ARGENTINA / ¿Qué es el kirchnerismo? / Escribe: Hernán Brienza






Le quiero hacer una pregunta metafísica, si se puede.
–Yo, de metafísica…

–Algo debe saber. Ya van diez años de kirchnerismo…
–Me resisto a hablar de diez años de kirchnerismo; diez años de gobierno…

–Esa es una respuesta a la pregunta metafísica que le iba a hacer, porque sin duda muchos consideramos que el kirchnerismo tiene cierta identidad, que existe y queremos ver qué es. Cuán cerca está del peronismo tradicional, del progresismo, cuán cerca está del pejotismo. ¿La pregunta metafísica es qué es el kirchnerismo?
–Es como querer explicar qué es el peronismo. Una vez en Berkeley, dando una conferencia, me acuerdo que estaba un profesor de Berkeley que es un talentoso argentino, Tulio Halperín Donghi, y alguien, luego que terminé mi disertación y había preguntas y respuestas, me preguntó qué es el peronismo, y yo le dije: "No, para explicar este problema con una conferencia en Berkeley no alcanza, yo necesito que me contraten para un seminario de por lo menos tres meses y no sé si a los tres meses puedo llegar a explicar qué es el peronismo." Y lo que vos denominás kirchnerismo es algo también bastante difícil de explicar, es un fenómeno que tiene que ver con la aparición de una generación en una Argentina totalmente dada vuelta, que abreva en el peronismo, porque tanto Néstor como yo hemos sido –y lo seguiré siendo– militantes peronistas. Vos fijate que no te digo justicialista, te digo peronista. Pero que también incorpora a otros sectores que no son del peronismo, es más, algunos que despreciaban el peronismo o estaban en contra del peronismo, y sigue sin gustarles a muchos de ellos, lo que puede denominarse peronismo tradicional o, como algunos denominan, pejotismo…


No es cosa fácil. Ni realizar la pregunta ni encontrar una respuesta satisfactoria. Se notó incluso en el juego dialéctico durante la entrevista emitida por la TV Pública el sábado 14 de septiembre pasado. La misma presidenta de la Nación se negó a definirlo categóricamente.

Cuatro semanas después, en la entrevista con Jorge Rial, aceptó un primer acercamiento a la cuestión recuperando una frase emotiva que yo le había dicho fuera de cámara. "Para mí el kirchnerismo es lo que mis padres me contaron que era el peronismo."
Obviamente, la cuestión de fondo continúa imprecisa, indefinida, difusa. Pero es cierto que se encontraron un par de elementos para intentar contornear al kirchnerismo.

1) En ambas definiciones, el kirchnerismo reconoce su identidad "peronista". El gran movimiento político fundado en la década del cuarenta por Juan Domingo Perón parece ser el origen primigenio del kirchnerismo. Nadie duda hoy que se trata de una de las manifestaciones posibles de la experiencia de 1946-55. Inlcuso se puede llegar a pensar de que se trata de una interpretación del peronismo a través de los ojos de los años '70. Está muy claro que no es lo mismo el peronismo del orden que el de la resistencia. Y Quizás haya ahí una primera definición.

Posiblemente, la "generación" a la que apela la presidenta de la Nación no es aquella que tuvo experiencia directa con la administración del "poder peronista" sino con el imaginario que una generación posterior –los niños del peronismo, aquellos que nacieron en las décadas del cuarenta y del cincuenta–.


Ese imaginario de los jóvenes de los años setenta está intervenido por la noción de "Paraíso Perdido" que significaban los gobiernos peronistas en la memoria de los sectores populares, por un lado, y por la experiencia de prohibición y represión continua ejercida por las dictaduras permanentes contra la militancia. Se trata, claro, de una interpretación épica del peronismo.

El kirchnerismo reconstruye esa mirada y la pone nuevamente en acción en un contexto diferente. El "peronismo kirchnerista" intenta ser un desafío épico de la política frente a los poderes reales de la sociedad argentina. En ese sentido, se reconoce mucho menos "movimiento de orden" que "movimiento de acción transformadora y contestataria".

Es decir, mientras Perón consideraba al Estado como un árbitro supremo por encima de los demás sectores de la sociedad y la economía, el kirchnerismo parece entenderlo como un sector que debe disputar en el barro contra los intereses de los poderes reales nacionales e internacionales.

El Estado no es un lugar neutral. Se trata de aparato de representación de las grandes mayorías. No es inocente ni todopoderoso. Tiene un componente misional.

2) El kirchnerismo es peronista pero no es pejotismo. ¿Qué significa exactamente este enunciado? El pejotismo es visualizado por el kirchnerismo como un gran aparato partidario, una gran maquinaria "gana elecciones" pero no como un actor político con identidad propia.

Es un instrumento que tiene sus propios intereses en juego –no es exactamente el poder territorial– y que puede pivotear entre el neoliberalismo más brutal y el estatismo más soviético sin ruborizarse ni sorprenderse mientras no toquen sus cajas de recaudación y mínimos lugares de administración de órdenes domésticos.


Aclaro que el pejotismo no es lo mismo que el poder territorial del peronismo, porque este último sector puede tener una forma capilar de aplicar programas de gobierno "peronistas y/o kirchneristas".

El pejotismo se asemeja a un "gigante invertebrado y miope", como podría definirlo John William Cooke, e incluso "inveterado" a la realidad de los sectores populares ya sea de las provincias como del territorio bonaerense.

Es la burocracia política que privatiza o estatiza según las circunstancias pero que nunca deja los resortes del poder pequeño y de la caja chica. Y aunque parezca mentira tiene algo de racionalidad ese planteo oportunista. Podría considerárselo, con buenos ojos, como un permanente "peronismo a la defensiva". ¿Esto significa que el peronismo no sea una gran maquinaria de poder? No, obviamente que no. Significa que es algo más que una sencilla maquinaria de poder. Y el propio peronismo kirchnerista se ve a sí mismo como algo más.

Lleva en sus entrañas la necesidad de transformar la realidad argentina. Y de la misma manera que el kirchnerismo será transformador o no será nada, el peronismo será algo más que una sencilla maquinaria de poder o será pejotismo.

(Diario Tiempo Argentino, 13 de octubre de 2013)

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