Estos días hemos leído declaraciones del presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco por las que denuncia problemas de rentabilidad del campo mendocino. No tiene "mejor" idea que invitar a los miembros de la famosa "Mesa de Enlace" a que lo acompañen en el reclamo.
Frente a esa situación es conveniente recordar que esa Mesa de Enlace representa la economía rural de la pampa húmeda (supongamos que es verdad que la representa).
La economía de Mendoza no sólo no tiene los mismos intereses que la economía de la pampa húmeda sino que tiene un interés contradictorio con esa economía.
La historia argentina, en sus más de doscientos años, puede leerse como una disputa entre un modelo de país agroexportador primario y un modelo de país industrial. No es muy conocido que los telúricos ponchos que usaban nuestros gauchos, ponchos de cuero argentino, eran generalmente hechos en Manchester.
A lo largo de todo nuestro devenir histórico las economías regionales crecieron al calor de los proyectos industriales, no del agroexportador.
Hay razones macroeconómicas para que ello sea así. Los regímenes que debilitan el mercado interno, que abren las fronteras al librecambio bobo y que no protegen nuestra producción, no posibilitan la expansión de las economías regionales.
¿Hace falta decir que Mendoza es parte de las economías regionales?
La apertura indiscriminada y la libre flotación de la divisa, además de producir una concentración del ingreso (argumento con el que quizá no convenzamos a la Sociedad Rural del Valle de Uco), producen un régimen de pauperización de la producción regional.
Es decir, para que la producción del Valle de Uco, del Sur, del Este y del Norte de la provincia sea competitiva internacionalmente son necesarias las retenciones a la soja, al maíz y a la producción de la pampa húmeda en general.
Conocida como "maldición de los recursos naturales" o "enfermedad holandesa", los países que tienen una alta productividad en una actividad, sea un recurso natural o no, tienden a hacer converger, de no mediar intervención estatal, el tipo de cambio en aquel que hace rentable esa actividad principal. En Argentina esa actividad es la producción de la pampa húmeda. Será entonces rentable producir granos pero no será rentable ninguna otra actividad.
El clivaje, el dilema principal de la economía argentina sigue siendo si encaramos un proyecto industrializador, con economías regionales fuertes y un agro sólido que aporte a una matriz productiva diversa o volvemos al proyecto agroexportador por el cual Argentina debe producir granos y vacas.
No hay identidad de intereses entre un productor de San Carlos y un productor de Pergamino. Si gana el de Pergamino, pierde el de San Carlos. Parece que la Sociedad Rural del Valle de Uco tiene una conducción fanática de Douglas Haig de Pergamino.