ARGENTINA / El voto de la comunidad / Escribe: Raúl Kollmann






Los 30.000 votantes elegirán entre la lista que reúne a los ortodoxos aliados al legislador del PRO Sergio Bergman, y la más progresista Acción Plural. Los conservadores no presentan mujeres, pero tienen a Pepe Eliaschev.


Aunque la DAIA y la AMIA tienen hoy un impacto parejo como conducción de la comunidad judía, las elecciones del próximo domingo en la segunda son las únicas masivas. Tienen un padrón cercano a los 30.000 afiliados, muy lejos de los aproximadamente 300.000 judíos que hay en la Argentina. El duelo va a ser el ya visto hace unos meses. Por un lado, una alianza de los religiosos ortodoxos y la corriente que lidera el legislador del PRO, el rabino Sergio Bergman, que intentará mantener la conducción. Del otro lado, Acción Plural, que reúne a los sectores de la comunidad judía más abiertos. Hay datos llamativos, como que en la lista del Bloque Unido Religioso (BUR) no hay mujeres y que a la lista vinculada con el PRO se sumaron el periodista Pepe Eliaschev, con el respaldo del escritor Marcos Aguinis, y el filósofo Santiago Kovadloff, los tres durísimos opositores al Gobierno. De todas maneras, respecto del memorando firmado con Irán todas las corrientes se manifestaron en contra.

El actual presidente de la AMIA, Guillermo Borger, llegó al cargo justamente de la mano de un acuerdo entre el BUR, al que pertenece, y el rabino Bergman, que es el hombre clave de AMIA para Todos. Este hizo una carrera inicial como líder religioso opuesto a la ortodoxia, pero terminó pactando con el BUR. Y eso que en la AMIA pesan mucho las cuestiones que tienen que ver con la tradición y la religión. La AMIA, por ejemplo, maneja los cementerios y no permite que sean enterrados las personas convertidas al judaísmo. El argumento es que “deben ser judíos genuinos”. Por esta vía fueron excluidos ciudadanos con una vida entera dentro del judaísmo que pretendían ser enterrados junto a su pareja de décadas. Muchos de esos casos fueron hechos públicos a través de Página/12.

La alianza entre el BUR y Bergman gobierna la AMIA desde 2008 y en la asamblea para elegir conducción en 2011 nuevamente se concretó ese vínculo, aunque no se pudo imponer: hubo 45 representantes de los ortodoxos y la lista de Bergman, y 45 de Acción Plural. El empate no se pudo romper después de seis asambleas consecutivas y se decidió que la nueva conducción sería elegida el 7 de abril de 2013.


El BUR mantiene una relación respetuosa, de idas y vueltas, con el Gobierno y su marca distintiva es la ortodoxia religiosa. Eso hace que no haya mujeres en su lista, integrada por noventa candidatos a la asamblea de la comunidad. El rabino Samuel Levin, la voz fuerte del BUR, explicó que “la mujer es una ama de casa y los hombres están para los negocios. Nadie está en contra de la mujer, que en la casa religiosa es como una reina. Pero no todas pueden estar en igualdad con los hombres. Es difícil que tengan la fuerza para manejar una comunidad”. Estas definiciones provocaron una respuesta de la periodista Martha Wolf: “Teniendo 90 personas que integran la lista, ¿no encontraron una mujer que ocupe un cargo? Estoy indignada. Yo, ni ninguna mujer librepensadora, acepta ser la costilla de un hombre, sino un esqueleto completo, paralelo al hombre. Y para hablar de las fuerzas de una mujer para dirigir la comunidad, lo invito a que se embarace, críe hijos, estudie, trabaje, participe políticamente, cocine, haga deportes, ocupe cargos directivos como lo hacen y son el orgullo de sus hijos y parejas”.

Ya en la última elección de la DAIA, el PRO trató de ubicar a uno de sus funcionarios como presidente. El subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad, Claudio Avruj, fue postulado por la corriente del rabino Bergman sin siquiera haber renunciado a su puesto en el gobierno de Mauricio Macri. En la elección finalmente se impuso otra lista, más abierta, encabezada por Julio Schlosser, que también –como ahora Acción Plural– fue acusada de responder al kirchnerismo. Pero como se vio con el Memorando de Entendimiento con Irán, la relación de la nueva conducción de la DAIA con la Casa Rosada tiene altos y bajos. Lo que quedó claro en los dos procesos electorales es la jugada del PRO a quedarse con parte de la conducción de la comunidad judía.


Acción Plural es la lista que representa las posturas más abiertas en la cuestión religiosa, abarcando las corrientes que se llaman conservadoras y reformistas. Por ejemplo, en esa línea se inscribe la comunidad Bet-El, que lidera el rabino Daniel Goldman y tiene una rabina en su congregación, algo vedado por los ortodoxos. Acción Plural tiene el respaldo de lo que llaman las entidades sociodeportivas, de las que participan una gran cantidad de integrantes de la comunidad judía. El punto de partida es que la identidad comunitaria no se gesta únicamente a partir de lo religioso. La base programática es que exista un rabinato abierto a todas las corrientes, no sólo ortodoxo; que se terminen las restricciones a los entierros de las personas convertidas y que la subvención a las escuelas sea pareja, no privilegiando a los colegios ortodoxos.

El BUR sostiene que la elección de la AMIA es interna a la comunidad judía y por lo tanto vierte sus opiniones únicamente en los medios comunitarios. AMIA para Todos, en cambio, sostiene que Acción Plural tiene vínculos con el kirchnerismo y afirma que tiene una intensa publicidad sugiriendo que el dinero podría venir del Gobierno. Acción Plural rechaza esa versión, insiste en que es la única lista que hizo una cena de recaudación y que mantiene fluidas relaciones con el radicalismo y con las demás fuerzas políticas. “No estamos alineados con ningún partido, no tenemos funcionarios del PRO como la lista de Bergman”, argumentan.


(Diario Página 12, domingo 31 de marzo de 2013)

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