MENDOZA / Lo Nacional y Popular, aporte del Peronismo de Izquierda a su concepción / Escribe: Pablo Salinas







Al decir de Raúl Scalabrini Ortiz: “Yo llevaba una estima reverente, conjeturaba que los europeos eran con relación a sus obras lo mismo que nosotros en relación a las nuestras: infinitamente superiores a sus realizaciones. Me equivoqué. Di con técnicos. Técnicos del saborear. Técnicos de la escritura... Cada hombre está íntegramente en su órbita. El labriego es el mejor labriego, y el historiador el mejor historiador, nada más. Pero no sentí en ellos esa congestión de posibilidades, esa desorientación de solicitudes; ese afán de inhallables que había sentido palpitar en la entraña joven de mi tierra... Comprendí que nosotros éramos más fértiles y posibles porque estábamos más cerca de lo elemental. La revisión fue brusca y profunda. Hasta la historia de los hombres de mi tierra se abrió ante mí como si sus hechos fueran las radículas procuradas de la savia del futuro. Desde entonces mi fe es la de que los hombres de esta tierra poseen el secreto de una fermentación nueva del espíritu".



Este trabajo, según Oscar Zalazar: “se trata de aportes surgidos del conocimiento sobre la cultura, y especialmente “la cultura latinoamericana” como horizonte de comprensión de los fenómenos significativos para una comprensión teórica de la comunicación social. La cultura popular ha sido tema de innumerables investigaciones y como tal, ha sido estudiada desde múltiples miradas”.

Es decir que la cultura Argentina y Latinoamericana puede verse en la expresión de los pensadores del núcleo duro del peronismo de izquierda, ellos son Raúl Scalabrini Ortíz, Arturo Jauretche, John William Cooke, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Luis Dhualde.

Todos ellos hacen una nueva interpretación de lo Nacional y Popular fundada en el revisionismo histórico de José María Rosa y Fermín Chavez dotando de contenido al pensamiento Nacional y Popular que va a dar sustento al pensamiento de la llamada “Tendencia” Peronista.

“UNO DE LOS POCOS CONSENSOS que existe hoy en los estudios sobre cultura es que no hay consenso. No tenemos un paradigma internacional e interdisciplinariamente aceptado con un concepto eje y una mínima constelación de conceptos asociados, cuyas articulaciones puedan contrastarse con referentes empíricos en muchas sociedades. Hay diversas maneras de concebir los vínculos entre cultura y sociedad, realidad y representación, acciones y símbolos.

Necesitamos, sin embargo, algunas definiciones operativas, aunque sean provisionales e inseguras, para seguir investigando y hacer políticas culturales. Todos arbitramos de algún modo en conflictos entre tendencias epistemológicas cuando elegimos nuestro objeto de estudio, ponemos en relación un conjunto de comportamientos con un repertorio de símbolos, y seguimos una ruta para buscar los datos, ordenarlos y justificarlos….

…Cultura. “Dos diagnósticos de época que, a primera vista, parecen incompatibles, disputan actualmente la preferencia de las opiniones: para el primero, en el mundo de hoy todo es cultural; para el segundo, no hay nada que se escape a la determinación económica, no en última, sino en primerísima instancia. Así, la realidad, que es una sola, se ve ya como enteramente cultural, ya como puramente económica. Sin excluir la hipótesis de que todo es cultural por razones económicas y viceversa” (Fiori Arantes, 2000: 19)...

Partimos de la idea de que existe una cultura peronista de izquierda, que la constituyeron los jóvenes de aquella juventud de los 70 que revalorizaron lo “popular” que dignificaron todo lo que viniera del pueblo.
También creemos que todo es cultura y que dentro de la cultura Latinoamericana y Argentina nuestro objeto de estudio es la cultura nacional y popular en el ideario de los militantes de la tendencia de izquierda peronista de los años 70 la “juventud maravillosa” al decir del General Perón que luego los expulsó de la plaza.

Néstor García Canclini sostiene que lo popular ha sido tratado por dos tendencias científicas opuestas, como son la antropología y los estudios sobre comunicación. Por ello, propone un enfoque transdisciplinario para definir qué entendemos por cultura popular y también, por cultura masiva.

Sin embargo, esta no es la única mirada. Lo popular no corresponde con precisión a un referente empírico, a sujetos o situaciones sociales nítidamente identificables en la realidad.

Es un campo de trabajo más que un objeto de estudio científicamente delimitado.

Dentro del campo de lo popular podemos encontrar el pensamiento de la tendencia peronista de los 70 en cuanto al concepto mismo de lo popular y de lo nacional.

En efecto, lo popular se une a la barbarie a las clases empobrecidas y marginadas, a los pobres, a los “nadies”, a aquellos que la historia y la distribución de la riqueza han marginado, a los descamisados de Evita (si Evita viviera seria Montonera).

Se une a la Barbarie para oponerla a la Civilización y mofarse de Sarmiento y citar a Arturo Jauretche para decir que la dicotomía Civilización y Barbarie es la primer Zoncera .

La dicotomía Civilización y Barbarie es la madre de las zonceras que las parió a todas.

“En los profetas del odio y la yapa digo de la misma: La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quien abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América, transplantando el árbol y destruyendo el indígena que podía ser el obstáculo al mismo para su crecimiento. Según Europa y no según América.”

Siguiendo la idea de que “se trata por lo tanto de reconceptualizar el campo cultural abarcando desde prácticas de la vida cotidiana hasta la producción artística, teniendo en cuenta la noción de “mercado de bienes simbólicos”, procesos de simulación e hibridación y conceptos de reconversión y resemantización permanente.”
Según García Canclini “Se puede afirmar que la cultura abarca el conjunto de los procesos sociales de significación, o, de un modo más complejo, la cultura abarca el conjunto de procesos sociales de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social".

Es claro que todo el fenómeno de la interpretación de lo popular y de lo nacional por parte de la juventud de los 70, de la tendencia peronista, tenía sus raíces en una filosofía política y en un nuevo paradigma de defensa de lo popular.

Este pensamiento que se configura y tiene su “acto” en los 70 obedece a un proceso histórico de ruptura de la juventud peronista con sus padres y con la filosofía conservadora imperante.

El Peronismo era expresión de lo popular y en ello se basa la profunda adhesión de la juventud a las filas peronistas, eran los grasitas, los cabecitas negras, los descamisados de Evita, era la resistencia peronista a los 17 años de proscripción.

El peronismo era y es popular, incluso signo de rebeldía, el candidato de la derecha Argentina Francisco de Narvaez a dicho que el se dio cuenta que era peronista por que en la secundaria era un quilombero.

Aquí el colombiano hace un aporte al concepto cultural que existe del peronismo, un concepto rebelde, quilombero y popular.

Juan Pablo Feinman nos puede expresar muy bien lo que significa lo popular en el peronismo.

(Díálogo entre el gordo Cooke y René Salamanca (dirigente sindical y político, militante del clasismo revolucionario de los años 60/70 , Secretario General de la seccional Córdoba de SMATA —sindicato de mecánicos— desde el año 1972) desaparecido y asesinado el 24 de marzo de 1976.

En este diálogo ya de antología, se refleja la tensión del pensamiento cookista respecto a su relación con Juan Perón y un matiz potente de la polémica perpetua del BB con la izquierda no peronista.)

-"Mirá, Gordo", dijo Salamanca, "el problema es éste: los obreros son peronistas, pero el peronismo no es obrero".

-"¿Durante cuanto tiempo te pensaste esa frase, pibe?", replicó Cooke. -"Si el peronismo fuera obrero como los obreros son peronistas, la revolución la haríamos mañana mismo"."

-Y si, claro", dijo Salamanca. "Tenemos que conducir la clase obrera al encuentro con su propia ideología, compañero. Que no es el peronismo".


-"Estás equivocado", dijo Cooke con una convicción casi tangible. "Eso es ponerse afuera de los obreros. Eso es hacer vanguardismo ideológico, Salamanca. Recordá lo que aconsejaba el barbeta Lenin: hay que partir del estado de conciencia de las masas. ¿Está claro, no? La identidad política de los obreros argentinos es el peronismo. No estar ahí, es estar afuera". Entonces Cooke dijo: "Me cago en Perón, Salamanca". Agarró de nuevo su vaso, lo golpeó contra la mesa dos o tres veces y dijo: "Más vino aquí"... miró fijamente a Salamanca y dijo: "No sé si he sido claro, compañero".

-"Nosotros también, Gordo. Nosotros también nos cagamos en Perón" "Parece que estamos más de acuerdo de lo que creíamos"

-"No, compañero. No estamos de acuerdo. Porque ustedes se cagan en Perón de una manera y yo y los peronistas como yo de otra. Porque, para ustedes, compañero, cagarse en Perón es quedarse afuera. Afuera de Perón y de la identidad política del proletariado. Mientras que para nosotros, cagarnos en Perón, es rechazar la obsecuencia y la adulonería de los burócratas del peronismo. Es reconocer el liderazgo de Perón, pero no someternos mansamente a su conducción estratégica. Para nosotros, Salamanca, para mí y para los peronistas como yo, para los peronistas revolucionarios, cagarnos en Perón es crearle hechos políticos a Perón, aun al margen de su voluntad o del que sea su propio proyecto. Para nosotros, Salamanca, para mí y para los peronistas como yo, para los peronistas revolucionarios, cagarnos en Perón es creer y saber que el peronismo es más que Perón. Que Perón es el líder de los trabajadores argentinos, pero que nosotros, los militantes de la izquierda peronista, tenemos que hacer del peronismo un movimiento revolucionario. De extrema izquierda. Y tenemos que hacerlo le guste o no le guste a Perón. Porque si lo hacemos, compañero, a Perón le va a gustar. Porque Perón es un estratega y un estratega trabaja con la realidad. ¿Entendés, Salamanca? Y nosotros le vamos a crear la realidad a Perón. Una realidad que, más allá de sus propias convicciones que son muy difíciles de conocer, Perón va a tener que aceptar. Porque Perón, Salamanca, ya no se pertenece. Quiero decir: lo que no le pertenece es el sentido político último que tiene nuestra historia. Porque Perón, Salamanca, va a tener que aceptar lo que realmente es, lo que el pueblo hizo de él: el líder de la revolución nacional y social en la Argentina. Ésa es, entonces, compañero, en suma, mi manera de cagarme en Perón" .

Y luego un obrero levanta un baso de vino y grita, “Viva Perón Carajo”, esto es el peronismo, lo popular, el contenido de lo popular que ya ha superado a su propio líder y a los designios de su propio líder.



Se puede ver como objeto de estudio la cultura nacional y popular del peronismo de los 70, de la generación peronista de los 70 que en definitiva puso la mayor parte de los 30.000 desaparecidos y los puso por que creían en Perón? O por que creían en el movimiento nacional y popular del que formaban parte?

Quiero terminar con una frase que se la escuché a mi viejo muchas veces y que no tengo idea a quien pertenece pero que refleja a esa juventud de la que el formó parte y por la que el y todos los compañeros dieron la vida, esa frase es “Yo no hago política, yo soy peronista”.-












BIBLIOGRAFIA

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Garcia Canclini Nestor. La Producción Simbólica. Tería y Método en sociología del arte. México, Siglo XXI,1988. 4 Edición.


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