograr un acuerdo. El canciller francés, Laurent Fabius, dijo, por su parte, que todos trabajarán para conseguir un acuerdo sólido.
Las potencias occidentales quieren que un acuerdo con Irán contemple el cese del enriquecimiento de uranio al 20 por ciento. Pero además piden que se limite el uso de las centrifugadoras y que se otorgue un amplio acceso a los inspectores de la OIEA, entre otros puntos. A cambio, Teherán tendría acceso a 10.000 millones de dólares de activos congelados, ya que las sanciones económicas aplicadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea disminuyeron las exportaciones de petróleo iraní en un 60 por ciento en los últimos dos años.
Los analistas ven pocas opciones si las negociaciones fracasan. Un acuerdo con Irán sólo será firmado si verdaderamente vale la pena, advirtió el canciller británico, William Hague. Según un borrador elaborado el 9 de noviembre entre Kerry y otros cancilleres, las seis potencias occidentales quieren que Irán congele durante seis meses partes sensibles de su programa nuclear.
El ayatolá Alí Jamenei, máximo líder religioso de Irán, criticó esta semana el reciente apoyo de Francia a Israel y dijo que esa actitud constituye un gran deshonor para los europeos. “Esto viene del perro rabioso de la región, Israel, que dice que Irán es una amenaza para el mundo. No. El falso régimen israelí y sus aliados son la amenaza”, afirmó Jamenei en un tweet. Pero también advirtió: “No cederemos ni un ápice en nuestros derechos”.
(Diario Página 12, domingo 24 de noviembre de 2013)