ARGENTINA / Con la satisfacción de ser la primera fuerza / Escribe: Nicolás Lantos






En un escenario poco habitual, signado por la ausencia obligada de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los recuerdos por el tercer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el kirchnerismo recibió ayer por la noche en el centro porteño los resultados de los comicios con una ceremonia donde el protagonismo estuvo repartido entre los candidatos, algunas figuras del gabinete nacional y un puñado de gobernadores. Al cierre de esta edición, los cálculos del oficialismo le daban un avance de cinco bancas en la Cámara de Diputados y una situación de “empate” en el Senado, por lo que se celebró que el Frente para la Victoria mantendría la mayoría en el Congreso, garantizando la gobernabilidad durante los próximos dos años. También, los funcionarios destacaban la ratificación del kirchnerismo como la principal fuerza a nivel nacional. De todas formas, en algunos rostros no podía disimularse la desazón por ciertos resultados que no estuvieron a la altura de lo esperado.


“La mejor manera de homenajear la vida y la obra de Néstor Kirchner es seguir juntos y unidos por la determinación de seguir acompañando el coraje de la Presidenta”, sostuvo el gobernador bonaerense Daniel Scioli, encargado de cerrar la noche en el bunker kirchnerista. En su breve mensaje, el gobernador, que fue bien recibido por la militancia kirchnerista que hasta hace poco le desconfiaba, destacó lo “esperanzador” de “ver la fuerza de la juventud” y llamó a “seguir haciendo realidad cada uno de los derechos” para que “la Argentina no sea siempre volver a empezar”. Un rato antes, al hablar con la prensa tras ingresar al hotel, Scioli había llamado a “proyectar hacia el futuro una gran etapa de desarrollo para el país” y ratificó su compromiso con el proyecto encabezado por Fernández de Kirchner: “Tengo la responsabilidad de seguir trabajando, buscando encontrar los consensos necesarios, trabajando codo a codo con el gobierno nacional”.

La espera

Temprano por la tarde, el centro de campaña del Frente para la Victoria se despertaba de a poco a medida que el sol caía sobre la avenida 9 de Julio. Después de varias elecciones, se decidió cambiar la locación, que se mudó unos 800 metros, desde el Hotel Internacional, en San Telmo, hasta el NH Tango, ubicado frente al Obelisco. A partir de las siete de la tarde, algunas figuras comenzaron a llegar, deteniéndose unos minutos para hablar con la prensa. La primera fue la jefa de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, Juliana Di Tullio, quien destacó que el kirchnerismo mantiene la mayoría en ambas cámaras. “Hay que tranquilizarse, la Argentina creciendo como hace diez años, los argentinos y el Gobierno siguen trabajando, no cambia nada, las instituciones siguen funcionando”, dijo. En el mismo sentido se manifestó, algunos minutos más tarde, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, que destacó que el FpV sigue siendo la fuerza más votada a nivel nacional y agregó: “La Presidenta va a seguir gobernando con la fuerza y la legalidad que le han dado las elecciones presidenciales de 2011”.


En el salón principal, ubicado en la planta baja, desde temprano la gente se amuchaba buscando un lugar: el espacio era considerablemente más pequeño que el del bunker anterior, pero la afluencia de invitados no era menor y había problemas para circular. El ingreso era desprolijo y hasta algunos dirigentes y funcionarios tuvieron inconvenientes para franquear el paso. Del otro lado de la vallas, sobre la plazoleta que separa la calle Cerrito de la avenida, comenzaban a ubicarse los militantes, colgando banderas entre los árboles y los postes de luz, y ensayando algunos cantitos con más entusiasmo que el que se respiraba en el hotel. Adentro y afuera coincidían las preguntas que pasaban de boca en boca, averiguando sobre pronósticos y sondeos.

A medida que se acercaban las nueve de la noche, el clima comenzaba a calentarse. Los asistentes ovacionaron al diputado Héctor Recalde luego de que los altoparlantes reprodujeran una entrevista que daba ante las cámaras de televisión, en la que aseguró que “el Frente para la Victoria va a tener más diputados” a partir del 10 de diciembre. Con los primeros resultados, aunque adversos, los militantes que esperaban afuera comenzaron a cantar más fuerte, acompañados por bombos e instrumentos de percusión improvisados, y terminaron contagiando a los que, adentro, esperaban a que los candidatos subieran al escenario intentando su propio repertorio de clásicos kirchneristas, como “Vengo bancando este proyecto...” con música de Creedence y el consabido “Cristina corazón /acá tenés los pibes para la liberación”.

Protagonismo repartido

Unos veinte minutos después de les diez de la noche aparecieron bajo los focos unas treinta figuras del oficialismo. Los candidatos de la Ciudad de Buenos Aires se abrazaban en el centro del escenario. El senador Daniel Filmus, que había quedado tercero, tenía lágrimas en los ojos. Junto a ellos, el bonaerense Martín Insaurralde y el gobernador Daniel Scioli recibían el saludo de funcionarios del gabinete nacional, una nutrida comitiva de la CGT oficialista, encabezada por su titular, Antonio Caló, y figuras como el CEO de YPF, Miguel Galuccio, y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, fue la más ovacionada por la concurrencia.


Amado Boudou, vicepresidente en ejercicio del Poder Ejecutivo mientras dura el reposo de la Presidenta por su posoperatorio, ofició de maestro de ceremonias de un acto en el que el protagonismo estuvo repartido. A través de videoconferencias se conectaron con las provincias donde el Frente para la Victoria consiguió los mejores resultados, y en cada enlace ofició de interlocutor una de las figuras que ocupaban el escenario porteño. La evocación al aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, los deseos de recuperación para CFK y la arenga a “continuar con el proyecto” se repitieron en cada intercambio.

Así, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, dialogó con el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich; el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez; con el titular de la bancada oficialista en el Senado, el rionegrino Miguel Pichetto; Cabandié hizo contacto con José Alperovich y Juan Manzur en Tucumán mientras que Filmus e Insaurralde hicieron lo propio con el entrerriano Sergio Urribarri. Finalmente, el cierre del acto estuvo a cargo del mandatario bonaerense, Daniel Scioli, que tras pocas palabras dio lugar a un gran aplauso y, de inmediato, la inevitable interpretación de la marcha peronista.

(Diario Página 12, lunes 28 de octubre de 2013)

Image Hosted by ImageShack.us