ARGENTINA / A los biocombustibles se les abrió un camino / Nota







El Gobierno abrió la importación de porotos de soja de Paraguay y Bolivia, que serán utilizados para su procesamiento y comercialización al exterior. A la vez, aumentó 10 puntos las retenciones a los biocombustibles, pero descartó cambios en la soja.


El Gobierno anunció ayer una batería de medidas para potenciar el desarrollo de la industria de los biocombustibles. El objetivo es que el sector trabaje al máximo de su capacidad instalada, mientras que actualmente lo hace en un 76 por ciento. Es decir que habría un margen para producir otras 800.000 toneladas de biocombustible. Para alcanzar esta meta se decidió abrir de manera temporaria la importación de porotos de soja provenientes de Paraguay y Bolivia, que serían utilizados para su procesamiento y posterior comercialización al exterior. Se creará un Régimen de Importación Temporaria de Soja y una comisión multidisciplinaria integrada por Economía, Planificación e Industria para realizar un seguimiento. En la misma línea, el Gobierno también decidió intervenir en el precio interno del biocombustible, al incrementar las retenciones de este producto en 10 puntos porcentuales, para llevarlas a 24,2 por ciento. Por el momento, el Ejecutivo mantendrá en un 7 por ciento el corte obligatorio de biocombustibles en las naftas.
Las medidas, publicadas ayer en el Boletín Oficial, fueron explicadas durante una conferencia de prensa en la que participaron los ministros de Economía e Industria, Hernán Lorenzino y Débora Giorgi, respectivamente, junto a los secretarios de Política Económica, Axel Kicillof; de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de Energía, Daniel Cameron, y el subsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta.
“La Argentina es el primer productor mundial de biocombustibles, con un 13 por ciento de la participación mundial. Desde 2006, tuvo un crecimiento de 13.000 por ciento”, sostuvo Kicillof, quien agregó que el año pasado se exportaron 1,6 millón de toneladas, lo que representó unos 2000 millones de dólares.
El funcionario afirmó que el Estado había fijado un régimen de promoción industrial a partir de la sanción de la ley de biocombustibles (2006), que establecía un valor diferencial de retenciones en comparación con otros productos elaborados a partir de la soja. Cuando la producción de aceite a base de la oleaginosa tributaba un 32 por ciento de derechos de exportación (y lo sigue haciendo), las ventas al exterior de biocombustibles pagaban un 14,2 por ciento.
Esto llevó a que el año pasado, por ejemplo, el precio interno del biocombustible fuese de 1128 dólares la tonelada, mientras que el de exportación se ubicó en 1060 dólares. “Con la aplicación de esta medida, la idea es reducir el precio interno del biocombustible”, afirmó Kicillof. A partir de la puesta en vigencia de esta resolución, este producto industrial pasará a tributar un 24,2 por ciento de retenciones (tasa efectiva).
Tanto el viceministro de Economía como el secretario de Comercio Interior contaron que los industriales habían acercado la propuesta de subir los derechos de exportación a los productores que comercializan solamente porotos de soja. “Los aceiteros solicitaron se contemple la posibilidad de incrementar los derechos de la exportación sobre porotos de soja a fin de aumentar la capacidad de compra en el mercado local del complejo aceitero y así incrementar el nivel de utilización de capacidad instalada”, puede leerse en la resolución.
Hace una semana, las entidades agropecuarias y algunos diputados de la oposición, como Patricia Bullrich, comenzaron a instalar el rumor de que el Gobierno quería incrementar las retenciones al poroto de soja. “Esta solicitud no parecía apropiada en el marco de incentivar la producción y competitividad del productor agrícola”, sostuvo Kicillof para descartar cualquier aumento de retenciones a la soja.
Como contrapartida a esa “propuesta”, se incrementaron las retenciones a las exportaciones de biocombustible y, como medida paralela, se abrió temporalmente el permiso para importar porotos de soja de Bolivia y Paraguay. El objetivo es incrementar el stock de este grano para direccionarlo hacia su procesamiento y mejorar los volúmenes de producción de biodiésel. En total, se permitirá traer del exterior el 20 por ciento de lo que se produce localmente. La campaña 2011-2012 de soja está estimada en 40 millones de toneladas. Teniendo en cuenta este número, podrían importarse ocho millones de toneladas.


“A efectos de fortalecer el control y fiscalización del Régimen de Importación Temporaria de Soja, corresponde la creación de un Registro de Operadores de Soja Autorizados, que funcionará bajo la estructura de la AFIP”, dice la resolución. Por otro lado, se conformará una unidad interdisciplinaria de monitoreo para determinar los parámetros de control que deber aplicar la AFIP. “Será su objetivo fijar los precios para el biodiésel que resulte de uso obligatorio en el mercado interno y los parámetros para los valores de importación. Además, podrá suspender o excluir del Registro a los sujetos que registren incumplimientos de los requisitos establecidos para su permanencia.”
(Diario Página 12, sábado 11 de agosto de 2012)

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